Muere el infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias

Muere el infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias

El primo del rey Juan Carlos falleció a los 77 años

El infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias, primo del rey Juan Carlos, murió este 5 de octubre a los 77 años, según confirmaron fuentes próximas a su familia. El estado de salud del duque de Calabria era delicado desde que sufrió un ictus en noviembre de 2012.

Nacido en Lausana, Suiza, el 16 de enero de 1938, era hijo del infante Alfonso de Borbón Dos Sicilias y de la princesa Alicia de Borbón-Parma. El rey Juan Carlos le había concedido el título de infante de España en 1994 “como representante de una línea dinástica vinculada históricamente a la Corona española”.

Licenciado en Derecho, trabajó en el Chase Manhattan Bank de Nueva York, en la Banca Popular Peruana y en el Banco Nacional de México. En España se dedicó al mundo de las finanzas y participó en la creación de empresas como el Consorcio Hispano-Arábigo o la Central Financiera de Expansión; además fue consejero de Cepsa, Iberpistas y Reyal Urbis.

En marzo de 2011, el abogado del infante Carlos de Borbón-Dos Sicilias alegó que padecía una enfermedad mental degenerativa que le impedía asumir las responsabilidades en la quiebra de Viajes Marsans como miembro de su consejo de administración.

Era presidente del Real Consejo de las Órdenes Militares y de la Fundación Comité Español de Colegios del Mundo Unido y también presidente de Honor de la Real Asociación de Hidalgos de España.

Tenía, entre otras condecoraciones, el Toisón de Oro (1964) y la Gran Cruz de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén (1992).

Casado con la princesa Ana de Orleans, hija del Conde de París, tenía cinco hijos: Cristina (1966), María Paloma (1967), Pedro, duque de Noto (1968), Inés (1971) y Victoria (1976).

El infante Carlos ocupaba el primer puesto en la línea de sucesión a la corona española después de los descendientes del rey Juan Carlos I ya que las hermanas del rey Juan Carlos I, las infantas Pilar y Margarita, renunciaron a sus derechos de sucesión para contraer matrimonio con personas que no pertenecían a alguna familia real, como prescribía la Pragmática Sanción del rey Carlos III que regulaba los matrimonios de la Casa Real española.

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