El París perlado de Chanel

El París perlado de Chanel

La joyería de Chanel puso el broche final a la Semana de la Alta Costura de París, recuperando el estilo clásico de la creadora

Un aroma clásico inundó la mítica boutique de la Plaza Vendôme con la presentación de alta joyería que resucitó las mágicas perlas que solía lucir la propia Coco Chanel y que complementaban cada uno de sus diseños, para dar un toque distinguido a unas prendas que, sin renunciar a la elegancia, soltaron la figura de la mujer desprendiéndose de las formas ceñidas que popularizó Christian Dior.

LA ELEGANCIA C’EST MODA

Las perlas que ha mostrado Chanel en la clausura de la Semana de la Alta Costura, se han interpretado en rosa, negro, blanco y amarillo; en tamaño grande o más pequeño; esféricas o irregulares. En total, 87 piezas han reafirmado el espíritu eterno de una marca de lujo que, 43 años después de la muerte de su fundadora, sigue marcando tendencia.

Brazaletes, anillos, diademas, pulseras, relojes y gargantillas reflejan el estilo y los temas que inspiraron la primera colección joyera que Coco Chanel dio a conocer en 1932. Foto: EFE

La estrella de esta colección mostrada en la tienda de la Plaza Vendôme, en el centro de París, ha sido un collar llamado Perles de jour (perlas de día) que ensarta 45 gruesas perlas, coronadas por un diamante de 8 quilates y cuyo precio asciende a 3.421.500 dólares.

Como las perlas, los diamantes forman parte de la exclusividad que desprende cada nueva propuesta de la casa francesa, porque representan “la pureza, la rareza y el resplandor extraordinario, así como el símbolo del amor eterno”, según explica la marca en su página web.

La propia Coco eligió el diamante por ser una piedra preciosa que condensa “el valor más grande en el volumen más pequeño”.

Diamantes negros, zafiros que toman multitud de colores, verdes esmeraldas, rojos rubíes, amatistas, cuarzos rosas, turmalinas y deliciosas ágatas, son otras de las piedras del universo joyero de Chanel que se incrustan en anillos, solo aptos para dedos con un alto poder adquisitivo, aunque contemplarlos es un placer en sI mismo.

Las creaciones de joyería que inspiran hoy a la firma recogen los valores y el estilo de la primera colección de joyería, Bijoux de diamants (joyas de diamantes), que diseño mademoiselle Chanel en 1932.

La casa respeta los temas que interesaban a la modista y se atreve a imprimir su estilo en relojes, gargantillas, diademas, anillos, pulseras, brazaletes o broches.

Coco, como se conocía popularmente a esa mujer delgada que sostenía siempre un cigarrillo en su mano, introdujo en los armarios de todo el mundo la clásica chaqueta de tweed abrochada con botones con forma de león (su signo zodiacal era Leo) y, en el mundo de los complementos y los perfumes, diseñó auténticos hitos como la fragancia Chanel Nº 5, el zapato beige con punta negra y el bolso matelassé, con cadena bandolera dorada.

Una de las colecciones que cerró La Semana de la Alta Costura de París fue la colección de joyería de Chanel, que recuperó las clásicas perlas y otra bisutería más actual. Foto: EFE

EL ESPÍRITU DE CHANEL, EN CONSERVA

El verdadero mérito de “Coco” fue que, sin apenas recursos y estudios, consiguió convertir su sello personal en una firma prestigiosa y única.

“La admiro por ello”, declara el continuador del estilo Chanel, Karl Lagerfeld, en un video conmemorativo. El extravagante modista ha blindado los valores tradicionales de la marca y ha sido fiel al legado de la creadora de la firma, sin renunciar a los imperativos que marcan las modas y los nuevos tiempos.

Este compromiso con la tradición consigue proteger los cimientos artísticos más clásicos de la compañía, contemplados también en las sortijas de camelias, las pulseras comète (cometa) y la bisutería con forma de león o con incrustaciones de plumas que se han convertido en iconos irrenunciables de la joyería de lujo de Chanel.

Durante estos últimos días de la Semana de la Alta Costura, el histórico apartamento de la calle Cambon en el que Coco Chanel administró su primera boutique ha reabierto sus puertas para descubrir el espacio en el que la gran modista ideó una nueva corriente de moda.

Vestida siempre con una personalidad desbordante, a Coco le gustaba cantar y bailar, aunque no era tan diestra en la interpretación musical como lo fue con las agujas. Todavía hoy resuena en todos los grandes atéliers una de sus principales máximas, “la moda pasa de moda, el estilo jamás”.

Los diamantes también forman parte de la esencia de la firma, por ser una piedra preciosa que condensa “el valor más grande en el volumen más pequeño”, decía mademoiselle Chanel. Foto: EFE

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