9 consejos para hijos de padres separados

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La situación es difícil para los hijos, pero siempre hay que buscar la manera de evitar conflictos y comprender el momento por el que se está pasando

Vacaciones, festejos familiares y fines de semana ya no serán lo mismo: cuando los padres se separan, la primera sensación que experimentan los hijos es que su mundo se vino abajo. Algunos se encierran en su cuarto, otros huyen fuera de la casa. Los jóvenes son los que más sufren la separación, ya que justamente necesitan del apoyo de sus padres en el momento de soltar el hogar.

Se estima que alrededor del 20 por ciento de los niños nacidos en el seno de un matrimonio experimenta una separación, a los que se suman los hijos de parejas no casadas. Existen algunos consejos para facilitarle el duro trance a los jóvenes. Aquí algunos de ellos:

1. Expresar los sentimientos: la mejor forma de lidiar con el miedo, el enojo, la tristeza o la desazón es hablar abiertamente sobre lo que a uno le pasa. Es mejor expresar el enojo y la tristeza que rumiarlos. Vale todo: llorar, esconderse en el sótano y gritar o salir a correr.

2. Hablar con los padres: los jóvenes deberían poder preguntarles a sus padres sin reproches qué es lo que pasa. No hablar y mantenerse receloso no ayuda. Los jóvenes deben hablar con los dos padres para no terminar “de un lado”. Si los padres no se muestran dispuestos de inmediato a una charla, hay que volver a pedírselo y recordarles su rol como padres. Quien encuentra difícil hablar de la separación puede también escribir un e-mail o una carta.

3. Reclamar el propio derecho a opinar: los jóvenes deben pedir ser incluidos en decisiones, como una mudanza. Los especialistas consideran que deberían poder hablar con sus padres acerca de cómo seguirá la situación. Ya sea que van a vivir unos días en la casa del padre y otros en la de la madre o que pasarán la semana en una casa y los fines de semana en otra, los jóvenes deberían poder opinar sobre el tema.

4. Buscar apoyo: un buen psicólogo o consejero puede ayudar a los jóvenes a pensar junto a sus padres, familiares y amigos cómo atravesar estos tiempos difíciles y qué les hace bien.

5. Buscar “padres sustitutos": si los propios padres están muy ocupados en salir adelante ellos mismos, amigos, padres de amigos, parientes y conocidos con experiencias similares pueden brindar apoyo, orientación y refugio. Esto le permite a muchos jóvenes distanciarse con mayor facilidad de los padres y lidiar con la situación.

6. Mantener los intereses: los jóvenes deberían seguir adelante con su propia vida y no dejar de lado sus hobbies. No hay obligación de sentirse mal porque los padres están mal. Quien se queda encerrado en su casa podría, a la larga, perder a sus amigos.

7. No mezclar los tantos: si los padres se hacen daño mutuamente o uno se siente agredido, lo mejor es establecer límites claros. No es tarea de los hijos volver a unir a los padres. Tampoco hay que dejar manejarse por uno de ellos o permitir que descarguen sus frustraciones en uno. Lo mejor es tomar distancia y aclararles: “Arréglense entre ustedes”.

8. No hacerse reproches: los jóvenes nunca deberían sentirse culpables de la separación. Está bien que los hijos puedan decir abiertamente que desearían que sus padres volviesen a estar juntos, pero no son responsables de que ellos vuelvan a llevarse bien.

9. Estar abierto a las nuevas parejas: los jóvenes deberían tratar de recibir a las nuevas parejas de sus padres con la mayor apertura posible, ya que los padres también tienen derecho a hacer algo nuevo con sus vidas. El nuevo novio de la madre no reemplazará al padre ni la novia del padre a la madre, pero podría llegar a convertirse en un buen amigo.

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