La gira de los duques de Sussex concluyó con éxito, ya que Harry y Meghan dejaron una agradable impresión gracias a su cordialidad y cercanía con la gente, entre otros méritos. Pero, como en todo, hubo algunos detalles que evitaron que todo fuera perfecto y en los que la exactriz fue la protagonista. De hecho, nada de Harry fue señalado. Cada movimiento de Meghan fue perfectamente analizado, casi como si hubiera habido un par de ojos en cada parte de su cuerpo, de pies a cabeza, de arriba abajo, a cada lado… Nada se tenía que escapar. Y así fue, nada se escapó, y fueron tres detalles los que más llamaron la atención de los seguidores de la realeza.
1. La etiqueta olvidada
Fue el primer error fashion de la exactriz. Cuando llegaron a Tonga, Meghan lució un vestido rojo firmado por Self Portrait, cuyo precio es de 536 dólares y, como era de esperarse, se agotó a las pocas horas en su tienda online.
Con esta prenda, la duquesa protagonizó la anécdota del día: olvidó quitarle una etiqueta en la parte baja y en la que se podía leer: “Se aceptarán devoluciones solo si esta etiqueta permanece pegada”.
2. ¿Transparente o no?
El último día de su viaje, la duquesa de Sussex vistió un conjunto azul , compuesto por una blusa y una falda de pliegues, el que según la prensa especializada hacía un efecto de “3D”. Sin embargo, algunos pudieron apreciar que la vestimenta tenía una transparencia que dejó ver su ropa interior, la cual hacía juego con el resto del atuendo. Parece ser que el sol le jugó una mala pasada porque este diseño transparente seguramente estaría prohibido por el protocolo real. ¿Qué habrá pensado la reina Isabel al verla? https://www.instagram.com/p/BplnmN3FrW7/?utm_source=ig_embed 3. ¡Sus pies! También sucedió en su último día de gira, en la que la pareja real hizo 76 apariciones en 16 días, y en donde la duquesa llevó, en su mayoría, tacones altos y muy pocas veces zapatos de piso pese a su estado, aunque parece que esto ya le está cobrando “factura”, pues según los ojos más meticulosos, la exactriz tiene juanetes. Todo sucedió cuando asistieron a Papaiouru Marae, donde fueron invitados a una ceremonia de bienvenida en maorí, seguida de un almuerzo oficial. Para la ocasión, Markle eligió un vestido azul marino de corte sobrio, de Stella McCartney, que combinó con sus ya clásicos zapatos Manolo Blahnik. Después, para involucrarse más con el pueblo, la duquesa de Sussex no dudó en descalzarse y quedarse así durante un momento, como manda la tradición local. Evidentemente, las miradas fueron directo hacia sus pies. “Meghan, de 37 años, se quitó los zapatos cuando entró en la sala de reuniones, como es habitual en la cultura maorí, revelando lo que parecía ser un juanete en su pie derecho y una posible cicatriz de una cirugía previa en su izquierdo”, escribió el DailyMail sobre el tema.
El podólogo Robert Duff le dijo a este mismo diario que: ‘En el pie derecho parece haber un juanete y algo de crecimiento óseo’.
Y así, como podemos ver, no hay situación perfecta y más cuando se trata de un personaje público. Y lo que le seguirá esperando a Meghan. ¿Qué opinas de estos señalamientos de la gira de los duques de Sussex?