Adelgaza sin competir

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La presión social puede ser dañina para tu salud. ¡Evítala!

Ene. 24, 2011

¡Se acabaron las justificaciones! Con el comienzo del nuevo año has decidido rebajar las libras que aumentaste durante la pasada época festiva o que ya venías cargando desde hacía algún tiempo. De hecho, esto es lo que encabeza la lista de tus resoluciones y, esta vez, no debes fallar. Lo primero que necesitas es decisión, perseverancia y fuerza de voluntad para lograr tu meta de lucir el cuerpo que sueñas por ti y para ti; no para más nadie. Verás que las primeras dos semanas son las más difíciles. Luego, el camino es más llevadero al ver que los resultados de tus cambios alimenticios comienzan a surtir efecto.

Una de las dificultades a la que nos enfrentamos todos es la presión social. Si eres delgada, eres bien aceptada por la mayoría; si tienes sobrepeso, seguramente corres el riesgo de ser vista cómo un ser fuera de este mundo y hasta con cierto rechazo. Pero es que uno de los mayores pasatiempos que hemos adoptado como costumbre, muy placentera por cierto, es salir a comer con un grupo de amigos o con nuestra pareja a ese restaurante que acaba de abrir, que está de moda o, tal vez, que llevan tiempo recomendándote. Puedes hacerlo, ¿quién te lo impide?

Ese no es el problema, el grave error puede ser el plato que ordenes, seguramente repleto de tentadoras calorías. Ahí debes detenerte y pensar de inmediato en lo bien que te verás con aquel bikini que no te pones o con los jeans que se están empolvando dentro de tu guardarropa, porque te suben solo hasta la mitad de los muslos. Entonces opta por buscar en el menú un plato más sano, como por ejemplo una pechuga al horno o un pescado, acompañados de vegetales. No es cuestión de reprimirte, sino de cambiar tus hábitos, al igual que lo haces con otras tantas situaciones de tu vida diaria.

LA COMPETENCIA ENTRE LAS MUJERES

Hay una cuestión cultural entre las mujeres que no ha variado mucho: estar observando en todo momento las figuras de otras y lo que comen o dejan de comer.

1. La diferencia entre comer sola o acompañada: Dicen los profesionales de la salud y nutricionistas que “fingir” ante los demás comiendo poco en público es uno de los mayores errores que pueden cometerse. ¿La razón? Muy sencilla. Cuando llegan a la casa con tanta hambre comen muchísimo más y es ahí cuando suben de peso considerablemente.

2. Percepción que se tiene de la mujer que come menos vs. la de más apetito: Algunos estudios indican que las mujeres que comen poco son percibidas como “más femeninas y más preocupadas por su apariencia física” que las que demuestran más apetito y no tener ningún reparo en ingerir todas esas calorías que, probablemente, las harán subir unas libras.

3. Buscar la pareja perfecta para que nos acompañe a comer: En ocasiones, para poder comer “libremente”, sin tener que someternos a una competencia feroz por quién come menos en la mesa, algunas mujeres buscan a personas que saben que no las juzgarán cuando las vean comiéndose una deliciosa pasta y, de postre, un enorme pedazo de pastel de chocolate. Esas son las que, usualmente, prefieren que las acompañen en la aventura de comer sin ser observadas y mucho menos criticadas. Esto se llama entrar en una zona confortable al eliminar la presión social que otras pueden causarte. Todos estos comportamientos son consecuencia de ver y escuchar a las celebrities hablando de cómo se mantienen tan delgadas y tonificadas.

CARRERA CONTRA LA VIDA

Si bien es cierto que llevar una dieta alta en grasa es dañino para nuestra salud, no darle al cuerpo el combustible que necesita a través de los alimentos adecuados es igualmente peligroso.

La competencia de las mujeres por verse más flacas que las otras ha llegado hasta Internet, donde le rinden culto a la anorexia. Esta batalla, que se ha puesto de moda, consiste en comer lo menos posible y, de esta forma, obtener la victoria. Hay que estar alertas, pues ya no es solo la televisión la que nos presiona a ser unos “esqueletos” para ser aceptadas; Internet “cobija y da lugar a sitios que promueven la anorexia y la bulimia”. Son precisamente las mismas chicas con estos trastornos mentales y alimenticios las que crean estos blogs, donde compiten por ser cada vez más delgadas a través de un sistema de puntuación que premia la inanición y castiga el consumo calórico.

“Las reglas son bien claras: a quien ingiere entre 0 y 200 calorías al día se le otorgan 15 puntos; de 201 a 400, 10 puntos; de 401 a 500, apenas cinco puntos. Para las que no pueden controlarse y consumen más de 500 calorías, el castigo es restarle cinco puntos”, dice la información sobre este escalofriante tema. Es importante saber que, para llevar un régimen alimenticio sano, la mayoría de los médicos recomiendan que las mujeres consuman un total de 1.200 a 1.500 calorías diarias, y los hombres, 2.000. Recuerda que esto siempre debe ser evaluado por un experto, pues todo puede variar dependiendo de la estatura, la edad y la complexión de cada persona.

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