La estrella de la música tuvo que luchar contra la enfermedad derivada del coronavirus al tiempo que atendía a su pequeño Jameson.
La cantante Pink ha querido sincerarse una vez más sobre la dura batalla que le enfrentó al coronavirus el pasado mes de marzo y, lo que es más angustioso todavía, sobre la fuerte infección respiratoria que marcó la experiencia de su hijo Jameson, de solo tres años, con la enfermedad derivada de la pandemia.
Aunque afortunadamente madre e hijo están ya plenamente recuperados de tan duro y prolongado bache de salud, la intérprete reconoce que todavía sigue bastante traumatizada por la experiencia, entre otras razones porque recuerda a la perfección los ataques de pánico que padecía constantemente a cuenta de la salud de su niño.

Te puede interesar: Pink se siente tentada por la cirugía estética
Pink se sincera sobre sus ataques de pánico durante la convalecencia de su hijo
«Creo que es importante resaltar esto para la gente que tiene coronavirus. Los ataques de pánico y los picos de ansiedad son normales, hay que aprender a confrontarlos. Cada uno los vive a su manera, en mi caso sentía directamente que mi mundo se derrumbaba», declaró en su última intervención pública.
Como se desprende de la entrevista que concedió a su amiga Vanessa Inn para un directo de Instagram, la carismática intérprete explicó que, durante esos momentos de incertidumbre y adversidad, empezó a sufrir brotes constantes de ansiedad cuya intensidad no había llegado a experimentar nunca.
Te puede interesar: Pink ‘rezó y lloró’ durante su batalla contra el coronavirus
Incertidumbre
«Me acuerdo de que estaba al teléfono contigo y sufriendo uno de mis primeros ataques de pánico. En la etapa en la que estaba tan preocupada por Jameson, exhausta y preguntándome si iba a morir de esto», admitió durante su emotiva conversación.
Sin embargo, y al margen del terror que la invadía, Pink logró contener ese exceso de estrés a través de una innovadora técnica de relajación, la cual le fue recomendada por su interlocutora.
«Fue muy oportuno tenerte a mano: me dijiste que me fijara en las texturas y los colores de lo que llevaba puesto y de la silla en la que me sentaba», apuntó.
