Curiosidades de la boda entre Wallis Simpson y Eduardo VIII: 84 años del enlace
Un 3 de junio de 1937 se casaba a la luz del enojo de su familia el ex rey, Eduardo VIII, con Wallis Simpson, la 'mujer sin sangre azul'.

Un 3 de junio de 1937 se casaba a la luz del enojo de su familia el ex rey, Eduardo VIII, con Wallis Simpson, la ‘mujer sin sangre azul’.
Wallis Simpson hizo historia como la mujer que desafió a la monarquía británica —incluso antes que Meghan Markle. Así como ella, hubo otras mujeres sin sangre azul que conquistaron a un royal, pero la historia con Wallis cambió el rumbo, pues logró que el rey se quitara su corona de forma definitiva.
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El amor pudo más que el deber
Dando prioridad al amor por encima del deber, el rey Eduardo VIII provocó un verdadero sismo al renunciar al trono en 1936, después de 326 días de reinado, para poder casarse con Wallis Simpson, una plebeya estadounidense dos veces divorciada, rechazada por la Iglesia anglicana, de la que él era el jefe, y por la clase dominante británica.
Su hermano, el rey Jorge VI, padre de la actual reina Isabel II, lo sucedió, mientras que el exsoberano fue repudiado.
84 años de la boda de Wallis Simpson y Eduardo VIII
El enlace de una de las parejas más habladas en su momento se llevó a cabo secretamente un 3 de junio de 1937. El duque de Windsor y Wallis se casaron en la Château de Candé en Monts, Francia —venue que le prestó el francés millonario Charles Bedaux.
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Ese mismo día, el rey Jorge V cumplía 75 años de edad. La Reina Madre pensó que la fecha fue elegida deliberadamente; y finalmente, no atendió ningún miembro de la familia de Eduardo.
La novia usó un vestido de azul cielo (actualmente descolorido) hecho por Mainbocher, una marca fundada por el modista americano Main Rousseau Bocher. Con joyas de Cartier.
El anillo de compromiso estaba hecho con esmeraldas y oro amarillo en un set de diamantes y tenía grabado «Somos nuestros ahora».
Casados a pesar de los obstáculos
La Iglesia de Inglaterra se rehusaba a auspiciar esta boda, pero el Vicario de St. Paul’s Darlington, Robert Anderson Jardine, les ofreció llevar a cabo un servicio que sí aceptaron.
Entre la lista de invitados para la discreta ceremonia figuraron Randolph Churchill, Baron Eugène Daniel von Rothschild y el padrino de boda Fruity Metcalfe.
Tras el matrimonio, Wallis se convirtió en duquesa de Windsor, pero no podía recibir el título de ‘su majestad’, sino uno de no-royal, ‘su gracia’.