La mejor experiencia que ha tenido la bellísima Charlize no fue en 2003 cuando ganó el Oscar a Mejor actriz por su interpretación de la asesina Aileen Wuornos en Monster (2003).
Su mayor recuerdo sucedió meses después de recibir el galardón de la Academia: en 2004, durante un viaje a su natal Sudáfrica, se reunió con el expresidente Nelson Mandela, quien deseaba conocerla. Al encontrarse, el también Premio Nobel de la Paz le expresó su admiración e incluso le dio las gracias por poner a la región en el mapa mundial (ella fue la primera africana en ganar un Oscar). La actriz, entre lágrimas, no pudo más que decirle que su lucha contra el apartheid había sido su gran inspiración. Aquel viaje duró apenas cinco días, pero fue un antes y un después; era el fin de un ciclo que había iniciado hace tiempo, cuando la futura actriz era una niña, mitad nerd y la otra “patito feo”, que sufría de bullying, y que continuó de modo trágico en su adolescencia al ser testigo de cómo su madre le disparó a su padre. La mujer fue absuelta, pues lo hizo en defensa propia. Este hecho lo superó Theron, quien años después regresaba a su país convertida en una estrella de fama mundial; incluso fue recibida con los honores reservados a jefes de Estado por el entonces presidente Thabo Mbeki. Así, a los 28 años, ella lo había logrado: no solo no era una estadística más de la violencia contra las mujeres, sino que tenía el mundo en sus manos. En el lugar correcto Charlize soñaba con ser bailarina. Después de la muerte de su padre ganó un concurso de modelaje. Así, ella y su madre se trasladaron a Milán; durante un año modeló para ahorrar y mudarse a Nueva York. Ya en la “Gran Manzana” se incorporó a una compañía de danza, pero una lesión en la rodilla truncó su carrera. Sumida en una gran depresión, su madre le advirtió que regresar a Sudáfrica era una pésima idea, por lo que ideó un plan B: comprar un boleto solo de ida a Los Ángeles y probarse como actriz. En un golpe de suerte fue descubierta en un banco. Quería cobrar un cheque que le había enviado su madre para pagar la renta, pero la cajera se negó a hacerlo. Charlize, ya desesperada, comenzó a alterarse a tal grado que la discusión llamó la atención de un cazador de talentos que estaba justo ahí... y el resto es historia.
Charlize Theron y la evolución de su ‘look’
En los 90 era una castaña, como la “Rachel” de Friends. A inicios de esta década regresó al rubio. A principios del 2000 prefería el pelo a los hombros. En la última entrega de los Oscar vuelve al cabello oscuro. A finales de los 90 puso de moda el cabello cortísimo. Desde que es ima- gen de Dior, opta por looks estilizados. En 2004, cuando ganó el Oscar, apostaba por las ondas. Durante la promoción de Long Shot sorprendió con un juvenil fleco. En 2005, por su papel en Aeon Flux, se convirtió en morena. Ha adoptado el estilo que usó en The Devil’s Advocate.
