Kate Moss es una mujer nueva tras abrazar la sobriedad
La modelo se mete en la cama a las once para ver Netflix, se asegura de dormir al menos ocho horas y comienza las mañanas practicando yoga.

La modelo se mete en la cama cada noche a las once para ver Netflix, se asegura de dormir al menos ocho horas y comienza las mañanas practicando yoga con su entrenador personal.
Desde su salto a la fama siendo tan solo una adolescente, Kate Moss se ha ganado una merecidísima reputación como uno de los iconos de estilo más relevante de las últimas décadas y también como una de las mayores amantes de la fiesta.
Kate Moss es una mujer nueva tras abrazar la sobriedad
De hecho, en los últimos años de los noventa y principios del 2000, existen casi tantas fotos suyas en editoriales de moda como tambaleándose a la salida de algún bar tras una noche de excesos. Sin embargo, en la actualidad ha dejado atrás ese estilo de vida poco recomendable para abrazar otro mucho más hogareño.
«Me meto en la cama alrededor de las once de la noche y veo Netflix antes de quedarme dormida. Acabo de concluir la serie ‘Sex Education'», comentó en una entrevista a la revista ELLE en la que se presenta como una persona madrugadora, que necesita al menos ocho horas de sueño para no sentirse «adormecida» por las tardes.
Comportamiento errático
Por sorprendente que parezca, ahora Kate comienza las mañanas haciendo yoga con un entrenador personal que acude a su casa y también tiene un pequeño gimnasio con una bicicleta estática de Pelotón, que confiesa que no usa a menudo porque le parece un ejercicio demasiado intenso. «Aunque a mi hermano sí que le encanta», destaca.
Según sus allegados, como el DJ Fat Tony, Kate lleva dos años completamente sobria y ha dejado atrás los escándalos que a punto estuviera de costarle su carrera. En 2005 perdió varios contratos muy lucrativos con distintas marcas después de que saliera a la luz un video suyo consumiendo cocaína con su entonces novio Pete Doherty, y en 2015 protagonizó un nuevo escándalo cuando la policía tuvo que sacarla a la fuerza de un vuelo de EasyJet después de que el personal de cabina se hartara de su comportamiento errático.