Cinco días perfectos en Londres

Cinco días perfectos en Londres

Descubre sus palacios, hoteles, restaurantes, boutiques y la maravillosa campiña inglesa

Londres es una de mis ciudades favoritas, pues adoro su historia, y su ambiente sereno y civilizado. ¡Y aquí les cuento cómo disfruté cinco días perfectos!

DIA 1. Ese armonioso espíritu inglés ya lo sentí volando en British Airways, durmiendo en las cómodas camas de su clase de negocios Club Class y tratada con una cortesía exquisita. Y más tarde, en mi habitación del hotel Langham, recientemente restaurado a su esplendor más divino y una de las joyas de la hotelería de lujo, con una elegancia clásica y situación muy céntrica. Desayuné en el hotel y pronto empecé a caminar por su muy aristocrático barrio de Mayfair. Pasé por la chic tienda Browns, frente al Claridge’s (donde su baño art deco es una exquisita joya) y por tabernas típicas que conozco desde hace años. Después de cruzar plazas y callecitas, llegué a Bond Street, donde recorrí florerías y las boutiques de Ralph Lauren, Chanel, Louis Vuitton, la casa de subastas Sotheby’s y la elegante papelería Smythsons, favorita de la Familia Real. Viendo pasar sus elegantes taxis, varios Rolls Royce y Bentley, y gente elegante pero discreta, nos damos cuenta de que Londres es una ciudad donde se aprecian la moda y la calidad, pero sin extravagancias. A pocos pasos de Tiffany & Co. está la Burlington Arcade, creada hace dos siglos, con boutiques y muchas joyerías (me fijé que en algunas venden tiaras e infinidad de joyas antiguas, ¿será debido a la crisis?) y ahora con un café-tienda de los famosos macarrons parisinos de Ladurée. Cruzando la calle Picadilly está Fortnum & Mason, la tienda gourmet cuyos empleados nos atienden vestidos de etiqueta, una de las tradiciones inglesas que hacen de Londres un lugar único. Almorcé allí, en The Fountain, su famoso Welsh Rarebit de queso, antes de seguir a Picadilly Circus, el corazón de Londres, y caminé por los barrios de SoHo y Chinatown, pasando por teatros y restaurantes chinos, indios y de comida rápida, y llegué hasta la zona de compras del famoso teatro Covent Garden. Agotada, tomé un taxi, y cuando me bajé en el Langham y sentí la fragancia tan rica que perfuma sus pasillos, y me saludaron con tanta corrección, pensé que había llegado a mi palacio particular. Esa noche cenamos en Asia de Cuba, en el hotel St. Martin’s Lane, uno de los restaurantes más trendy de Londres.

DIA 2. Tomé un taxi y fui al palacio de Kensington, donde creció la reina Victoria antes de ser nombrada soberana y cuya habitación se puede conocer. Aquí también vivió la princesa Diana con sus hijos y todavía residen los duques de Kent. Almorcé en l’Orangerie, en los jardines del propio palacio. Como a las 2:00 PM tomé un taxi a la Abadía de Westminster, donde coronan a los reyes y tuvo lugar el funeral de la princesa Diana, así como la reciente boda del príncipe Guillermo y Catherine Middleton y caminé por el edificio del Parlamento y por la torre con el reloj Big Ben (caminen hasta el puente aledaño, para conocer el río Támesis, y retratarse con el Big Ben y la rueda del London Eye al fondo), y fui hacia la legendaria Downing St., donde está la oficina del Primer Ministro y los establos Houseguards, donde guardan la caballería de la Reina (a las 11:00 AM se puede ver el cambio de la guardia). Ya en la Plaza Trafalgar, una de las grandes plazas de Europa, entramos por una hora al museo National Gallery (la entrada es gratis), donde están algunas de las pinturas más famosas del mundo, como la Toilette de Venus, de Velázquez. Cené en el Alain Duchase, en el hotel Dorchester.

DIA 3. Como una turista más, acompañé a unos amigos a la campiña inglesa, en una excursión con guía en autobús de Golden Tours, y fuimos al castillo medieval de Warwick, a la zona de los Cotswolds, Stratford-Upon-Avon, donde nació y vivió Shakespeare (es un pueblo encantador, lleno de construcciones de los años 1500 y 1600), y vi los muchos colleges que son parte de la antiquísima Universidad de Oxford. Es un tour que dura todo el día y vale la pena. Esa noche, como llegué al Langham cansada, cené muy cerca los ricos sándwiches de Prêt-à-Manger.

DIA 4. Temprano llevé a unos amigos al Museo de Cera de Madame Tussauds, que es muy turístico. Luego caminamos a Oxford Street, a las tiendas por departamentos Marks & Spencer (su lingerie es regia) y Selfridge’s, y a tiendas baratas y juveniles como Primark, Next, Topshop, etc. Almorzamos una ensalada en el sótano de Marks & Spencer, y regresé al hotel para cambiarme, pues a las 4:30 PM tenía reservación para el famoso Afternoon Tea en el hotel Ritz, ¡otra experiencia inglesa divina! De allí caminé hasta la iglesia St. Martin in the Fields, donde disfruté un concierto de música barroca a la luz de la velas. A las 10:00 PM me reuní con mis amigos para cenar en Nobu Berkeley St., donde estaba Emma Watson, la actriz de Harry Potter. La comida estuvo deliciosa.

DIA 5. Mis amigos y yo fuimos en el autobús de turismo de dos pisos del Original London Sightseeing Tour, y me divertí recorriendo la ciudad, incluyendo lugares que hacía tiempo que no visitaba, como la Torre de Londres, y cruzando el bello Tower Bridge. La visita a la Torre es fabulosa y puedes ver las extraordinarias Joyas de la Corona, y al regreso, incluido en el precio de la excursión, tomamos el barquito que va por el Támesis y te deja en el Puente del Parlamento y el Big Ben. Fue interesantísimo ver el South Bank del Támesis, el centro de arte moderno de Londres, con los teatros del South Bank Centre, el museo Tate Modern y el Shakespeare’s Globe Theatre. También el London Eye (la gran rueda con unas divinas vistas de la ciudad) igual que cruzar el Támesis a pie, por el Millennium Bridge. Ese nuevo Londres de torres de complejos financieros, y cafés y restaurantes en Docklands y Canary Wharf, está creciendo en todos sus barrios, cambiándole la cara a la ciudad con un aire transparente de cristal y acero. Esa noche tuve una cena impresionante, invitada por el famoso chef Joel Robuchon en su Atelier de Joel Robuchon, donde vi cómo preparaban plato a plato mi extraordinario menú de degustación, que me explicó el chef paso a paso.

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