El mundo de Jean Paul Gaultier

  • Facebook
  • Twitter
  • Tumblr
  • Email

Entérate cómo una exposición de sus modelos mostrará el genio de uno de los enfants terribles de la moda

Se había negado hasta ahora a ser objeto de una retrospectiva en un museo. Decía que eso era “para los muertos”. Sin embargo, parece haber cambiado de opinión. Y felizmente, porque gracias a la exposición que le dedica el Museo de Bellas Artes de Montreal, en Canadá -primer paso de una “gira” que la llevará a otras cuatro grandes ciudades-, cientos de miles de personas podrán constatar el genio y figura de uno de los más grandes artistas de la moda contemporánea.

A sus 59 años, no puede decirse que JeanPaul Gaultier sea un joven creador ni mucho menos un niño, sin embargo, el mote de enfant terrible le sigue pegado a la piel, así como el de provocador y rebelde. Y es porque, en cierta manera, lo sigue siendo, aun cuando pasó siete años como director creativo de la muy tradicional casa Hermès; aun cuando puede, si lo desea, crear modelos ultrachic para “la burguesa sin edad”, como lo demostró en su colección Otoño-Inverno 2011-2012 . Pero lo que JPG no puede es disimular su genio para encontrar inspiración en los aspectos más diversos de la vida diaria, que incluye en sus desfiles: el arte del tatuaje del cuerpo, las tradiciones jasídicas judías, los turbantes de las inmigrantes africanas o la retro-cool de Harlem, todos y muchos más han emocionado al diseñador y fueron temas de diferentes colecciones. La calle, suele decir, siempre fue su primera fuente de inspiración.

Aun sus errores y faltas de gusto pueden provocar en él una idea para un vestido o quizás una colección.Curioso de todas las culturas, JPG reivindica en sus creaciones el derecho a la diferencia y concibe una nueva manera de hacer la moda, borrando las fronteras entre las culturas y entre los sexos, y cruzando la infranqueable barrera de la belleza convencional. Por ello fue el primero -y quizás el único?-en hacer desfilar a bellezas que él llama “atípicas”, como Rossy de Palma o Beth Ditto, así como a mujeres de cierta edad. “Es mi lado Superman de la moda”, dice, “que quiere hacer ver el encanto allí donde, aparentemente, no está". Pero si la gente cree que lo que busca es hacer reír o peor, hacer hablar de él, se equivoca. “Esa nunca es mi intención, siempre me gustaron las mujeres diferentes”, recalca. En cuanto a la edad, insiste en que no es necesario ser joven a cualquier precio o tener las medidas perfectas para usar su ropa.

Una muestra a su medida La exhibición presenta 140 modelos, principalmente de las colecciones de alta costura y prêt-à-porter, creados por el diseñador entre 1976 y 2010. Bocetos, trajes de teatro, extractos de filmes, desfiles, conciertos, videos musicales, entrevistas y programas de TV brindan una caleidoscópica visión del mundo de Gaultier, así como fotos nunca vistas antes de artistas como Mario Testino, Richard Avedon, Steven Meisel, Herb Ritts, Helmut Newton, Patrick Demarchelier, Andy Warhol, Peter Lindbergh o Karl Lagerfeld. También son evocadas sus colaboraciones artísticas: en el cine (con Pedro Almodóvar, entre otros), en la danza (con Maurice Béjart) o con estrellas del pop internacional como Kylie Minogue, Beyoncé , Boy George, Rihanna , Lady Gaga, Tina Turner, Prince o Madonna ; esta última prestó dos de los icónicos corsés de su gira Blond Ambition.

Jean Paul Gaultier en la presentación de su nueva fragancia, Kokorico, este verano

Todo lo que hace excelente una exposición está allí: las obsesiones, las influencias, los testimonios, los elementos multimedia, (maniquíes con rostros animados por videos que hablan o cantan). Pero hay más, porque para Nathalie Bondil, directora y conservadora en jefe del museo, Jean Paul Gaultier no es solo un diseñador: “Yo quería hacer una exposición sobre él más que sobre ningún otro modisto por su humanidad, pues además de su virtuosismo técnico, de su imaginación desenfrenada y de sus históricas colaboraciones artísticas, Jean Paul Gaultier ofrece una visión abierta de la sociedad, un mundo de locura, de sensibilidad, de humor y de impertinencia, donde cada uno puede afirmarse como es; un mundo sin discriminación y una ?costura fusión? única. Hay en su obra una verdadera generosidad y un mensaje social muy fuerte, disimulados bajo un manto de humor y de ligereza”.

