Libérate del chantaje emocional

Libérate del chantaje emocional

Casi todas las personas han sufrido por alguien que utiliza esta forma de manipulación.

Si has escuchado frases como éstas, sin duda has enfrentado el chantaje emocional.

“Si realmente me quisieras/consideraras/respetaras...”.

“Después de todo lo que he hecho por ti...”.

"¿Cómo puedes ser tan egoísta/desconsiderada/cruel/irresponsable?”.

“Haz lo que quieras; a fin de cuentas, siempre lo haces...”.

“Así no podemos continuar con esta relación...”.

“No vuelvas a dirigirme la palabra hasta que...”.

“A veces quisiera morir”.

Esta última frase es devastadora para el que la escucha, pues la persona amenaza, de forma indirecta, con el suicidio. En esos casos, se recomienda que tomes en serio la amenaza y busques una ayuda profesional para lidiar con ella.

Los chantajistas emocionales vienen en todas las edades y sexos; cualquiera puede serlo: el esposo, el hijo, el jefe, la madre o la mejor amiga. La característica que todos comparten es su habilidad para controlar a los demás con las palabras perfectas o el comportamiento justo para cada persona. En otras palabras: estas personas conocen los miedos o debilidades de sus “víctimas”, y las explotan para obtener lo que quieren, sin tener que negociar o aceptar una derrota. Como ha aprendido que sus tácticas funcionan, el chantajista emocional ¡siempre gana!

Sus víctimas -y no es fuerte la palabra- acaban emocionalmente agotadas y, muchas veces, llenas de frustración o ira. Y es que saben que han sido manipuladas a nivel emocional; que estas personas han usado armas desleales para quitarles todas las opciones y derechos, y obligarlas a ir en contra de sus deseos. Esto, por supuesto, va minando la relación, creando resentimientos y cortando las líneas de comunicación. Aunque el chantajista aparentemente “gana”, al final pierde algo más valioso: el respeto y la buena voluntad de la persona que padece sus manipulaciones. Pero aunque el chantaje emocional es poderoso, existen formas de liberarnos de él.

HERRAMIENTAS DE AUTODEFENSA

La primera es aprender a detectar esta forma de abuso. Si dudas si eres víctima del chantaje emocional, tómate un momento para explorar tus sentimientos. Si después de tratar con esta persona te sientes acorralada, sin otra opción que complacerla, ya sea por miedo, sentimientos de culpa o para mantener la paz, es casi seguro que estás ante una experta manipuladora.

La segunda herramienta de autodefensa, de acuerdo con Susan Forward, autora de Emotional Blackmail, es conocer qué mecanismos interiores te hacen susceptible al chantaje emocional. Estos son los más comunes.

  • Una excesiva necesidad de obtener la aprobación ajena.
  • Un miedo intenso a la ira.
  • Sentir que eres responsable de los demás.
  • La tendencia a dudar de ti.

“Ninguna de estas características es negativa de por sí, excepto cuando las llevamos al extremo... y nos hacen susceptibles a la manipulación”, explica Forward. Entonces, si reconoces alguna en ti, es importante que aprendas a ver cuándo y de qué forma actúa en tu contra. Saber qué te hace susceptible al chantaje emocional te permite modificar tu comportamiento.

DESARMANDO LA BOMBA EMOCIONAL

De acuerdo con Forward, lo primero que debe hacer una persona cuando comprueba que está ante un chantajista emocional es... nada. “Tienes que darte tiempo para pensar sin presión”, explica. Estas frases las puedes usar para “ganar tiempo":

“No estoy segura de lo que pienso. Discutámoslo más tarde”.

“No puedo darte una respuesta ahora mismo. Necesito pensarlo mejor para estar segura de lo que voy a hacer...”.

LA PERSONA DEBE ACEPTAR SU RESPONSABILIDAD

Si la persona insiste, entonces vale repetir la misma frase una y otra vez, usando el sistema del “disco rayado”. Bajo ningún concepto caigas en discusiones o en largas explicaciones que solo consiguen complicar aún más el problema.

Pero... ¿cómo manejar la situación cuando llegue el momento de hablar? Primero, debes dejarle saber a esa persona que la has escuchado, pero que ella -y no tú- es la única responsable de cómo reacciona ante tu decisión. Al mismo tiempo, reafirma tu posición y déjale saber que no es negociable, aunque reconoces, aceptas y respetas su derecho a verla desde su punto de vista.

De esta manera “desinflas” el chantaje, pues este deja de ser un juicio universal para convertirse, únicamente, en una opinión personal. Así de simple. Es la mejor forma de neutralizar el chantaje emocional y fulminarlo de tu vida.

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