Traumas e inseguridades del príncipe, y por qué dudaba si debía casarse o no con Kate Middleton
Un nuevo libro titulado Prince William, The Man Who Will Be King, de la autora Penny Junor, revela que el príncipe William estaba tan traumatizado por el drama del matrimonio fracasado de sus padres y las infidelidades que ambos cometieron durante el mismo, que dudaba si casarse o no con Kate Middleton, porque no sabía si le iba a poder ser fiel o no, y que incluso se preguntaba: "¿Soy capaz de amar solamente a una mujer?”.
Según el libro, esa indecisión produjo el sonado rompimiento que la pareja tuvo en el 2007, pues William prefería terminar, que comprometerse a una vida junto a Kate.
Sus traumas infantiles fueron terribles para el adolescente tímido y muy apegado a su madre Diana de Gales. Sin embargo, cuando terminó con Kate, los terribles celos que sintió al verla salir con sus amigos noche tras noche, sin demostrar tristeza, le hicieron correr a su lado y volver con ella, lo que Kate no le hizo muy fácil en esa ocasión, pues el rompimiento fue público y ella se sintió muy humillada.
Según el libro, “Kate estaba dispuesta a entrar en su vida con absoluta entrega, sabiendo lo que le esperaba como consorte real, pero a él le tomó mucho tiempo comprender que los errores de sus padres no tenían que ser los suyos, y que Kate era su verdadero amor”.
Para el príncipe William, sus relaciones con otras mujeres -incluso antes de conocer a Kate- nunca fueron fáciles y el fantasma del matrimonio de sus padres era constante en su vida sentimental. Ni él ni su hermano Harry lograron superar ese dolor con rapidez, y a William todo lo sucedido, especialmente la trágica muerte de su madre junto a otro hombre, le afectó muchísimo. Mientras Harry se iba de fiesta, William lloraba solo y se “tragaba” su dolor de adolescente desamparado. Según muchos, el comportamiento de su padre y el de su abuela, la reina Isabel II, en aquellos años fueron “de una importancia vital” para que el chico recobrara la paz.
Para Diana, su hijo mayor era su confidente, a quien le contaba cosas de su vida amorosa y su dolor por las acciones de su padre, el príncipe Carlos. Y para el chico, los tabloides ingleses publicando a diario las feas historias de ambos eran humillantes, ¡especialmente delante de sus amigos del colegio! Además, su lealtad como hijo estaba dividida.
Según el libro, el día en que William conoció a Kate en la universidad de St. Andrews, la joven “tenía el pelo sucio, unos jeans viejos y ni una gota de maquillaje” y eso le chocó al muy cuidadoso, siempre ultralimpio y correcto príncipe, quien no se interesó en ella hasta que la vio en un desfile de modas exhibiendo un vestido semitransparente. El libro también comenta que muchos creen que la delgadez extrema de Kate y su cuerpo sin caderas y de huesos muy pequeños podrían convertirla en una consorte infértil. La duquesa de Cambridge, quien era “una chica común y corriente”, se transforma en una gran belleza gracias a su relación con el príncipe y el apoyo que él le da. Este es uno de los puntos que se refuerzan en el texto.
La biografía explica la timidez de William desde que era pequeño, cuando detestaba que le tomaran fotos. El chico veía un fotógrafo y se aterrorizaba, aunque después posara con una sonrisa junto a sus padres.
Su excelente relación con su hermano Harry es también parte del libro, pues ambos se protegen mutuamente. No solo es William “el protector”, sino que el pelirrojo Harry es mucho más fuerte de lo que parece e influye muchísimo en la vida de su hermano mayor, evitando que tenga la tendencia a la melancolía que heredó de ambos padres. “Harry siempre me hacía lavar los platos y limpiar el apartamento cuando vivimos juntos por seis meses y nunca supe cómo se las arreglaba”, comentó William, riendo, en una entrevista durante los preparativos para celebrar el Jubileo de Diamantes de la reina.
La relación de William con su abuela, la reina Isabel II, es una parte encantadora del libro, pues muestra lo bien que se llevan y la “gran confianza” que ambos se tienen. William dijo en una ocasión: “Primero es mi abuela y después, la reina. Y todo lo que me aconseja lo aprecio mucho”. Ambos comparten muchos ratos juntos y hablan de mil temas. “Mi relación con mi abuela cada día es más fuerte y desde niño, cuando era muy tímido, me ayudaba a expresarme y me escuchaba como si yo fuera un adulto. Eso hizo mi vida mucho más fácil y equilibrada”, ha dicho el futuro rey.