¿Eres demasiado complaciente?

¿Eres demasiado complaciente?

Si sientes que has perdido tu individualidad por complacer a tu pareja, necesitas hacer un alto

Uno de los errores más comunes en una relación de pareja es desdibujar tu propia personalidad por complacer al amor de tu vida. Aunque trates de pasar por alto este problema, si no tomas cartas en el asunto, tu relación podría sufrir una grave fractura.

“Complacer está bien, pero siempre y cuando no te perjudique, te sientas herida y no correspondida. De vez en cuando tú también mereces sentir que te complace”, explica la psicóloga Claudia Ponte en el libro Súper romance.

Quienes son demasiado complacientes suelen sufrir al no ser capaces de expresar lo que sienten. Aprender a defender tu valía sin buscar siempre complacer a tu pareja, no es sencillo, pero una vez que lo logres te sentirás más libre y confiada

Estos tips de Claudia Ponte, te ayudarán a lograrlo:

Antes de decir sí... a las peticiones de tu pareja, piensa si quieres hacerlo y, si no estás conforme, entonces niégate.

Si te alza la voz, da la media vuelta. “Gira sobre tus talones, dile que es un maleducado y que, cuando se calme y sea capaz de dialogar como un hombre adulto, entonces hablarás con él”. Y dedícate a hacer otra cosa. “Cuando observe que no puede contigo a grito pelado, dejará de chillarte”.

Propón el reparto de las tareas domésticas. Aunque los hombres cada vez se integran más a las labores del hogar, si tu compañero no tiene la iniciativa para ayudarte, “sé valiente y dile que no piensas lavar el lavabo esta semana”, sugiere la experta.

Haz primero tus cosas. Si te pide un favor porque está cansado, hazle ver que tú también lo estás y que le ayudarás hasta que hayas terminado con tus actividades, aún si ello implica realizar algún hobby.

Cuando discutan... No acudas con él como víctima. “Muestra un poco de carácter y permanece por un tiempo en tu postura”, propone Ponte, aunque más tarde tengas que ceder un poco para reconciliarte.

Cuando salga sin ti aprovecha para ver a tus amigas, ir al cine, a una reunión o a donde quieras.

Si le compras un regalo piensa si invertiría lo mismo en ti. No es que seas egoísta, simplemente no es bueno hacer regalos desproporcionados y privarte de lo que a ti te gusta. “Es enfermizo cuando descuidamos nuestras propias necesidades”, alerta Claudia Ponte.

Y recuerda que lo más importante es no convertirte en una defensora de tus deseos sin tener en cuenta los de tu pareja. Encontrar el justo equilibrio es el secreto para lograr la armonía.

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