Reina Isabel II: 90 años de estilo

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A través de tres exposiciones: en el palacio de Holyroodhouse, en la primavera; en el palacio de Buckingham, en el verano, y en el castillo de Windsor, en el otoño, se verá una vitrina que mostrará el guadarropa de la soberana británica

Las faldas acampanadas y los corpiños ceñidos han dado paso a cómodos vestidos rectos con sobretodos. Desde muy joven, Isabel II se ha mantenido firme en sus tradiciones; no es de extrañar que esta característica sea parte tanto de su estilo personal como de la selección de los diseñadores que trabajaron para ella, para comunicar una imagen apropiada en momentos de importancia, tanto públicos como personales. Desde 1940, Norman Hartnell estuvo vinculado a la reina ?entonces princesa Isabel. Fue él quien diseñó su traje de novia en 1947 y el de la coronación seis años más tarde (este último se bordó a mano con 10.000 perlas y miles de cuentas de cristal). Tanto en 1957 como en 1962, Hartnell se encargó de los trajes de gala que la joven soberana vistió en dos ocasiones de gran importancia. En octubre de 1957, Isabel II hizo su primer viaje a los Estados Unidos tras ceñir la corona y conquistó los corazones de los estadounidenses. Vistió un traje verde de amplísima falda para la noche de despedida.

El presidente Dwight D. Eisenhower brindó por ella y por el estrecho vínculo entre Estados Unidos y el Reino Unido; este sería el primero de 12 presidentes estadounidenses con quien ella entabló conversaciones. De hecho, pocas horas antes el entonces vicepresidente Richard Nixon la acompañó para un almuerzo en el Capitolio; 13 años más tarde, cuando él ya era presidente, ella lo recibió en Buckinghamshire.


Hartnell también tuvo a su cargo el diseño del delicado y vaporoso traje azul pálido en falla de seda que ella vistió para asistir al Liceo Real de Edimburgo durante la visita del rey Olaf de Noruega a esa ciudad en 1962. La excelente sastrería bajo una apariencia sencilla parece que fue lo que le ganó a Hardy Amies un lugar preferencial como diseñador de la reina a comienzo de la década de 1950; suyo fue el traje de seda turquesa con el corpiño de torso bajo bordado que se ve en el famoso retrato que Cecil Beaton hizo de la soberana en 1969, cuando ella cumplió 43 años. Como complemento usó la tiara Vladimir con esmeraldas.


Ian Thomas, quien fuera asistente de Hartnell, recibió el beneplácito real en los años 70. Con él llegaron los vestidos de chiffon, pero también el austero traje de seda y tafetán negro que Isabel II vistió para su audiencia con el Papa Juan Pablo II en 1980. Su histórica visita al Vaticano fue la primera de un monarca británico a la Santa Sede. Isabel II invitó al Papa a Londres, quien llegó a la capital británica en 1982. (En el año 2000, ella regresó a Roma para reunirse nuevamente con Juan Pablo II; en esa ocasión vistió con mayor sencillez).


Después de que Thomas falleció, Maureen Rose trabajó para la reina hasta finales de la década de los 80. En 1988, John Anderson entró al palacio y también diseñó su ropa hasta que falleció en 1996; desde entonces, su socio Karl Ludwig Rehse siguió su trabajo; el traje de seda rosado que la soberana vistió en 1997 para la recepción en el palacio de Holyroodhouse es suyo. Stewart Parvin, el más joven de los diseñadores, está al servicio de Isabel II desde el 2000. Suyo fue el vestido de seda rosado con abrigo blanco y sombrero de Philip Somerville, que ella seleccionó para una reunión en el jardín, en el 2009.

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