Desnuda y feliz

Desnuda y feliz

No apagues la luz, no te escondas bajo la ropa, no permitas que los fantasmas de una inexistente perfección te arruinen el día. Olvida los complejos ¡y vive a plenitud!

Luego de que las fotos sin retoque de su trasero circularan por Instagram, la socialité Kim Kardashian perdió seguidores. Y aunque a Kanye West, su esposo, no le gustó, este acto de rebeldía sí que nos dio un respiro. La verdad de ese cuerpo, quizá el más cotizado del planeta, ha puesto en evidencia que tras el mito de la excelencia física está ni más ni menos que? la normalidad. Durante años, las mujeres hemos vivido flageladas por estándares en torno a nuestra apariencia, y las imposiciones sobre la forma y medida consideradas como adecuadas han llegado a un punto tan absurdo que solamente un pequeño puñado de ángeles de Victoria?s Secret podría cumplir... y con trabajos.

La tiranía de los retoques digitales marcó una norma imposible que, sin embargo, acabó poniéndonos presión a todas por igual: piernas largas, abdomen plano, glúteos prominentes, senos firmes, cintura estrecha, piel lisa y cero rollitos, celulitis o estrías. ¿En qué momento nos dejamos arrastrar a ese infierno? La buena noticia es que cada vez más chicas están tomando conciencia, y sin importar el qué dirán, se despojan de las prendas para mostrar que la única perfección yace en la belleza natural de cada anatomía.

Pérdidas

Ya era hora, ¿no? Los daños colaterales han sido muchos. En mayor o menor medida, miles de mujeres hemos visto afectadas nuestra seguridad y autoestima por no lograr el estándar, persiguiendo un objetivo inalcanzable, porque sólo 3% de la población mundial cumple con la norma de modo natural. Hemos gastado dinero, energía, tiempo, atención y emociones buscando un imposible.

¡Y todo lo que nos hemos perdido!

¿Quién no ha apagado la luz durante la intimidad, debido al temor de mostrar unos senos víctimas de la gravedad? ¿O qué tal ese lindo pantalón corto al que hemos renunciado, por culpa de las estrías en los muslos? Y aquella entrevista de trabajo en la que no pudimos estar al ciento por ciento porque sentíamos que de alguna manera, la tripita abultada nos descalificaba. Por muy inteligentes, preparadas o conscientes que seamos, en ocasiones resulta difícil escapar de la trampa de la imagen.

Muchas voces

Por suerte, las cosas han comenzado a cambiar. El activismo en favor de la mujer está surtiendo efecto. No se trata sólo de aceptarnos, sino de desafiar las imposiciones que nos han limitado durante tanto tiempo para poder querernos, mostrarnos con orgullo y ser felices con lo que somos.

Ya no es solamente Kate Winslet, como una voz en el desierto, quien defiende su cuerpo curvy. Ha surgido en las redes una oleada de modelos talla grande mostrando que lo diferente es bello, y algunas celebridades se han montado al mismo barco. De manera importante, trabajos fotográficos como A Beautiful Body Project o American Beauty, por citar algunos, han dado un gran espaldarazo, ya que no sólo reivindican la belleza diversa y natural de la figura femenina, sino que además exponen los resultados de cambios, por ejemplo, los traídos por el embarazo, la vejez o consecuencia de operaciones que van desde la extracción de apéndice a la mastectomía.

“Así son los cuerpos reales. Honestos, imperfectos y hermosos”, dijeron las chicas de la página ctworkingmoms.com en su publicación The Goddess Gathering cuando, luego de ver las espectaculares imágenes de Beyoncé tras su parto, decidieron mostrar la verdad y lo hicieron posando en una serie de fotos en la que, sin trucos ni retoques, se ven radiantes.

Pura ilusión

No, las preciosas piernas que lucen en el póster promocional de Pretty Woman, no eran de Julia Roberts, sino de su doble y, además, recibieron su ‘retocadita’. Como lo muestran unas tomas captadas en la playa, las reales son más cortas, algo parejas y tienen su generosa dosis de celulitis, lo cual no impidió que la actriz haya sido nombrada por quinta vez, este año, como la más bella del mundo.

¿Cómo? Pues así. Lo que ocurre es que el atractivo genuino tiene sus códigos, y según nos dicen los psicólogos evolucionistas, más que con características estrictas, la percepción de lo que se considera estético se relaciona con el mensaje de salud, poder, armonía y felicidad que proyectamos.

Así lo demostró la fotógrafa estadounidense Gracie Hagen en su ya icónico Illusions of the Body. Al mostrar las diferencias de la misma mujer en varias poses, dejó en evidencia que la belleza es cuestión de actitud.

A mayor seguridad y autoestima, mejor será la manera en que nos mostremos y eso influirá en cómo nos perciben los demás. Conviene romper con el círculo vicioso de creernos que no somos dignas de manifestarnos y, en cambio, iniciar aquél, en donde cada vez que lo hagamos, reafirmemos nuestra condición de mujeres bellas. Mirémonos en el espejo desnudas y felices. Se trata de una declaración de libertad y un acto de amor hacia nosotras mismas.

Cuestión de aceptarse

Para muchas es pura pose. Tal es el caso de Demi Lovato alardeando de cuánto ama a su cuerpo a pesar de sus imperfecciones y mostrando en Snapchat un ridículo pellizco de carne en su abdomen. Pero para otras, la verdad se impone sin problema alguno:

Ni Salma Hayek ni Halle Berry sacrifican sus adorados escotazos para ocultar las estrías en sus senos.

En su Instagram, Alicia Keys y Kendra Wilkinson publicaron imágenes de sus cuerpos imperfectos, afirmando que lo aman.

La pancita ‘fofa’ luego de sus embarazos no ha impedido que Katie Holmes se enfunde en sendos bikinis.

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