No le dará un Oscar pero es sin duda el personaje más divertido que ha hecho la actriz. Una comedia oscura e hilarante
La revista Esquire Latinoamérica nos comparte esta entrevista con Cameron Díaz por estreno de “Bad Teacher”.
Hay películas donde todas las bromas buenas se agotan en el trailer, y cuando ves la cinta completa, ya no queda nada chistoso. Todo lo contrario pasa con “Bad Teacher": los avances no muestran ni una fracción del gran humor negro con el que está plagada.
Elizabeth (Cameron Diaz) es una maestra que llega cruda a la escuela (o toma mientras da clase), prende su porro de marihuana adentro del coche (con las ventanas cerradas), manipula a los hombres a su antojo -sólo por decir algunas cosas-. Pero sobre todo, es una maestra que odia su trabajo en el John Adams Middle School y que busca un esposo que la mantenga para no tener que mover un dedo nunca más.
La “solución” a sus problemas llega con Scott Delacorte (Justin Timberlake), un profesor sustituto; insoportable, que no puede ser más teto -pero no importa, está forrado de dinero-. Y como a Scott le gustan las mujeres con senos gigantes, Elizabeth empieza a juntar 10 mil dólares para operarse.
En su búsqueda desesperada por conseguir ese dinero, a ella no le va a importar pasar por encima de Amy Squirrel (la maestra más “buena” de la escuela y su archirival, por supuesto), convertir un Car Wash escolar en un Wet T-Shirt Contest, torturar a sus alumnos... nada.
Cameron Diaz no ganará un Oscar por esta interpretación, claro, pero creo que es el personaje más cómico -cínico y pasado de la raya- que ha hecho hasta la fecha.
Los demás integrantes de “Bad Teacher” son personajes muy bien escritos, desde el maestro de deportes (interpretado por Jason Segel, de How I Met Your Mother, Forgetting Sarah Marshal, Knocked Up), la maestra gordita y ñoña (Phyllis Smith, de The Office, 40 Year Old Virgin), el director de la escuela (John Michael Higgins), hasta su roommate, un motocilista " muy rudo” (Eric Stonestreet, de “Modern Family”). Todo esto gracias a los guionistas Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg, los genios detrás de The Office.
P. ¿Es divertido interpretar a un personaje “malo”?
R: Sí, es un personaje muy divertido. Elizabeth no es en definitiva una persona buena, pero lo que es tan refrescante de ella es que es auténtica, es honesta consigo misma. Eso yo lo aprecio muchísimo, y creo que la audiencia también lo apreciará. Por ejemplo, Amy Squirrel es supuestamente “la buena de la película”, pero en el fondo es mentirosa, tramposa, manipuladora. Amy hace también hace cosas malas, pero con disfraz de “buena maestra”. Las dos quieren ganar un bono (de 6 mil dólares) que le dan al mejor maestro del año, Amy para presumir que es la mejor, y Elizabeth para su operación de boobs. Así que es diferente motivación, pero a fin de cuentas las dos están viendo por sus propios intereses.
P. Elizabeth dice y hace cosas bastante crueles, pero es muy chistoso...
R: Sí, muy crueles (risas). Pero lo que es genial es que ella no se disculpa por quién es. Cuando estaba leyendo el guión, pensaba: “Dios mío, ¿cómo van a redimir a este personaje? No hay manera de redimirla.” Y estaba preocupada por la forma en que, al final, iban a hacerla disculparse por todas sus maldades. Pero al final, no la hacen pedir perdón y eso me dio mucho gusto (risas). En ese momento fue cuando supe que quería este papel; jamás te llega a las manos un personaje que no tienes que redimir.
P. ¿Qué tienen en común tú y Elizabeth?
R. Una fuerte ética laboral (risas). A lo mejor ella no trabaja mientras está en la escuela; ahí se la pasa dormida. Pero en la noche, cuando está maquilando su plan para conseguir marido, ahí es cuando su verdadero trabajo empieza. Y ella le echa muchas ganas.
P. ¿Cuál fue el reto más grande al interpretar este personaje?
R. Lo más complicado era que estaba tan bien escrito, tan bien definido sobre papel, que tuve que hacer mi mayor esfuerzo para darle vida y que siguiera siendo tan cómico. Tenía miedo de que el resultado no fuera como la Elizabeth del guión, pero espero haber hecho un buen trabajo.
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