La dieta y los viajes

La dieta y los viajes

Aunque estés disfrutando de un viaje de vacaciones puedes evitar que tu rutina alimenticia vaya a un caos total

Tanto de vacaciones, despreocupado y divertido, como de negocios, lleno de estrés y obligaciones, un viaje puede descarrillar tu dieta. ¡Pero puedes evitarlo!

1. Planea de antemano los lugares donde puedes comer y los menús de cafés y restaurantes que encontrarás. Buscar esta información en Internet puede ayudarte mucho.

2. Lleva una pequeña cantidad de snacks libres de azúcar y de grasas, de los que comes cuando estás en casa y sigues tu dieta. Es una gran ayuda, especialmente cuando estás en el hotel y sufres un “ataque de hambre”. También debes llevar edulcorantes, que usualmente consumes en el desayuno o con el café, pues en algunos países no vas a encontrar Splenda o marcas parecidas.

3. Toma ventaja de las ensaladas que hay en todas partes. Alíñalas con un poco de aceite y vinagre. ¿Y de postre? Frutas ¡y no mires siquiera el menú!

4. Ordena porciones de tamaño “aperitivo": más pequeñas. También puedes compartir con alguien el plato principal y así vas a ingerir la mitad de las calorías.

5. Evita lo más posible las tentaciones de la comida rápida, los pasteles, las pizzas, los helados... Si no puedes librarte de ir a un sitio donde los venden, busca las opciones menos calóricas. Una pizza de brócoli y espinaca puede ser tan sabrosa como una de salchichas. Un sorbete de fresa o durazno (melocotón) calmará el deseo de algo dulce y tendrá menos calorías que el de chocolate.

TIP

Camina... camina... y camina. Está probado que en los viajes nos ejercitamos más que en nuestras ciudades. Camina después del desayuno y del almuerzo, y si no puedes hacerlo por la noche, opta entonces por una cena ligera.

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