La dulce venganza de Victoria Beckham

La dulce venganza de Victoria Beckham

Tres años después de su primera colección, la cantante y diseñadora se ha ganado un lugar en la moda

Abr. 18, 2011

Reinventarse no es tarea fácil, pero Victoria Beckham parece haberlo conseguido. Poco a poco van desapareciendo de los medios las alusiones a su pasado como Spice Girl, a su malogrado intento de triunfar como solista, a los rumores sobre su pareja, a sus implantes y a su fabulosa colección de bolsos Birkin y Kelly. Surgen, en cambio, cada vez más los comentarios elogiosos sobre su carrera como diseñadora de moda.

Desde que lanzó su primera colección en el 2008, Victoria demostró, de una vez por todas, que no es una de las celebridades que ponen su nombre y su imagen a una línea de ropa creada rápidamente. Sus piezas son bien pensadas, elegantes y muy de ladies, y es fácil imaginar a Grace Kelly o Jackie Kennedy con cualquiera de ellas.

La colección primavera-verano 2011

Para esta temporada, Victoria admite haberse concentrado particularmente en las formas y curvas, y sobre todo en el confort, abandonando los estrictos corsés de las anteriores colecciones. “Quería vestidos fáciles de usar cuando viajo, durante el día o la noche”, comentó al New York Times.

Ella también simplificó su propio look: “Mi estilo se relajó un poquito”, admite. Atrás quedaron los jeans bordados, las extensiones capilares y el falso bronceado. Ahora muestra un aspecto más discreto y natural.

La delgadísima Victoria quiere hacer ropa para todos los físicos (aunque lamentablemente no para todos los bolsillos, pues sus vestidos cuestan entre 1.500 y 6.300 dólares) y con su nueva colección, inspirada en las delicadas formas de las esculturas de Brancusi, celebra a las mujeres con curvas. “Quiero que las mujeres luzcan y se sientan fantásticas”, dijo en Londres. En la presentación privada de su línea en New York, ninguna modelo tenía menos de una talla 6. Por eso Oprah Winfrey y América Ferrera han llevado sus modelos en las alfombras rojas.

Por otra parte, las telas que elige para sus creaciones son seda de paracaídas, jacquard, piqué, jersey engomado, lamé, georgette... Victoria conoce y ama las texturas con las que trabaja. “Adoro la sensación de la seda de paracaídas”, que fue un descubrimiento reciente y cuenta que la adoptó solo después de comprobar su buena caída sobre su propio cuerpo. Los colores de esta colección son brillantes y primaverales: naranja, rosa, beige, púrpura y, por supuesto, blanco, para ella “el color chic por excelencia”.

Su forma de trabajar

Victoria no puede evitar los rumores que sugieren que no es ella quien diseña sus creaciones y solía decirse que su amigo, el modisto Roland Mouret, era el cerebro y ella solo la imagen. Si bien estos rumores no le sorprenden (está acostumbrada a esta desconfianza), insiste con firmeza en que no son ciertos, aunque, admite, con una honestidad desarmante, que no dibuja y que técnicamente tiene mucho que aprender. Reconoce, además, que trabaja de una manera poco convencional, pues prueba las telas sobre su cuerpo, busca las formas más favorecedoras y se hace permanentemente la pregunta clave: "¿Me pondría esto?”, sin importarle si está de moda o cuáles son los colores de la temporada.

Hace poco, Victoria aceptó que es “una maniática del control. Si voy a hacer algo lo haré al 110%; si no, no hay razón para hacerlo, ya que me quita tiempo de estar con mi marido y mis hijos”.

La satisfacción que obtiene de esta carrera es infinitamente mayor que la que le proporcionaba la adulación de la época de las Spice Girls. “El respeto que obtengo por mi trabajo en la moda es mucho más halagador que el que recibí antes, pues estoy compitiendo en un área en la que puedo mantener mi cabeza alta”. Por cierto, el fuerte de Victoria nunca fue su voz y como ella dice: “Jamás iba a ser competencia para Mariah Carey”. En cambio, su fascinación por la moda, trasmitida por su madre Jacqueline, la lleva desde pequeña.

