El icono de estilo cumple 64 años, pero ha encontrado la manera de revertir el envejecimiento. Claro que en Carolina de Mónaco hay un par de ajustes por aquí y por allá.
A sus 64 años, Carolina de Mónaco sigue encabezando el listado de royals a la moda y de vasta influencia en la alta costura —sin olvidar a sus descendentes del estilismo, como su hija Carlota Casiraghi—. Pero el tiempo cobra factura en el cutis, y aunque parezca inevitable revertir sus efectos, Carolina ha manejado la situación a su manera. Develemos esos secretos de una buena vez.
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Del orgullo por envejecer a someterse a los inyectables
A Carolina la consideran una de las europeas más elegantes y refinadas, comúnmente comparando su belleza con la de su madre, Grace Kelley.
Y es que la hermana del príncipe Alberto afirmó en su momento que ‘respetaría las arrugas y la vejez’, y no se sometería a situaciones de bisturí o afines.
PERO las circunstancias cambian y también las necesidades. Y en los últimos años se han hecho breves pero trascendentes investigaciones sobre cómo ha cambiado el rostro de Carolina de Mónaco.
Vanitatis convocó a profesionales del círculo de belleza y ajustes faciales. Lo que encontraron fueron resultados variados. ¡Pero hey! Hay respuestas.
Lifting
Doctoras de Mira Cuato, una clínica de cirugías estéticas, comentaron que hubo un «lifting del tercio medio e inferior del rostro».
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Acido hialurónico
La misma clínica apuntó este ajuste para «rellenar pómulos, malares y algo en los labios».
El ácido hialurónico es un componente que se presenta naturalmente en nuestras articulaciones, cartílagos y piel. En el cutis actúa como hidratante y la mantiene joven. Pero claro, con el tiempo deja de perder fuerza. Aplicarlo externamente ayuda a luchar contra los signos del envejecimiento.