Los verdaderos nombres de los royals

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Son aristócratas y miembros de la realeza que nos resultan familiares por su primer nombre. Pero, ¿cuál es su apellido legal?

La familia real inglesa nunca usa su apellido, pero ocupan el de Windsor cuando lo necesitan. Diana de Gales , aun después de su divorcio, no volvió a usar su apelativo original, Spencer, y firmaba sencillamente Diana. Por otra parte, la reina Isabel II lo hace como Elizabeth R., esta última letra por Regina o reina, en latín. Pero no siempre fue así, porque el apellido alemán Saxe-Coburg-Gotha que se supone debían heredar los hijos de la reina Victoria, de su esposo, el príncipe alemán Alberto, no fue adoptado por los descendientes, quienes no querían sonar demasiado germanos y deseaban un apellido inglés.

Después de considerar llamarse Tudor-Stuart, e incluso utilizar England como apellido, en 1917 se adoptó el Windsor, inspirado en el castillo real del mismo nombre; aunque al casarse con el príncipe Felipe , los hijos de Isabel II debían llamarse Mountbatten, usando solamente el nombre de la aristocrática familia del príncipe, pero oficialmente no pudo ser así. Y esto causó grandes problemas entre la monarca y su muy rebelde marido Felipe. Como dato curioso, cuando su hija, la princesa Ana, se casó con el capitán Mark Phillips, lo hizo como Ana Mountbatten , aunque su hermano, el príncipe Eduardo, Earl de Wessex, se dio a llamar Eduardo Windsor, pero su esposa Sophie prefirió ser conocida como Sophie Wessex.

Y ahora que el príncipe William está casado con Kate , la pareja compartirá el apellido Mountbatten-Windsor, tal como aparece en su certificado de matrimonio. Asimismo, sus dos hijos, George y Charlotte , están registrados y bautizados con este apellido, y el Middleton de Kate ha desaparecido por completo.

Los Grimaldi y Hohenzollern

Expertos explican que la realeza, si así lo desea, puede llevar el apellido principal de su familia, como es el caso de los Grimaldi en Mónaco, quienes se hacen llamar Carolina de Mónaco o Grace de Mónaco. Los hijos de Alberto II de Mónaco, Jazmín y Alexandre tienen legalmente el apellido Grimaldi. Los royals también pueden usar como segundo nombre el de la casa real de donde provienen, como es el caso del príncipe Ernesto de Hannover. Su todavía esposa, Carolina, sigue firmando en algunas ocasiones como, Carolina Von Hannover. O como aquel de la ex familia real de Prusia, Alemania y Rumania, los muy aristocráticos Hohenzollern, quienes se aseguran de usar este famoso apellido cuando quieren impresionar. Utilizarlo les abre muchas puertas en restaurantes y hoteles, y les asegura invitaciones a eventos elegantes. Ejemplo de esto es el príncipe Dimitri de Yugoslavia, que se dedica al diseño de joyas, vive en Nueva York y es descendiente de la desaparecida familia real de aquel país.

Los Orange, Borbón y Saboya

La reina Máxima de Holanda, por ejemplo, ha puesto en algunos documentos M. Van Orange, usando como apellido el nombre de la casa real holandesa, aunque firma sencillamente como Maxima, omitiendo el acento en la primera vocal a como lo sería en español. Cuando son niños y van al colegio, los pequeños royals generalmente emplean el apellido paterno. Este es el caso de las infantas Leonor y Sofía, que ponen el Borbón al igual que su padre el príncipe Felipe, quien siempre fue Felipe de Borbón y Grecia, aludiendo como segundo apellido a la casa real de su madre, la reina Sofía.

En Italia, la casa real de Saboya lleva ese apelativo, como es el caso del joven Emanuele Filiberto de Saboya. Por otra parte, en Francia muchos nobles lucen el apellido Orléans, y los austríacos Habsburgos hacen lo mismo, siguiendo el ejemplo de sus antepasados. En el caso de los descendientes de Alexia de Grecia (hija del depuesto rey Constantino y Ana María de Dinamarca) con el plebeyo Carlos Morales, llevan como apellido Morales y De Grecia. ¡Interesante!

Pasaportes y firmas

Cuando la reina de Inglaterra viaja, no necesita llevar pasaporte de ningún tipo, pero el príncipe Carlos sí lo necesita y dice Carlos, príncipe de la Casa Real. En el caso de la fallecida Diana de Gales, quien sí tenía pasaporte, imitaba al viajar a muchos famosos y usaba diferentes alias, entre ellos viejos títulos en desuso de la familia real, lo que le divertía mucho. Otra gran incógnita es cómo firman estos reyes, reinas, príncipes y princesas, pues Harry y William sólo estampan su nombre sin apellido alguno, y lo mismo hacen Victoria y Daniel de Suecia; Haakon y Mette Marit de Noruega, y Federico y Mary de Dinamarca. Felipe VI de España firma Felipe, R., la R significa Rey. La princesa Margarita de Inglaterra únicamente escribía ?Margaret?. La reina Noor de Jordania lo hace como Noor Al Hussein. En el caso de Sarah Ferguson , cuando estaba casada ponía Sarah, aunque ahora añade Ferguson. En el pasado, hasta el propio Luis XV de Francia firmaba sencillamente Luis.

En Dinamarca, tenemos a la reina Margrethe R., y su marido, Henrik, Harald R., y Sonia, de Noruega. En Suecia, el apellido familiar es Bernadotte, pero el rey es sencillamente Carl Gustav, y su esposa, Silvia. Mientras que el depuesto rey de Grecia firma todavía como Constantine R., y su esposa, Anne Marie R. Los duques de Luxemburgo son simplemente Henri y Marie Thérèse, quienes son los herederos de la Casa Nassau-Weilburg, una rama de los Borbones originales.

Se dice que Ana Bolena, segunda esposa de Enrique VIII, necesitaba sentirse tan segura de su reinado que firmaba Ana, la Reina, en vez de usar, Ana R., como era lo usual.

La soberana Victoria de Inglaterra tuvo nueve hijos que se casaron con miembros de otras casas soberanas; muchos apellidos alemanes, rusos, españoles, griegos y rumanos, entre otros, se añadieron a los de la familia real inglesa, naciendo infinidad de reyes, reinas, zarinas, príncipes y princesas, todos unidos por la herencia de Victoria y su esposo, el príncipe alemán Albert Saxonia-Coburgo.

Hoy en día existe infinidad de casas reales que siguen estructuradas y cumplen estrictos protocolos, aunque algunas ya no reinan, ni tienen tronos. Estas incluyen las europeas que conocemos, además de un gran número de monarquías de Asia, como la de Brunéi, Bután, Japón, Camboya, Malasia, Lagos y Tailandia, al igual que otras del Medio Oriente, incluyendo la de Jordania, Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Marruecos y Bahréin, además de las exiladas de Irán y Egipto. Y aquellas cuyos reinados ya no existen, como las de Bulgaria, Brasil, China, Italia, Corea, Yemen, Portugal, Nepal yYugoslavia.

Por estas razones hay un fascinante mundo de apellidos, títulos y protocolos que no tiene fin.

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