El éxito

Aunque hasta ahora no ha participado en los desfiles de prêt-à-porter (prefiere las pequeñas presentaciones personales), el imperio VB se está expandiendo sin prisa, pero sin pausa, a pequeños pasos. Pequeños o quizás no tanto, ya que el último año, VB vendió prendas por 12 millones de dólares. Victoria fue nominada por el British Fashion Council en la categoría Marca de Diseño del año 2010 junto a Mulberry, Burberry y Pringle of Scotland (Mulberry obtuvo el premio). Sus vestidos están entre los más vendidos de la exclusiva Bergdorf Goodman de New York, donde se exhiben junto a los de diseñadores ya establecidos como Vera Wang o Narciso Rodríguez, e incluso cada temporada hay una lista de espera para adquirirlos. Lo mismo sucede en Neiman Marcus de Los Angeles, cuyo director de moda, Ken Downing, alaba “su impresionante conocimiento de costura” y su capacidad “para exaltar lo mejor de las formas femeninas”. Es por esta razón que sus modelos no llegan siquiera a los puntos de venta, pues las clientas los reservan antes de que salgan del showroom.

Que algunas de sus clientas sean Demi Moore, Blake Lively, Gwyneth Paltrow, Heidi Klum, Brooke Shields, Cameron Díaz, Sarah Jessica Parker, Drew Barrymore, Jennifer López o Madonna ciertamente ayuda a la fama de Victoria. “El apoyo ha sido fantástico. Y lo que es genial es que mis vestidos se ven sobre todo tipo de cuerpos, pequeños como el de Madonna o más curvilíneos como el de Jennifer Hudson, quien llevó modelos míos en los Golden Globes 2009", dice. Madonna es la única celebridad a quien Victoria envió de regalo un vestido tipo corsé, que la cantante usó para su fiesta de cumpleaños en agosto de 2009, dándole una increíble exposición mediática y un enorme empujón a la marca.

Diseños de Victoria Beckham

El it bag de VB

La empresa VB prospera, e incluso en una época de restricciones, se agranda, pues ha lanzado fragancias, una línea de jeans y otra de gafas. Esto le dio valor a Victoria para arriesgarse en el difícil negocio de los bolsos. Para la concepción de su it bag, contó con los consejos de Katie Hiller, prestigiosa diseñadora de accesorios, aunque esta aclara que solo es consultora y que Victoria es la única creadora de su bolso.

Nadie puede discutir que de bolsos, Victoria
sabe muchísimo. “Tuve la suerte de poder usar bolsos de algunos de los mejores diseñadores del mundo. Aprendí mucho sobre qué colores se usan más que otros. Tuve todo eso en cuenta cuando creé mi colección”, dijo. Pero eso no significa que no volverá a usar alguno de sus numerosos Birkin. “Dijeron que proclamé que el Beckham sería el nuevo Birkin. ¡Nunca me atrevería a ser tan arrogante!”.

Su línea Primavera 2011 -seis modelos en nubuck, lagarto, cocodrilo, cuero de becerro y de búfalo- está basada en el concepto “24 horas en la vida de Victoria”. Incluye desde pequeños bolsos para colgar del hombro hasta el Victoria Beckham, severo y superchic para la mujer que trabaja. Los precios de sus bolsos van desde 1.800 hasta 14.000 dólares, lo que no detiene a sus admiradoras: su bolso en dos tonos a un costo de 2.000 dólares se agotó a los 60 minutos de salir a la venta en Net-a-Porter, el sitio inglés de prendas de lujo online. Su versión más grande la hizo pensando en su marido. “Debía hacer algo que David pudiera usar, donde pudiera arrojar su jogging y llevarlo en el avión”, dijo al presentarlo.

¿Una vida como de cuento de hadas?

David Beckham, con quien lleva casada 11 años, sigue siendo el hombre de su vida, a pesar de las tormentas tan ampliamente difundidas por los medios del mundo entero. “Somos almas gemelas, seguimos estando muy cerca uno del otro”, confesó. Y como prueba de amor eterno, se hizo tatuar en la parte posterior del cuello un verso hebreo del Cantar de los Cantares: “Pertenezco a mi amado y mi amado me pertenece”. A los 36 años, madre de tres varones (Brooklyn, Romeo y Cruz), espera su cuarto hijo.

Victoria admite que hay que esforzarse para mantener la fama. El trabajo no le asusta pues, según dice, “nadie me regaló nada, nada me ha llegado fácil”. Ya en la escuela debía trabajar mucho para obtener buenos resultados. Su voluntad la heredó de su padre, quien comenzó como electricista y llegó a tener un Rolls-Royce.

De pequeña, soñaba con ser bailarina y admiraba a la princesa Diana de Gales por su clase y su trabajo humanitario. Hoy, los Beckham, a través del Victoria and David Beckham Charitable Trust, recaudan millones para la investigación del cáncer, la educación infantil y la asistencia médica a niños necesitados. El lado comprometido de Victoria puede ser una sorpresa para aquellos que la consideran frívola. “Me encanta probarle a la gente que se ha equivocado sobre mí...”, confiesa satisfecha.

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