Ed Sheeran tiene una personalidad adictiva: da igual que sean tatuajes o alcohol
El cantante se considera una persona incapaz de hacer nada a medias y ese rasgo de su carácter solo ha empeorado en las giras.

El cantante se considera una persona incapaz de hacer nada a medias y ese rasgo de su carácter solo ha empeorado en las ocasiones en que ha salido de gira.
2020 es un año que Ed Sheeran se ha tomado para descansar, alejándose de la música y desconectando de las redes sociales tras concluir su gira ‘Divide’, para centrarse en «viajar, leer y escribir».
Sin embargo, el cantante reapareció ahora en público para conceder una rara entrevista en la que habla con una sinceridad apabullante de sus problemas de adicción, explicando que no se trata de una dependencia concreta a ciertas sustancias, sino del tipo de personalidad que tiene y que le impide controlarse.
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Ed Sheeran tiene una personalidad adictiva: da igual que sean tatuajes o alcohol
«Creo que ciertas cosas, como el azúcar, los dulces, la comida chatarra, la cocaína, el alcohol, hacen que te sientas mejor cuanto más consumes, pero eso es lo peor para ti. Creo que con la adicción resulta muy complicado controlarse, pero la clave es la moderación», afirmó durante su intervención en una conferencia virtual sobre ansiedad y bienestar organizada por Hay House.
El artista británico se considera una persona incapaz de hacer nada a medias, sea lo que sea. Por eso, antes no concebía la idea de hacerse un solo tatuaje y dejarlo ahí, o tomarse una única copa de vino en lugar de acabarse dos botellas. En ese sentido, se ha sentido muy identificado con Elton John tras leer su autobiografía, en la que se sincera acerca de los atracones de helado que solía darse hasta vomitar o cómo bebía un martini tras otro hasta perder el sentido.
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Amor y apoyo
En su caso, las giras de conciertos que se alargan meses y meses, durante los que duerme en un autobús, come cualquier cosa y apenas ve la luz del día, mientras su familia y amigos siguen adelante con sus vidas en su ausencia, solo consiguieron empeorar ese rasgo de su carácter propenso a los excesos, hasta el punto de que empezó a sufrir ataques de pánico.
«Cada día hay una nueva fiesta, porque cada día estás en un lugar diferente en el que tienes a otra persona a la que ver, con la que no has coincidido en mucho tiempo», resumió.
Afortunadamente, su esposa Cherry Seaborn le ha ayudado a tener un estilo de vida más equilibrado, comiendo más sano y bebiendo menos alcohol, y a distinguir si está pasándose de paranoico en algún momento.