La estrella confiesa hacer malabares para compaginar su vida profesional y personal
Julianne Moore reconoce que cada vez le resulta más complicado compaginar su carrera interpretativa con el cuidado de sus dos hijos, Caleb (15 años) y Liv (11), ya que los dos grandes ámbitos de su vida se encuentran repletos de dificultades diarias que la artista debe afrontar tratando de no perder el equilibrio. No obstante, la renombrada actriz asegura al mismo tiempo que la gran prioridad de su vida reside en su familia, por lo que no dudaría en decidir por su faceta paternal en el caso de que sus compromisos profesionales le impidieran definitivamente lidiar con sus obligaciones más personales.
“En los últimos años, mi vida ha consistido en hacer malabares y tratar de sacar tiempo de debajo de las piedras para poder dedicarme a mis dos tareas principales: ser madre y actriz. Creo que a todos los padres les cuesta concentrarse por completo en las necesidades de sus hijos cuando tienen que trabajar prácticamente todo el día, por lo que a mí siempre me preocupa la posibilidad de que no esté haciendo las cosas bien cuando estoy en casa. Nadie es perfecto, desde luego, pero en el momento en que esté convencida de que mi labor profesional interfiere en exceso en mi vida familiar, me lo tendré que replantear todo. El principal objetivo de una madre es asegurar el bienestar de sus hijos, y esa es mi gran prioridad”, reflexionó la intérprete en la revista You.
A pesar de que no le sobran horas en su frenético ritmo de vida, a la estrella de Hollywood le gusta relajarse de vez en cuando disfrutando de una tarde agradable junto a su grupo de amigas. Pero en vez de optar por una salida vespertina o una intensa charla acompañada de unas cuantas bebidas, Julianne confiesa que el principal cometido de sus reuniones consiste en hacer manualidades y crear peculiares obras de arte con las que decorar su casa.
“A veces parecemos un grupo de jubiladas que no tiene nada mejor que hacer en su vida, pero la verdad es que nos divertimos mucho aprendiendo a pintar con acuarelas y haciendo adornos con marquetería y papeles de colores. Somos todavía unas iniciadas, aunque una de ellas es un poco más experimentada y es la que nos está enseñando a todas”, bromeó la actriz estadounidense.
Pero esta no es la única anécdota que Julianne no teme revelar en público, ya que la intérprete asegura sin reservas que sus habilidades culinarias son bastante escasas e imposibles de comparar con su pericia a la hora de utilizar la aspiradora.
“La verdad es que soy una cocinera terrible, no lo voy a ocultar. Solo puedo decir que mi especialidad es hacer el desayuno. Sin embargo, puedo presumir de ser una gran limpiadora, no dejo un rastro de polvo en la casa cuando saco la aspiradora”, concluyó.
