La joya más romántica

  • Facebook
  • Twitter
  • Tumblr
  • Email

El anillo de compromiso, lujoso o modesto, es símbolo de amor, tanto para las princesas como para las plebeyas

El anillo de compromiso es el símbolo de una promesa de matrimonio y del acuerdo entre dos personas para compartir su vida para siempre. Y aun si el concepto ?para siempre? está un poco devaluado en nuestros días, todas las parejas que aceptan la aventura del matrimonio, lo hacen con la sincera esperanza de que su amor nunca se apagará. Por eso, este anillo también es un símbolo muy fuerte de los valores del amor, como la devoción, la pasión y la fidelidad. Es natural por lo tanto que, en el momento de elegirlo, cada pareja o cada novio (si se trata de una sorpresa) dé máxima importancia a esta joya que representará una relación única: la suya. En esto, los príncipes y las princesas no son diferentes a nosotros. Algunos lo eligen entre los que les muestran en las joyerías; otros dan un anillo de familia y los hay, más creativos, que lo diseñan ellos mismos para incluir elementos simbólicos personales.

Zafiros, Rubíes y demás

Sin duda, el anillo de compromiso más famoso de la historia fue el que el príncipe Carlos ofreció a la entonces lady Diana Spencer . Fue ella misma quien, en 1981, eligió la pieza, un zafiro ovalado de 12 quilates rodeado de 14 diamantes redondos, montado sobre oro blanco. El anillo costó entonces algo más de 40.000 dólares. Curiosamente, tratándose de un miembro de la familia real, no era una pieza única, sino parte del catálogo de la joyería Garrard, favorita de la corona.

Dicen que cuando le preguntaron a Diana por qué había elegido ese modelo, ella respondió: ?¡Porque era el más grande!?. Obviamente, causó furor y aumentó la demanda de zafiros. Es ese mismo anillo el que, 29 años después, el príncipe William , su hijo, le ofreció a su prometida Kate Middleton , durante unas vacaciones en Kenia. ?Esa fue mi manera de tener a mi madre cerca de nosotros?, dijo después.

A los Windsor les encantan los zafiros (de esta piedra eran los anillos de compromiso de la reina madre y de otros miembros de la familia real) y también los rubíes. La princesa Margarita , hermana de la reina, y Sarah Ferguson, hoy exesposa del duque Andrés de York, recibieron un anillo de rubí en 1960 y 1986, respectivamente. Tony Armstrong Jones hizo personalizar el que le dio a su prometida Margarita para que pareciera una rosa, en honor a su segundo nombre: Rosa. Por su parte, Andrés eligió esta piedra porque su color armonizaba con el cabello pelirrojo de Sarah. Cabe señalar que los dos matrimonios fracasaron.

Fotogalería: Conoce los lujosos anillos de compromiso de la realeza

Algunos anillos de compromiso traen un significado cultural o histórico. En el 2001, el príncipe heredero Guillermo Alejandro de Holanda le dio a su prometida, la argentina Máxima Zorreguieta , un anillo con un diamante naranja ?el color que representa la dinastía Orange-Nassau? rodeado de dos diamantes en forma de lágrima.

El príncipe Joaquín de Dinamarca le ofreció a Alexandra Manley, su primera esposa, un solitario rodeado de pequeños rubíes; pero cuando en el 2007 se comprometió con Marie Cavallier , le presentó una bella creación con un zafiro, un diamante y un rubí, los colores de la bandera de Francia, el país de su prometida, diseñado por la artista Mette Rosgaard.

En el 2003, Federico de Dinamarca , su hermano mayor, le dio a la australiana Mary Donaldson un anillo con una esmeralda y dos rubíes, que simbolizan los colores de la bandera danesa.

Quilates más, quilates menos

Cuando el 23 de junio de 2010 el palacio monegasco anunció oficialmente el compromiso del príncipe Alberto con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock , el pequeño país suspiró de alivio. La noticia no llegaba demasiado pronto: Alberto tenía ya 52 años, pero su prometida, 20 años menor, estaba en buena edad para dar al principado el heredero tan esperado. Los dos enamorados se habían conocido en el 2000 (Alberto no hace las cosas rápido), en un encuentro de natación en Mónaco, en el que el príncipe pasó una medalla por el cuello de su futura esposa. Al comprometerse, le puso en su dedo un solitario de diamantes, un modelo imaginado por el propio Alberto y realizado por Repossi, la tradicional joyería monegasca, en oro gris con un diamante central. El modelo fue bautizado, muy apropiadamente, Tetis (ninfa del mar).

Seguramente, Alberto no quiso que le sucediera lo mismo que a su padre. En 1955, el príncipe
Rainiero
le ofreció a Grace Kelly , su prometida, un anillo con muchos rubíes y diamantes de Cartier. Pero cuando notó que otras estrellas de Hollywood exhibían anillos mucho más importantes, rápidamente encargó a Cartier uno con un diamante de 10,5 quilates, rodeado de otros dos en baguette. Y para que las cosas quedaran bien claras, Grace lució la costosísima joya en High Society, el último filme que realizó antes de su boda, en el que interpreta a una rica heredera a punto de casarse.

