Día Mundial del Parkinson

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El reto de los nuevos fármacos para combatir esta enfermedad

Sus causas son, en general, desconocidas y no existe cura para esta patología. En la actualidad, el principal objetivo científico relacionado con la enfermedad de Parkinson es el desarrollo de medicamentos neuroprotectores que frenen su progresión.

Temblor y lentitud de movimientos son algunos de los síntomas con los que se presenta la enfermedad de Parkinson. Esta patología “se asocia al depósito de una proteína, la sinucleína, y a la degeneración de algunos núcleos del cerebro como la llamada sustancia negra”, afirma Eduardo Tolosa, director de la Unidad de Parkinson del Hospital Clínica de Barcelona, España.

“Las células de la sustancia negra producen dopamina, que está disminuida en el Parkinson”, explica el neurólogo.

La enfermedad de Parkinson “es una degeneración crónica y progresiva de las estructuras cerebrales encargadas de la coordinación del movimiento, el equilibrio, el mantenimiento del tono muscular y la postura”, sostiene la Federación Española de Parkinson.

Estudios recientes han descubierto que esta enfermedad está relacionada con “síntomas no motores que pueden ser muy invalidantes. Algunos de ellos son: depresión, pesadillas nocturnas, fatiga, pérdida de olfato, estreñimiento, disfunción urinaria y deterioro cognitivo”, señala Tolosa.

SÍNTOMAS INICIALES

“En las fases iniciales, los síntomas más frecuentes son el temblor de una extremidad y la torpeza motora de una mano. Algo que causa, por ejemplo, dificultades para escribir, batir un huevo o abrocharse los zapatos”, apunta el médico.

Otros síntomas de la enfermedad en su estadio inicial son “la disminución de la expresión de la cara, del balanceo de un brazo al andar, o caminar a pasos cortos”, añade. Además, con el paso del tiempo “la postura del cuerpo se modifica (el tronco se inclina hacia adelante) y el equilibrio puede alterarse. Algunos pacientes experimentan caídas frecuentes”, precisa.

No obstante, “hoy en día está aceptado que síntomas no motores anteceden, con frecuencia, a la aparición de los síntomas motores clásicos. Los mejor documentados son la pérdida de olfato y el llamado trastorno de conducta en fase REM, es decir, pesadillas nocturnas asociadas a agitación”, indica el especialista.

“Se estima que la pérdida de olfato ocurre unos cuatro años antes del comienzo de las disfunciones motoras y las alteraciones del sueño unos diez años antes”, expresa el neurólogo. Sin embargo, “en muchos casos estos síntomas se manifiestan diez o quince años antes”, afirma.

Por otro lado, hay pacientes que no presentan estos síntomas no motores, ni antes ni durante el curso de la enfermedad, mantiene el experto. “Es posible que las diversas presentaciones dependan de la causa de la enfermedad”, señala.

“Las causas del Parkinson son, en general, desconocidas. Hoy en día se considera una enfermedad multifactorial, es decir, que puede tener muchas causas”, explica el doctor Tolosa.

En los últimos años “se ha podido determinar que entre un 5 y un 10 por ciento de los casos tienen una causa genética”, indica el médico. En dichos casos, “la enfermedad es hereditaria y, aunque no siempre, acostumbra a tener un comienzo más precoz, antes de los cincuenta años de edad. Además, se presenta en más de un miembro de la familia”, apunta.

Asimismo, la predisposición genética “probablemente juegue un papel importante en la mayoría de los casos de Parkinson, incluso en aquellos considerados esporádicos, a saber, sin historia familiar positiva”, sostiene.

“Otros factores de riesgo son, tener una edad avanzada y ser no fumador. También es algo más frecuente el Parkinson entre los sujetos que no consumen café", indica Tolosa.

“No hay cura para el Parkinson”, afirman los expertos de fedesparkinson.org, el sito web de la Federación Española de Parkinson. Esta entidad explica que todavía no se ha encontrado un tratamiento que ponga fin a la enfermedad.

No obstante, los síntomas de esta patología pueden tratarse mediante cirugía o con fármacos. El tratamiento quirúrgico se centra en la estimulación cerebral profunda. “Consiste en la estimulación eléctrica de ciertos núcleos del cerebro a través de unos electrodos que se introducen siguiendo una operación estereotactica, mientras el paciente está despierto”, explica Tolosa.

Los candidatos ideales para este tipo de intervención son “pacientes con menos de setenta años y buen estado general, estado cognitivo normal, buena respuesta inicial a la levodopa, pero que hayan desarrollado fluctuaciones motoras o discinesias graves que no mejoran con el tratamiento medico”, apunta.

Según confirma el especialista, esta operación suele derivar en una considerable mejoría de la calidad de vida del enfermo. Sin embargo, “Es importante que los pacientes sepan que la intervención no mejora todos los síntomas y no evita la progresión de la enfermedad”, puntualiza.

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO

El tratamiento farmacológico del Parkinson, por su parte, se basa en los llamados fármacos dopaminérgicos. Estos medicamentos “potencian las vías dopaminérgicas en el cerebro, supliendo así el déficit de dopamina”, asegura el doctor Tolosa.

Entre los fármacos dopaminérgicos se cuentan la levodopa -fármaco precursor de la dopamina-, las dopaminas sintéticas y los inhibidores de la destrucción de la dopamina, explica el neurólogo.

“Ninguno de ellos detiene la progresión de la enfermedad de forma clara. La levodopa es la que alivia los síntomas de forma más eficaz”, apunta.

“La levodopa se convierte en dopamina una vez alcanza el cerebro, mejora los temblores, la lentitud motora y las alteraciones de la marcha”, asegura el especialista.

No obstante, esta sustancia puede provocar contracciones musculares involuntarias que son “preocupantes en pacientes con Parkinson de comienzo precoz”, matiza. Además, con el paso del tiempo, el efecto de este fármaco puede disminuir.

“El mayor reto hoy en día en el Parkinson es el desarrollo de medicamentos neuroprotectores que frenen la progresión de la enfermedad”, asegura Tolosa. En este sentido, “son numerosos los fármacos que se han estudiado con resultados negativos a excepción quizá de la coenzima Q y la creatina, que están en fase de estudio”, indica.

El mal de Parkinson afecta a una de cada mil personas en todo el mundo y es la cuarta enfermedad neurodegenerativa en las personas mayores, según datos de la Federación Española de Parkinson.

Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Rochester (Estados Unidos) y publicado en la revista Neurology afirma que en 2030 se habrá duplicado el número de afectados por la enfermedad de Parkinson.

Para concienciar a la población sobre la realidad de las personas que padecen esta enfermedad, este 11 de abril se celebra el Día Mundial del Parkinson.

Esta efeméride conmemora el aniversario del nacimiento de James Parkinson (11 de abril de 1755), el médico británico que descubrió la enfermedad.


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