¿Quién da más?

¿Quién da más?

Descubre todo lo que el dólar puede comprar en la meca del cine

Se ha dicho muchas veces que Hollywood es una fábrica de sueños... y es cierto. La meca del cine nos permite entrar a mundos mágicos que nos llenan la imaginación con aventuras extraordinarias y personajes inolvidables, desde King Kong hasta los villanos creados por mentes prodigiosas, como el Joker, el archienemigo de Batman.

De estas historias siempre nos quedan en la mente no solo imágenes imborrables, como el último adiós de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart en Casablanca, sino, además, objetos cargados de un significado especial, como los zapatos color rubí que llevaron a Judy Garland de regreso a casa en el filme The Wizard of Oz; el traje que usó Russell Crowe para darle vida al valiente Maximus en Gladiator y la roca de brillante kriptonita verde que dejó al mismísimo Superman sin sus superpoderes.

Para los fanáticos del cine, estos son iconos casi sagrados que simbolizan el contenido emocional del filme. ¿Quién no reflexiona sobre lo que realmente es importante en la vida cuando recuerda a Rosebud, el trineo que arde olvidado entre las llamas al final de Citizen Kane?... Sin embargo, a pesar de su valor histórico y sentimental, en su mayor parte estos objetos no se encuentran en museos dedicados al séptimo arte, donde el público puede ir a disfrutarlos, sino en subastas públicas donde se venden al mejor postor. Y es que hoy, más que nunca, Hollywood está a la venta.

DE CHATARRA... A TESORO

En subastas llevadas a cabo recientemente, el traje rojo, amarillo y azul que usó Christopher Reeve en Superman se ofreció a la venta comenzando en 60.000 dólares; el de cuero negro que vistió Halle Berry cuando interpretó a Storm en X-Men se estimó en 20.000, mientras que el que transformó a Johnny Depp para el filme Edward Scissorhands (incluyendo las manos de tijera) se vendió entre 60.000 y 80.000 dólares.

Sin embargo, años atrás, esos trajes, lo mismo que los zapatos de Dorothy en The Wizad of Oz y la roca de kriptonita verde de Superman eran vistos simplemente como piezas del guardarropa y objetos de utilería. Después que terminaba el rodaje de la cinta, quedaban olvidados en los enormes almacenes de los estudios... o quizás un actor o un técnico conservaban alguno de recuerdo. “Antes, cuando terminaban de filmar las películas, tiraban todas esas cosas a la basura. A nadie se le ocurría conservarlas”, explica Joe Maddalena, el presidente de la firma de subastas de Hollywood Profiles in History, que recientemente puso a la venta el jacket que usó Matthew Broderick en Ferris Bueller’s Day Off comenzando en 20.000 dólares y la cabeza de Chewbacca, el extraterrestre de la serie de filmes Star Wars, empezando en 60.000 dólares.

Por supuesto, siempre había alguien que encontraba algún uso para estos artefactos olvidados. Ve Neill, la galardonada maquilladora de efectos especiales, se llevó a casa el ataúd que apareció en el filme Beetlejuice. ¿Qué hizo con él? Du- rante años lo usó como decoración de Halloween en el jardín de su casa. Neill también conservó souvenirs de Batman y otros filmes en los que trabajó. Pero después del boom de las ventas hollywoodenses, los objetos fueron ofrecidos en una subasta, donde los asistentes pudieron admirar los zapatos de Dorothy, las garras que usó Hugh Jackman como Wolverine y unas decoraciones del set de The Hunger Games.

Las enormes cifras que dejan esas ventas no han pasado inadvertidas por los productores de TV, quienes ya no esperan a que el programa salga del aire para vender los trajes y los objetos de utilería. Al final de la primera temporada de la exitosa serie Revenge, los muebles que decoran la majestuosa mansión donde transcurre la trama de intriga y venganza fueron puestos a la venta. Algunas piezas se vendieron en miles de dólares a solo minutos de ser anunciadas. Esto deja al equipo de producción con la tarea de hallar réplicas idénticas de esos muebles para la segunda temporada delshow? o a los escritores con la labor de explicar qué ciclón arrasó con el mobilia- rio de la distinguida Victoria Grayson, interpretada por Madeleine Stowe.

