La actriz confiesa el desafío de sentirse dividida entre su carrera y su labor de madre
Emily Blunt está tan ocupada cuidando de su hija Hazel (2) -fruto de su matrimonio con John Krasinski- que en ocasiones se olvida incluso de que está embarazada.
“El primer embarazo es siempre la etapa de mayor indulgencia de tu vida porque tienes los masajes, el yoga prenatal, las cintas de hipnoterapia, pero durante este embarazo a veces hasta me olvido de que estoy embarazada. ¡Tengo que correr detrás de una niña de 2 años!”, explicó la actriz a la revista C.
Para Emily resulta bastante complicado compaginar su vida familiar con su carrera profesional ahora que su pequeña comienza a ser más consciente de sus ausencias.
“Resulta todo un desafío cuando tienes un niño, especialmente uno pequeño que ya es capaz de hablar y de decirte: ‘Por favor no te vayas’. No quiero sentirme dividida”, añadió.
La maternidad también ha influido en el tipo de papeles que Emily está dispuesta a aceptar.
“Ya no optaría por hacer algo demasiado subido de tono. No me siento demasiado cómoda con todo eso de desnudarme porque ya no tengo 22 años. No es por un tema moral, más bien pienso: ‘Ya he hecho algo así, ¿de verdad quiero repetirlo? ¿De verdad aporta algo a la película o es solo una excusa para verle las bu**s a alguien?’. Creo que la mayoría de las veces no resulta necesario. Además, ahora también me resultaría muy duro interpretar un personaje muy violento o racista”, confesaba en una entrevista al periódico The Telegraph.
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