Si deseas mejorar todas tus relaciones, aprende a sentar límites y deja claro que ¡hay que respetarlos!
Ana María siente que nadie respeta su espacio personal. ?Mi hermana, mis amigas y hasta mi esposo disponen de mi tiempo como si fuera suyo?, se queja molesta. Claudia, por su parte, considera que sus colegas en la empresa en la que trabaja no la respetan. ?Ninguno toma en cuenta mis opiniones; las descartan como si no tuvieran el más mínimo valor?, dice con visible indignación. Gabriela, que es esposa y ama de casa, se considera la ?Cenicienta? de su hogar. ?Los intereses de todos van antes que los míos. Yo siempre estoy en cuarto o quinto lugar?. Como es de esperarse, eso afecta sus relaciones, pues la persona que siente que otros transgreden sus límites poco a poco se llena de ira, rencor y frustración. ¿De qué otra forma podría ser?
En estos casos siempre es más fácil echarles la culpa a los demás, que son ?de acuerdo con la ?víctima?? desconsiderados, egoístas, insensibles o abusivos… De esta manera, el mundo se divide en víctimas y villanos.
¿La buena noticia? La realidad es que Ana María, Claudia y Gabriela no son víctimas de los demás; ellas son las responsables del trato que reciben. Aclaramos que esto no es un motivo para que se sientan mal consigo mismas, sino para que celebren. Sí, porque si el problema está en ellas, pueden resolverlo. (Por supuesto, este tema no abarca los casos extremos de abuso o violencia, que deben tratarse con la ayuda de los expertos indicados.)
LOS LÍMITES SON TUS AMIGOS
La frase ?sentar límites? nos suena… limitante, ¿no es cierto? Pero no te dejes engañar; en realidad, es liberadora. Piénsalo: es la única manera de protegernos física, mental y emocionalmente de ser usados o manipulados por los demás (aun cuando esas personas no piensan que lo están haciendo). Cuando los estableces de una forma clara, eres libre para expresar tu auténtico yo ?lo que deseas y necesitas, y lo que no estás dispuesta a hacer? para tener relaciones más sanas y justas con los demás. El problema es que, quizás por una cuestión cultural, debido a la crianza o a lo que entendemos como ?el rol de la mujer?, a muchas aún nos cuesta trabajo trazar esa raya y decir ?Hasta aquí?. ¡Especialmente cuando se trata de nuestros seres queridos! Pero si entiendes la importancia de hacerlo, ya has dado el primer paso. ¡Aquí tienes los otros que necesitas dar para llegar a la meta!
PASO A PASO
1 RECONOCE TUS DERECHOS. Vamos a comenzar por lo básico: tú tienes el derecho y la responsabilidad de decidir cómo deseas ser tratada por todos en tu vida. Si leer esta frase te hace sentir incómoda, no lo dudes: es porque sufres de baja autoestima. En ese caso tu primera labor consiste en reconocer tu valor como ser humano y tu derecho a ser tratada con respeto. Cuando aprendas ese principio, podrás lograr tu objetivo con los demás.
2 ESTUDIA TU COMPORTAMIENTO. ¿Qué actitudes les dejan saber a otros, de una manera indirecta, que pueden pasarse de la raya impunemente? Quizás no expresas lo que sientes por temor a desentonar, has aprendido a callar cuando te enojas, para no resultar ?desagradable?, o te sientes culpable si dices ?no? a una petición que sientes injusta o que no deseas conceder. Conoce la regla de oro: Tú les enseñas a los demás la manera como pueden tratarte, por lo que aceptas de ellos.
3 ENTIENDE QUE LAS NECESIDADES Y LOS DESEOS DE OTROS NO SON MAS IMPORTANTES QUE LOS TUYOS. Esto no es carta blanca para el egoísmo, pero si pones las necesidades y los deseos de todos antes que los tuyos, no podrás tener relaciones sanas con ellos. Sí, es cierto que a veces nos toca ceder y ?negociar?, sobre todo para vivir armoniosamente en familia, pero cuando siempre cedes y quedas en un segundo plano, los demás aprenden que ese es tu ?hábitat? natural.
5 SÉ CONSISTENTE. Si un día aceptas un comportamiento y al otro rechazas el mismo trato, estarás enviando un mensaje doble que solo confundirá a los demás. Mantener tu posición les enseña a otros que no estás jugando y que deben tomarte en serio.
6 EXPRÉSATE CON FIRMEZA. Hay quienes cometen el error de creer que la única forma de darse a respetar es alzando la voz o creando una escena desagradable con la otra persona. La realidad es que, como dice el viejo dicho, ?lo cortés no quita lo valiente?. La clave está en dejarles saber a los demás, de una manera amable, pero f irme, cómo esperas ser tratada. Por ejemplo: ?Por favor, no me alces la voz cuando te dirijas a mí?. ?Espero que seas puntual?. ?No puedo prestarte dinero hasta que me pagues el que me debes?. Estas frases no ofenden, pero sí dejan en claro tu posición.
7 ENSAYA EL COMPORTAMIENTO CORRECTO LAS VECES QUE SEAN NECESARIAS. Vamos a suponer que aún no te sientes con el nivel de autoestima adecuado para establecer tus límites. ¡No importa! Sigue el consejo de muchos sicólogos y actúa como si ya lo tuvieras. Visualiza cómo actuarías cuando sientes que violan tus derechos o que no te tratan como deseas. En tu mente, ensaya el comportamiento ?mírate como si estuvieras en una película? hasta que conozcas bien tu ?papel? y te sientas capaz de desempeñarlo en la realidad.
8 CELEBRA TUS VICTORIAS. Cuando cambies tu actitud y lo que esperas de los demás, y lo comuniques de una manera clara y directa, comenzarás a ver los cambios en el trato de ellos hacia ti. Pero, aún más importante, empezarás a verte de una manera diferente, como una persona que merece respeto y consideración. Y que, con clase y sin ofender, sabe exigirlo. ¡Celebra esos momentos de victoria! Esto reforzará tu actitud y te ayudará a mantenerte enfocada en tu meta.