Sí, al igual que Alberto, la princesa Victoria de Suecia eligió a un deportista como esposo (Daniel Westling, su marido, era su entrenador de gimnasia). Cuando en febrero de 2009 su futuro marido le propuso matrimonio en los jardines del palacio de Drottningholm, ¡de rodillas!, le ofreció un diamante redondo montado en una banda de oro blanco de W.A. Bolin, los joyeros de la corona sueca, un modelo sencillo y, a la vez, tradicional, con el que Victoria se mostró encantada. Unos meses después, la casa real anunció el compromiso de Magdalena , la hermana menor de Victoria, con el abogado Jonas Bergström. Jonas también ofreció a su princesa un anillo con un diamante en corte esmeralda (rectangular); pero la boda no llegó a realizarse, pues se reveló que él había tenido una aventura. Para Magdalena, hubo una segunda oportunidad... El 25 de octubre de 2012, el palacio anunció su compromiso con el financista Christopher O?Neill , quien también le ofreció un anillo con un diamante de 4 quilates.

El tercero en contraer matrimonio fue el príncipe Carlos Felipe de Suecia , el más joven de la familia. Lo hizo, no sin cierta dosis de escándalo: su elegida, Sofía Hellqvist , era una estrella de un osado programa de la televisión y, además, había posado desnuda. Más discreta, Sofía fue fotografiada junto a su príncipe el 27 de junio de 2014, en los jardines del palacio, luciendo su anillo de compromiso con un diamante redondo de apenas 1 quilate, rodeado de pequeños diamantes, al módico precio de 7.000 dólares.

En Noruega las cosas se hacen de una manera más simple. La plebeya Mette-Marit Tjessem Høiby recibió un anillo de familia. En efecto, el príncipe Haakon le ofreció el de diamante y rubí que perteneció a su madre, la reina Sonia , y a su abuela Marta de Suecia. Puesto que Sonia está viva, todo indica que no está destinado a usarse y apunta a su valor simbólico. En cuanto al anillo que el rey Felipe de Bélgica le ofreció a su entonces prometida Matilde d?Udekem d?Acoz no hay ninguna información sobre él y en las pocas imágenes que permiten observarlo, se ve un gran rubí y una banda montada de pequeños diamantes cuadrados, posiblemente proveniente de la caja de joyas de la familia.

Pero, sin duda, el anillo más sencillo de la realeza europea es el que el príncipe Felipe le dio a Letizia Ortiz : clásico, con diamantes enbaguette de la joyería española Suárez, que costó unos 3.000 dólares. Por cierto, Felipe ?completó? su propuesta con un collar de la colección familiar. Letizia solo usó el collar en una ocasión, en cambio, el anillo de compromiso y el de boda fueron los únicos objetos de valor que lucía cotidianamente. Sin embargo, el anillo volvió a tomar relevancia cuando se supo que Iñaki Urdangarín, el cuñado de Felipe, había sido el encargado de comprarlo y lo había hecho con una tarjeta de crédito de la sociedad Nóos (relación por la cual está sometido a juicio), y que después no dejó que el príncipe le devolviera el dinero. Felipe y Letizia no quisieron verse vinculados con las acciones de su cuñado y ella dejó de usar una de sus joyas favoritas

Un poco de historia?

Las primeras pruebas de la existencia oficial de un anillo de compromiso se remontan al antiguo Egipto. Un anillo simbolizaba una unión sin principio ni fin, y el espacio en su interior, el amor eterno y una entrada hacia lo desconocido. En la antigüedad griega y romana, marido y mujer se intercambiaban un anillo de hierro, símbolo del contrato irrompible acordado entre sus familias, y lo colocaban en el anular de la mano izquierda, pues se pensaba que una vena unía ese dedo con el corazón. Esta tradición perduró en la Edad Media. Incluso el Papa Nicolás II (1059-1061) decretó que el anillo de compromiso era la prueba de intención nupcial, pero fue en el siglo XV que aparecieron los primeros anillos de compromiso con piedras preciosas.

Se dice que la primera mujer en lucir un anillo de diamantes fue Agnès Sorel (1422-1450), amante del rey francés Carlos VII. Costanzo Sforza ofreció un anillo de diamantes a su futura esposa Camilla de Aragón en 1475. Luego, el archiduque Maximiliano de Habsburgo le dio uno a Marie de Borgoña en 1477.

A principios del siglo XIX, el príncipe Alberto de SajoniaCoburgo-Gotha ofreció a su novia, la reina Victoria del Reino Unido, un anillo de compromiso en forma de serpiente, símbolo de la protección y de la eternidad, y otro, un solitario, como anillo de boda.

Los diamantes eran piedras rarísimas y solo los muy ricos podían permitírselas; pero en 1870 se descubrieron las enormes minas de diamantes de África del Sur y se volvieron más accesibles. En 1947, la firma de Beers lanzó el eslogan ?Un diamante es para siempre?, fusionando la idea de la durabilidad de la piedra y del matrimonio.

Fotogalería: Conoce los anillos de compromiso de la realeza

  • Facebook
  • Twitter
  • Tumblr
  • Email
Relacionado