Con un poco de imaginación...
Transforma una tarde en un centro de actividad y diversión para tu hijo, si tienes una pelota y un pasillo en el que no hayan objetos con los que él pueda lastimarse.
Al final del pasillo puedes poner un muñeco para que sirva de portero y de repente estarán en un pequeño ?campo? de fútbol.
Es cuestión de idear nuevas posibilidades.