Por su parte, el sitio de ventas en línea One Kings Lane, que ofreció al público souvenirs de los filmes Jane Eyre y The Best Exotic Marigold Hotel, ya prepara para la venta su colección de objetos de la película Anna Karenina, estelarizada por Keira Knightley. Entre ellos se encuentran desde el diván donde se sentaba la heroína hasta los bloques de las letras del alfabeto con los que jugaba el personaje de Anna de niña.

El traje que usó Russell Crowe en Gladiator se puso a la venta entre 15.000 y 20.000 dólares.

¿ES UNA IRREVERENCIA... O UNA OBRA DE RESCATE?

Algunos fanáticos del cine, que son puristas de corazón, piensan que las subastas como estas comercializan con algo que, para ellos, es tan valioso como las obras de arte que cuelgan en el museo del Louvre. Pero Joe Maddalena no lo ve así. “Hay personas que dicen ‘eso es comerciar’ con el arte, pero la realidad es que Hollywood nunca ha hecho algo para conservar su historia (aunque tenemos los DVD de las películas). Si no fuera por las personas como yo y por los coleccionistas que los salvan, esos tesoros del cine se perderían para siempre”, dice. Y justamente porque los productores ya reconocen el valor monetario de esos objetos, hoy día se guardan bajo llave en los archivos de los estudios. Aun así, Maddalena exhorta a los compradores a que no los vean como una simple inversión: “Cómprenlos porque los aman”, expresó.

LA MARCA DE HOLLYWOOD

Cuando ves a tu estrella favorita detrás del volante de un flamante auto, bebiendo su cerveza preferida o mirando la hora en el reloj... ¿crees que la marca del producto que usa es casualidad o salió de la mente del guionista, quien basó su elección en la sicología del personaje? Si tienes esa idea, olvídala de inmediato. Además de vender los objetos “sagrados” de sus películas, Hollywood también vende espacio en el filme por medio de un intercambio llamado ubicación de productos.

De hecho, muchos expertos en mercadeo aseguran que esta es la mejor forma de anunciar un producto, ya que este entra en la mente del espectador “por debajo del radar” y de la mano de su estrella o personaje favorito. El refresco que bebe Tom Cruise, los zapatos que usa Sarah Jessica Parker y el auto que conduce Daniel Craig son asociados en la mente del público con esa celebridad. Es por eso que los fabricantes de una famosa marca de chocolate todavía se recriminan por rechazar la oportunidad de aparecer en uno de los filmes más taquilleros de la historia del cine. Fue otra marca de chocolate la que aceptó ser el dulce favorito de un querido extraterrestre creado por Steven Spielberg... y sus ventas subieron de la mano de E.T.

CELEBRIDAD POR UN PRECIO

¿Llegará el día en que, por una cantidad establecida (léase cientos de miles de dólares) podremos comprar un rol coestelar al lado de George Clooney o de Meryl Streep? La idea no es tan descabellada como crees... Los productores de The Amazing Spider-Man subastaron una visita al set de la película que incluye un pequeño papel con parlamento en el filme. Joss Whedon, por su parte, el creador de la exitosa serie de TV Firefly, vendió al mejor postor un rol en su próximo filme In Your Eyes, mientras que Will Farrell hizo lo mismo en su comedia Step Brothers. Estos no son hechos aislados; lo han hecho muchos en otras películas. Sin embargo, en todos estos casos, el monto recaudado por la venta de una participación en una película fue destinado a diferentes obras de caridad, demostrando de esta manera que aunque Hollywood siempre mantiene un ojo en las finanzas, en su pecho no late una fría caja registradora, sino un generoso corazón.

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