Aunque era conocido sobre todo como fotógrafo de moda, en todas sus manifestaciones, sus imágenes asombran por su originalidad, elegancia e inigualable sencillez
La exposición Irving Penn: Beyond Beauty abre sus puertas el 23 de octubre y presenta 146 fotografías y filmes del célebre maestro. El Smithsonian American Art Museum, de Washington, D.C. se adelanta así a su archirrival, el Metropolitan Museum of Art, de Nueva York, que anunció su propia retrospectiva para abril de 2017... lo que demuestra que el mundo del arte puede ser tan competitivo como el de la política o las finanzas.
La exposición promete ser particularmente impresionante, pues incluye retratos, fotos de moda y de publicidad, así como filmes e imágenes realizados por Irving Penn durante sus viajes y jamás exhibidos previamente. Los trabajos que podrán verse abarcan todas las etapas de su carrera: escenas callejeras de los años 30, retratos de celebridades, fotografías de moda, naturalezas muertas...
Pero ya se trate de estrellas, modelos, intelectuales o nativos de lugares remotos, todos tienen algo en común: son fuertes, elegantes y de una rigurosa simplicidad. En un decorado depurado al extremo, a veces en un estrecho rincón en ángulo agudo construido especialmente en su estudio, Penn logró poner en relieve la complejidad emocional de sus personajes y hacerles expresar todo lo que se agita bajo la superficie, ya sea de individuos desconocidos o de celebridades mundiales como Salvador Dalí, Pablo Picasso, Sophia Loren, John F. Kennedy y otras de las tantas que posaron para su cámara.
Son pocos los fotógrafos que han tenido una carrera tan larga (casi de 70 años) como la de Irving Penn, sin jamás perder entusiasmo ni inspiración. También son pocas las personalidades tan célebres y discretas como él: nunca deseó publicidad personal, rara vez otorgó entrevistas y evitaba a toda costa ser fotografiado. ?No quiero ser un personaje?, decía.
De su vida privada no se sabe casi nada, solo de su amor incondicional por Lisa Fonssagrives, la exbailarina y modelo sueca que fue su esposa durante 42 años. A la muerte de Penn, a los 92 años, en el 2009, el misterio de su vida quedó intacto.
FOTOGALERÍA: El Smithsonian American Art Museum presenta ‘Irving Penn: Beyond Beauty’
MODA Y ARTE: UNA LÍNEA BORROSA
Irving Penn nació en 1917 en Nueva Jersey, en el seno de una familia judía que llegó de Rusia, y es el hermano mayor del director Arthur Penn (Bonnie and Clyde, Little Big Man). Su breve biografía indica que se orientó primero hacia la pintura y el dibujo. Tras estudiar artes gráficas en Filadelfia, se instaló en Nueva York, donde trabajó como diseñador durante dos años, hasta 1940, en que fue nombrado director de arte de las tiendas Saks Fifth Avenue. Pero su gran ilusión era ser pintor y lo dejó todo para irse a pintar a México. Un año después, decepcionado del resultado, regresó y lavó sus telas en la bañera. Tenía 26 años.
Ya de regreso en Nueva York, el poderoso Alexander Liberman, director del departamento de arte de Vogue, le ofreció un puesto como supervisor del diseño de las portadas. Fue entonces cuando, desalentado por la falta de interés de los fotógrafos por sus ideas y sugerencias, decidió tomar la cámara él mismo.
La primera de sus fotos para Vogue fue una composición de accesorios?un guante, un cinturón y una cartera? que fue elegida para la portada de octubre de 1943. Le siguieron otras 150 a lo largo de 50 años. Sus imágenes se destacaron de inmediato de las de sus contemporáneos por su elegante simplicidad y su meticuloso rigor. En realidad, Penn limpió la fotografía de moda de todos los elementos innecesarios.
Allí donde Cecil Beaton y Henry Clarke se apoyaban en utilería y elaboradas escenografías, Penn era austero, un ferviente partidario del less is more (menos es más). Tomaba sus fotos sobre un fondo liso, en un estudio apenas iluminado con una hilera de lámparas de tungsteno. La falta de distracciones innecesarias permitía concentrar su mirada en lo que para él era central: la relación entre la modelo y la ropa.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), al igual que muchos de sus compatriotas, Penn fue movilizado. En su caso, como chofer en el cuerpo de ambulancias del ejército estadounidense en Italia y luego como fotógrafo en el ejército británico en India.
