Lo nuevo para reafirmar tu rostro

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Cuando escuchamos el término “ley de gravedad”, nuestro pensamiento suele volar a la época escolar en la que alguna vez nos familiarizamos con las leyes de Newton y sus efectos. Pero al cumplir los 25 años estos principios se tornan en un pequeño calvario, y es que los vemos palpables en nuestra piel. Al mirarnos al espejo, el rostro comienza a presentar una leve distorsión y eso nos lleva a cuestionarnos dónde quedó esa frescura y efecto glow característico de la adolescencia. No se trata de magia ni mucho menos de un factor difícil de descifrar; los signos de envejecimiento comienzan a cobrar factura y las leyes de gravedad, mejor conocidas como flacidez, lo saben.

La crisis de los 30

De acuerdo con el expertise del Dr. Raúl Ortiz Hofmann, especialista en mejoramiento facial en el Hospital Ángeles del Pedregal, la dermis comienza a sufrir un desabasto de colágeno y elastina a partir de los 30 años. Una mala alimentación, tabaquismo, sedentarismo, falta de sueño, exposición excesiva al sol y lavar el rostro con agua en altas temperaturas son los factores principales que desencadenan el envejecimiento prematuro y, por ende, el desgaste cutáneo. “También bajar o subir de peso bruscamente o no desmaquillarse de manera correcta por la noche se consideran dos puntos negativos”, señala el experto.

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¿Cómo es posible evitar la flacidez?

Durante mucho tiempo, la gente creían que el concepto de cuidar la piel con fórmulas antiedad o el uso de la aparatología era sólo para aquellas personas que presentaban líneas de expresión marcadas o se encontraban cerca de cumplir los 50 años. El cuidado de la piel debe comenzar desde pequeños. Por lo tanto, es notable resaltar que el uso correctivo de aparatología o fórmulas químicas debe ser elegido por necesidades.

Dependerá de cada caso en particular: factores hereditarios, cuidados dermatológicos, dieta, horas de sueño, exposición solar o si se padece alguna enfermedad sistémica. Para entenderlo mejor, Ortiz Hofmann recomienda dividir las etapas por décadas y, así, evitar en un futuro las intervenciones más invasivas: “A partir de los 25 años, la aplicación de ácido hialurónico de densidad baja es recomendable para hidratar y tonificar el rostro al mismo tiempo. Comenzando la tercera década optamos por el mismo elemento, pero con una densidad media con el objetivo de reforzar los soportes faciales como los pómulos”, recomienda. Por otro lado, si se detecta alguna línea de expresión marcada, la toxina botulínica será útil para disuadirla.

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Reset quirúrgico

Si los resultados no son los esperados por medio de los tratamientos no invasivos, Ortiz Hofmann propone poner sobre la mesa tres intervenciones quirúrgicas para obtener un resultado integral.

El menos invasivo de ellos, los hilos tensores, se recomiendan para pacientes entre los 35 y 65 años. Éstos se insertan por debajo de la dermis, a través de una aguja muy fina, a la cual se anclan siguiendo vectores específicos anti-gravitatorios. No se requieren incisiones, por lo que no deja cicatrices. El tiempo de recuperación no va más allá de dos días y es posible realizarlo con anestesia local. ¿Los resultados? Un levantamiento de cejas preciso, se reafirma el contorno facial y cuello.

Otra opción para tratar casos de flacidez más específicos es el minilifting. Hofmann explica que se trata de una técnica quirúrgica conservadora y limitada a áreas, que consiste en la realización de una serie de incisiones y despegamiento de los tejidos para corregir al traccionar piel y músculo.

Como última alternativa se encuentra el lifting cervicofacial, capaz de eliminar o reducir las arrugas del rostro y disminuir la flacidez del óvalo por medio de incisiones parcialmente ocultas en el cuero cabelludo y el contorno de la oreja. Se retira la piel sobrante de un área determinada consiguiendo tensar y alisar la piel restante. Asimismo, se lleva a cabo una plicatura (formación de pliegues con el propósito de reducir el volumen) del músculo SMAS (Sistema Músculo Aponeurótico Superficial) para que el resultado tenga una mayor duración.

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Sin embargo, es importante señalar que antes de valorar alguna de estas intervenciones se debe saber que aquellos pacientes con piel muy fina, frágil o con atrofia de grasa muscular facial no son candidatos, ya que podrían dificultar el anclaje de los hilos tensores.

Resultados de impacto

Debemos recordar que los cuidados posteriores a los tratamientos son un factor importante que prolongarán los resultados tanto como queramos. El sol es el enemigo número uno de la piel, así que es imperativo evitar la exposición y utilizar un protector solar de 50 FPS. ¿En cuanto a nuestras mejores amigas? Las fórmulas hidratantes. Existen distintos tipos de cremas y productos reafirmantes que, además de mejorar el tono de la piel al nutrirla, la exfolian suavemente y refuerzan la epidermis. Entre algunos de sus componentes estrella se encuentra los ácidos retinoico, glicólico y hialurónico.

La tecnología que ofrece otra alternativa

Por otro lado, la voz del doctor Esteban Waliszewski, médico estético antienvejecimiento, es protagonista al hablar de opciones con aparatología. “Los principales tratamientos no invasivos para evitar la flacidez son aquellos que, sin duda, promueven la formación de fibras de colágeno y elastina, como la radiofrecuencia en sus diversas modalidades. Por ejemplo, la criofrecuencia, los ultrasonidos altamente focalizados y la mesoterapia facial”, explica.

La primera ayuda a fortalecer estas fibras, luego de estimular los fibroblastos, y los segundos creando microlesiones, las cuales favorecerán las formaciones de colágeno y elastina, dando un efecto lifting que, además de verse de inmediato, resulta progresivo.

Por su parte, la mesoterapia facial es un tratamiento en el cual se infiltran los medicamentos directamente en el lugar o zona donde queramos que actúen. “Vitaminas, antioxidantes y aminoácidos brindarán una nutrición adecuada a las células. Además, al agregar algunas enzimas, las células de grasa podrán disminuirse en áreas no deseadas”, dice.

Ante tal abanico de opciones, la juventud no sólo será exclusiva a las primeras dos décadas de la vida; en un futuro cercano no habrá pretexto para salir victoriosos ante cualquier signo de envejecimiento.

Radiofrecuencia

Por: Eliot Macías Ávila / Foto: Getty images
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