El príncipe Guillermo y la condesa belga Stéphanie de Lannoy se casan este viernes por lo civil
Se acerca la hora para la boda del príncipe Guillermo de Luxemburgo y la condesa belga Stéphanie de Lannoy. Este viernes se lleva a cabo el enlace civil en el ayuntamiento de la capital del país y la casa ducal ha distribuido unas fotografías oficiales de la pareja antes de convertirse en marido y mujer.
La boda religiosa está planeada para realizarse el sábado en la catedral de Nôtre-Dame y será retrasmitida por televisión, al igual que parte de las celebraciones para que el pueblo luxemburgues no se pierda ni un detalle del acontecimiento.
Al enlace ya han confirmado su asistencia jefes de Estado y herederos de las familias reales de Holanda, Suecia, Dinamarca, España, Bélgica, Mónaco, Bulgaria, Rumanía, Jordania y Japón. Los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, acudirán en representación de la Familia Real española.
Una de las parejas más esperadas y que finalmente no acudirá es la formada por los duques de Cambridge. Asi que Catherine no competirá con el resto de princesas en acaparar la atención de los flashes. Seguramente una novia nunca tantas competidoras como las tendrá la joven Stéphanie y es que casarse con un príncipe supone tener invitados más ilustres que la propia novia.
La pareja real
Guillermo, de 30 años y el mayor de cinco hermanos, ostenta los títulos de príncipe de Nassau y Borbón de Parma, y es el heredero del trono desde 2000, coincidiendo con la coronación de su padre, el Gran Duque Enrique I de Luxemburgo.
El novio, educado en Suiza, estudió Ciencias Políticas en Francia y el Reino Unido.
Su prometida, de 28 años y perteneciente a una de las familias aristocráticas más antiguas de Bélgica, es licenciada en Filología germánica por la Universidad de Lovaina y habla con fluidez francés y alemán, los idiomas del Gran Ducado, además de inglés y ruso.
Guillermo y Stéphanie, quienes se conocían desde hacía años, se reencontraron en 2009 y se enamoraron, según reconoció la joven recientemente en una entrevista concedida al semanario luxemburgués Wort, en la que definió a su prometido “como el príncipe de sus sueños”.
“Sí, creo que lo he encontrado. Que Guillermo sea un príncipe en la realidad no tiene importancia. Después de haberlo conocido le dije a una de mis amigas que había encontrado a una persona extraordinaria con la que compartir muchas cosas”, señaló.
Lamentablemente, la novia echará de menos a su madre, la condesa Alix della Faille de Leverghem, que falleció hace apenas dos meses por un paro cardíaco.
Luxemburguesa por amor
Stéphanie de Lannoy ya renunció a la nacionalidad belga por amor.
“Estoy orgullosa de adoptar la nacionalidad de mi marido. Luxemburgo es mi país de corazón, Bélgica el de mi infancia”, señaló recientemente a la prensa la futura princesa consorte.
La joven se naturalizará luxemburguesa este mismo viernes cuando contraiga matrimonio civil, una decisión para la que ha tenido que dar su visto bueno el Parlamento nacional (55 votos a favor y cinco en contra), ya como princesa de Nassau y Borbón de Parma.
Una vez casados, los novios vivirán entre el palacio de Colmar-Berg, la residencia oficial de los Grandes Duques, y la capital de Luxemburgo.
Por su lado, Guillermo era el último príncipe heredero europeo soltero.
