La realeza y sus íconos de moda: Diana de Gales

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Una princesa de cuento de hadas con un trágico final, pero que nunca será olvidada

Diana Spencer , al contrario de lo que muchas personas puedan pensar, no era de origen plebeyo. Fue la hija menor de John Spencer VIII Conde de Spencer y nació en Inglaterra el 1 de julio de 1961. A raíz del divorcio de sus padres, junto con su hermano menor y su madre, se tuvieron que ir a vivir a un apartamento en Londres, aunque más tarde le devolvieron la custodia a su padre.

Antes de ser princesa, Diana fue muchas cosas. Entre ellas, no fue considerada buena estudiante en varias escuelas a las que asistió, más tarde fue estudiante de cocina, asistente de educadora, hasta hizo de niñera para una familia americana que vivía en Londres.

Pero su matrimonio con el príncipe Carlos de Gales (13 años mayor que ella) el 29 de julio de 1981 en la Catedral de San Pablo de Londres le cambió la vida y la convertiría en una princesa de cuento de hadas. A partir de entonces se volvió muy popular y pasó a ser conocida como la princesa Diana de Gales o simplemente Lady Di. La pareja real tuvieron dos hijos, los príncipes William y Harry.

El vestido de novia que lució en su boda era de corte romántico de mangas afaroladas, confeccionado en seda de color marfil, con 10 mil perlas incrustadas y una cola de 25 metros de largo. Diseñado por David y Elizabeth Emanuel, conocidos como los Emanueles. Otros diseñadores en los que confió durante los años 80 fueron Bruce Oldfield, Zandra Roberts, Catherine Walker y Víctor Edelstein.

El estilo glamoroso de Lady Di no empezó a manifestarse hasta después del nacimiento de su segundo hijo en 1984. Hasta esa época era bastante tradicional, casi siempre con faldas por debajo de las rodillas, blusas con grandes lazos o volantes. A partir de entonces y con el asesoramiento personal de la diseñadora Catherine Walker empezó a dar un cambio en su estilo. De ella son algunos de los vestidos que la princesa Diana luce en las portadas de prestigiosas revistas en las que apareció.

En Diana y su estilo de vestir se produjo una transformación de chica tímida y convencional con aspecto de provinciana, a traspasar la moda y convertirse en un ícono de estilo con connotaciones atrevidas. Sus faldas se fueron acortando -enseñado piernas y grandes escotes- tal vez en la búsqueda de una seguridad de la que carecía en el amor. La nueva imagen de la princesa cada vez se fue haciendo más latente, su interés por la moda se hacía evidente en sus actos públicos.

Su relación con el príncipe Carlos empezó a mostrar fisuras y el distanciamiento de ambos cada vez era mayor al comienzo de los años 90. La prensa supo sacar buen partido de ello. Cuando en 1992, el primer ministro anunció la separación de los príncipes de Gales, en Diana se produjo una liberación en la que ya nada ni nadie impediría que se realizara en su estilo personal, y donde pudimos apreciar su buen gusto.

El 21 de agosto de 1996 se produce el divorcio oficial, un amargo trago que estuvo marcado por la filtración a la prensa de algunos detalles íntimos e incómodos, que pasaron a ser de dominio público. Diana se convirtió en la única princesa no real del Reino Unido, perdió la condición de Su alteza Real, aunque conservó el título de princesa de Gales y continuó viviendo en el Palacio de Kensington con sus dos hijos.

Lady Di supo perfectamente evolucionar en el mundo de la moda, pasó de estar influenciada por el estilo clásico protocolario de la familia real británica a lucir las últimas tendencias. En esta nueva etapa se añadieron a su lista algunos de los diseñadores internacionales más prestigiosos como Chanel , Christian Dior , Valentino , Giorgio Armani o Versace . Con sus nuevos looks se empezó a ver a una mujer sofisticada y glamorosa, segura de sí misma y sin temor a lucir su cuerpo.

Fue entonces cuando podríamos decir que nació el ícono de moda que perdurará en el tiempo. Y sabedores de ello, en la firma francesa Dior diseñaron el llamado Lady Dior en 1995, bolso por el que Diana sentía adoración y ella misma lo encargó en varios colores y texturas.

El negro era su color favorito, junto a los tonos pastel. El rojo y azul eléctrico los solía usar para sus fiestas más sofisticadas, junto con su predilección por las lentejuelas y brillos, que destacaban sobre su pálida piel. Casi siempre le gustaba combinar sus vestidos de escotes con collares pegados al cuello, sobre todo de perlas. Entre los diseños de joyas destacaban los de Chopard y Cartier, a parte de las joyas reales, que supo darles otro aire más moderno.

Quizás fue la moda un instrumento de venganza que utilizó, como arma arrojadiza, tras el desencanto sentimental. Desde su divorcio comenzó a utilizar la moda y la prensa como defensa.

FOTOGALERÍA: LOS ESTILOS DE MODA DE LA PRINCESA DIANA

Mario Testino fue el afortunado fotógrafo que tomó en 1997 las últimas fotografías oficiales de la princesa, donde supo captar con su objetivo lo mejor de Diana de Gales y plasmar en imágenes toda su energía, estilo, glamour y sentido del humor, en las que Lady Di dijo reconocerse a sí misma.

Poseedora de un carisma inigualable, supo despertar cariño y simpatía en la gente, también por su trato con los más desfavorecidos y por sus obras humanitarias. Se convirtió en una figura pública que cautivó los corazones del pueblo británico y, poco a poco, los del resto del mundo, llegando a ser bautizada como “la Princesa del Pueblo”.

El 31 de agosto de 1997 falleció Lady Di junto a su novio Dodi Al Fayed, en un fatídico accidente de tráfico en el interior del Túnel de l’Alma en París. El coche en el que viajaban circulaba a gran velocidad para huir de los fotógrafos de prensa y el chofer perdió el control y se estrelló. Aunque el padre de Dodi, el dueño de los grandes almacenes Harrods y del Hotel Ritz Paris, nunca aceptó dicha versión.

Según el señor Al Fayed, su hijo y Diana fueron víctimas de un complot organizado por los Servicios Secretos británicos.

En la casa real británica se encontraron con un dilema, nunca antes hubo que preparar un entierro para una princesa real sin ser Alteza. El portavoz de la familia real lo definió como “un entierro único para una persona única”.

Siempre será recordada como la princesa de la mirada triste, pero también por su humanidad, elegancia, carisma y estilo de vestir.

Uno de sus vestidos fue subastado por unos 800 mil dólares. Diseño de Víctor Eldestein, de terciopelo azul noche, con el que Diana bailó en la Casa Blanca con John Travolta, se convirtió en la estrella de la puja. También su última carta que escribió tres semanas antes de fallecer, dirigida a la organización Dilys Cheetham, alcanzó un precio final de 5 mil dólares. Esto es sólo un ejemplo de todo el dinero que se ha recaudado en subastas y ha sido donado para fines benéficos. Otro ejemplo son los 33 millones de copias que se vendieron del single Candle in the Wind 1997, la versión que Sir Elton John cantó por única vez en su funeral.

FOTOGALERÍA: LOS ESTILOS DE MODA DE LA PRINCESA DIANA

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PRÓXIMA ENTREGA: REINA ISABEL


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