Moda y cine La pasión de Gaultier por la moda comenzó desde su más temprana edad. Como testimonio, la exposición incluye un osito de peluche, el primer maniquí al que cosió su primer sostén cónico a los 7 años. Su abuela fue su primera influencia y él recuerda la fascinación que ejercieron sobre él la ropa negra que ella llevaba, sus plumas y sus corsés (que él ayudaba a ceñir) y que luego convertiría en un objeto icónico en su creación.Su abuela fue también la primera que, alertada por la pasión de su nieto por un programa de TV sobre las bailarinas del Folies Bergere y su propensión a hacer vestidos a su osito, comprendió su talento y su latente inclinación sexual. Pero para el adolescente fue un filme francés ?Falbalas?, que relata la ascensión de un modisto, lo que lo hizo consciente de lo que deseaba hacer. “Podría decir que mi interés por la moda viene del cine, por ello, a través de mi ropa quiero contar una historia y presentarla con una puesta en escena”, cuenta Gaultier. Siendo adolescente, envió sus bocetos a varios modistos.

Pierre Cardin quedó encantado y lo hizo su asistente: tenía 18 años. Más adelante trabajó para Jacques Esterel y luego para Jean Patou, pero el ambiente estricto y anticuado de la casa de este lo convenció para buscar su propio camino. Para su primera colección en 1976, lanzó un casting en un diario: “Creador no conformista busca modelos atípicas; caras rotas no abstenerse”. El tono estaba dado. En los años 80 la marca creció y tuvo un éxito enorme. De esta época nacen los clásicos de Gaultier como el trench, la falda para hombre, el bustier cónico y el pulóver marinero a rayas; este último lo recreó una y otra vez en sus colecciones prêt-à-porter y de alta costura en todos los materiales posibles e imposibles: en cuero, plumas, encaje, crochet... con pantalones, con kilt, con un smoking, para mujer, para hombre, sin espalda... Sus colecciones a menudo son homenajes a filmes (Muerte en Venecia e Easy Rider); a tendencias (piercings y tatuajes), a la actualidad (high tech) o a las religiones, como Like a Prayer...

Cada uno de sus desfiles es un espectáculo fuera de lo común; un buen ejemplo es la colección Primavera-Verano 2003, en la que puso en escena vestidos suspendidos por cadenas de metal... Su curiosidad no tiene límites: los marahajás de Bollywood, las bailarinas de flamenco o el mundo salvaje, todo le interesa.

También el futuro, como lo demostró en la colección High Tech de 1979, con sus creaciones en tela elastizada, géneros 3D, vestimentas inflables y joyas electrónicas. JPG y su musa En 1990, el corsé cónico que usó Madonna en su gira Blond Ambition elevó a Gaultier al rango de creador... icónico. ¿Imaginaba el impacto que tendría esa prenda en su carrera? ¿Que adquiriría el estatus mítico del vestido de Marilyn Monroe en La comezón del séptimo año o el del little black dress de Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany? ¿Que el sostén cónico sería interpretado como símbolo de protesta femenina y de provocación sexual? “No. Era fan de Madonna y estuve encantado de colaborar con ella, pero no lo hice pensando en mi carrera, sino en su gira”, explica.Con Madonna colaboró otra vez para su gira Confessions en 2006; también con Kylie Minogue para la suya en 2008 y más recientemente, en un documental con Lady Gaga, la Madonna de hoy. Pero JPG nunca disimuló su particular debilidad por las figuras francesas, como Catherine Deneuve (quiensolo “traicionó" a su adorado Yves Saint Laurent con él), Marion Cotillard (recibió el Oscar por su actuación en La Vie en Rose con una de sus creaciones de la colección Sirenas) o su amiga Carla Bruni (se casó con el presidente francés Nicolás Sarkozy con un modelo de la colección Otoño-Invierno 2008 de Hermès hecha por Gaultier).

Pero en realidad “su” musa no es una mujer, sino una ciudad: París. En efecto, muchos de sus desfiles, tanto prêt-à-porter como de alta costura tuvieron a París como tema guía: La Parisienne punk, Las parisinas gitanas, Elegancia parisina... el París de Gaultier. “París evoca para mí la elegancia y la nostalgia. Yo era un provinciano y las asocio todavía con la imagen sublimada de París, que me llegaba a través de revistas y de la televisión”, recuerda el modisto. Hoy día, Gaultier está a la cabeza de lo que él llama con sarcasmo “mi imperio”, que incluye perfumes, jeans, gafas, joyas, ropa de niños y objetos para el hogar. Pero no olvida sus raíces ni su amor por la gente, un sentimiento recíproco a juzgar por las demostraciones de cariño de las que es objeto donde va. “Cuando la gente tiene buena energía, la siento, y en general, la gente me quiere y eso me hace muy feliz”, dice.

La exposición permanecerá en Montreal hasta el 2 de octubre. Luego partirá al Dallas Museum of Art (del 13 de noviembre de 2011 al 12 de febrero de 2012), seguido por el Fine Arts Museum of San Francisco (del 24 marzo al 19 de agosto de 2012), la Fundación Mapfre , Instituto de Cultura, Madrid (del 26 septiembre al 18 noviembre de 2012) y finalmente al Kunsthal Rotterdam, en Holanda (del 9 febrero al 12 mayo de 2013).

  • Facebook
  • Twitter
  • Tumblr
  • Email
Relacionado