Fue en Roma donde, por casualidad, se cruzó con el pintor Giorgio de Chirico, a quien admiraba. ?Me acerqué corriendo y lo abracé. Para mí, él era mi héroe; para él, yo era probablemente un demente?, recordó más tarde. En todo caso, durante dos días, De Chirico le mostró la ciudad, mientras Penn tomaba fotos del artista.
Estas serían las primeras de una larga lista de retratos de grandes personajes del arte y la literatura en que después Penn se especializó. Y cuando regresó a Vogue en 1946, comenzó a complementar su trabajo en la moda con retratos de intelectuales, actores y artistas como Colette, Truman Capote, Marlene Dietrich, Audrey Hepburn e Igor Stravinsky. La línea entre ambos campos ?fotógrafo de moda y retratista? era borrosa. Lo único que contaba para él era dar relieve a sus protagonistas.
FOTOGALERÍA: El Smithsonian American Art Museum presenta ‘Irving Penn: Beyond Beauty’
BELLEZA SURREALISTA
En efecto, Irving Penn fue uno de los primeros fotógrafos en cruzar la distancia que separaba la fotografía de revistas ?hasta entonces menos- preciada? de la de arte, convenciendo a aquellos que todavía no lo estaban a tomar en serio esa disciplina. Resultado: toda su producción, tanto sus retratos como sus imágenes de moda, definieron la elegancia de los años 1950, especialmente aquellas con la bellísima Lisa Fonssagrives, a quien conoció en 1947 y de quien se enamoró instantáneamente. Tres años después se casaron en el Registro Civil de Chelsea, en Manhattan.
Profesionalmente, las fotos que Penn hizo de su esposa envuelta en Balenciaga, Dior o Rochas o en una djellaba marroquí llevaron la fotografía de moda a nuevas cumbres estéticas. En lo personal, el matrimonio era totalmente funcional, y muchos años después, ya viudo, Penn seguía refiriéndose a la muerte de su compañera, en 1992, como ?el desastre?.
Pero a fines de los años 1960, Penn, ya en sus 50, se encontró fuera de la revolución estética y sexual que había impregnado la moda. Sus imágenes eran de una belleza precisa, casi hierática, pero las revistas querían más espontaneidad, menos formalidad y más sex appeal. En la imaginación popular, el fotógrafo de moda estaba encarnado por el personaje de David Hemmings en el filme Blow Up, de Michelangelo Antonioni ?osado y sensual?, mientras que Penn ni siquiera concebía mostrar a una modelo saltando, como lo hacían Richard Avedon o David Bailey.
Por cierto, Irving Penn observaba la rebeldía de esos años con una mirada curiosa, incluso realizó un magnífico dossier sobre el movimiento hippie de San Francisco para la revista Look, pero su confianza estilística parecía flaquear cuando debía fotografiar la moda mini de la época y a las modelos ultradelgadas que le recordaban más a jovencitos que a las mujeres sofisticadas que él sublimaba.
Ciertamente, seguía siendo respetado y admirado, pero ya no era un trendsetter (marcador de tendencias). Sin sorpresa, comenzó a concentrarse en otros temas: naturalezas muertas, desnudos, habitantes del fin del mundo o bien objetos mundanos ?carteles, comida, colillas de cigarrillos, basura de la calle? convirtiéndolos en imágenes de una belleza memorable, a menudo surrealista.
Asimismo, Penn era un técnico consumado y en esos años desarrolló un sistema de impresión de fotos, perfeccionando un complicado proceso caído en desuso, que exigía la utilización de exóticos químicos y de platino, y un preciso control del cuarto oscuro. Según los expertos, el resultado, revolucionario, permitió aumentar la profundidad y la luminosidad en la fotografía.
La obra de Penn ?original, enorme y ecléctica? habla por él y es modelo de referencia para dos generaciones de fotógrafos. Reconocida y admirada mundialmente, a menudo es expuesta en los más importantes museos del mundo, atrayendo una y otra vez a un público siempre admirativo.
FOTOGALERÍA: El Smithsonian American Art Museum presenta ‘Irving Penn: Beyond Beauty’