Dormir lo suficiente ayuda a que nuestro cuerpo y piel se mantengan sanos,
de ahí su importancia, ya que en los adultos lo más recomendable es entre 6 y 8 horas diarias.
Por lo mismo, seguir una buena higiene del sueño, que son todas estas prácticas que ayudan a descansar correctamente, es indispensable. Así que si quieres saber cómo afecta y qué hacer para dormir mejor, quédate leyendo.
¿Cómo afecta el sueño a la piel?
El sueño es esencial porque es cuando la piel tiene el tiempo para regenerarse, aumentando el flujo sanguíneo. Esto permite que reciba más oxígeno y nutrientes que ayudan a mejorar su aspecto.
Pero si no dormimos lo suficiente se crean cambios en el ritmo del organismo y en la secreción de hormonas, como la melatonina y el cortisol, que repercuten en los procesos dermatológicos.
Por si fuera poco, el sueño ayuda también a equilibrar los niveles de hidratación de la piel. Pues si no llegamos a dormir las horas necesarias, el cuerpo produciría menos progesterona, provocando resequedad e irritación en la piel.
También, la falta constante de sueño puede incentivar al envejecimiento prematuro de la piel y a la reactivación de enfermedades cutáneas.
Además, dormir poco hace que los vasos sanguíneos bajo los ojos puedan dilatarse, provocando la aparición de ojeras .
Una buena higiene del sueño
Para tener una buena calidad del sueño no solo es necesario dormir las horas necesarias, sino también un buen funcionamiento diurno.
Por eso, despertar y dormirse a una hora, hacer ejercicio, cenar alimentos ligeros, apagar la luz y dejar el celular cuando nos vayamos a dormir y tomar siestas que no duren más de 20-30 minutos, ayudarán a regular el sueño.
Finalmente, hay que hacerle caso al cuerpo y acostarse cuando se manifiesten las primeras señales de sueño, como los bostezos, el parpadeo acelerado y la sequedad en los ojos.
Porque de no hacerlo, la necesidad de dormir desaparecerá a los 15 minutos y tardará una hora y media más en volver.