La expectación está en si la infanta se sentará en el banquillo para declarar
Alrededor de las 8 de la mañana de este lunes 11 de enero, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina llegaron a la Escuela Balear de la Administración Pública, en Palma de Mallorca, donde pasarán este día declarando sobre el Caso Nóos y de donde se les acusa de la presunta trama urdida para beneficiarse.
Sin decir ni una palabra, la pareja caminó hacia el edificio, no sin antes ser fotografiados por alrededor de 100 medios que los esperaban afuera.
Con los rostros serios y trajes oscuros, Iñaki y Cristina esperaban las 9 de la mañana para dar inicio a la audiencia, de donde medios españoles señalan que Urdangarin no saldrá limpio.
Tal como dicta el protocolo, el matrimonio que radica en Suiza se sentó hasta atrás de la sala, ambos separados y custodiados por sus abogados.
De acuerdo con medios internacionales, Iñaki Urdangarin sabe que tendrá que pagar por el fraude cometido por él y su ex socio Diego Torres, de ahí que ha acudido con psicólogos para que le mediquen antidepresivos, pues sabe que su vida está a punto de cambiar.
Si bien no se ha emitido un fallo, el ex duque de Palma sabe que sus días libres están contados, sin embargo, el destino de su mujer es completamente diferente.
Desde hace tiempo se ha dicho que la hermana del rey podría evitar sentarse en el banquillo, ya que le aplicarían la Doctrina Botín, la cual, a grandes rasgos, señala que Cristina no tendría porqué subirse al banquillo por ser también afectada, sin embargo, la abogacía del Estado considera que ha sido perjudicada en su interés particular.
Por otro lado, la esposa de Diego Torres, Ana María Tejeiro Losada, expone que si ella tiene que declarar por los negocios de su esposo, la hermana del rey también tiene qué hacerlo.
Retomando el tema de Iñaki, su encarcelamiento dañaría la imagen de la realeza española, así como la figura de Cristina.
Según una fuente cercana al caso Nóos, Iñaki tendrá que pagar por sus errores con cárcel, “ni siquiera un pacto podría salvarle, porque para llegar a un acuerdo debería admitir cierta culpa e ingresar en prisión”, comentó dicha personal.
Si llega a pasar esto, Cristina y sus cuatro hijos tendrían que visitar a su padre, lo que significaría el acecho por parte de los fotógrafos y la venta de imágenes, donde se mostrara a la familia en dichas condiciones.
Finalmente, el tribunal formado por las juezas Samantha Romero, Eleonor Moyà y Rocío Martín dispone de cuatro semanas de plazo para decidir al respecto antes de la continuación del juicio, prevista el próximo 9 de febrero, donde también se sabrá si Cristina tendrá que declarar o no.