La pesadilla de los viajeros

La pesadilla de los viajeros

El jet lag se asocia con celebridades y patrones VIP; pero es un síndrome real que afecta a muchos.

Es cierto, los viajes a través de múltiples zonas horarias alteran nuestro ritmo biológico normal. La luz solar ajusta el reloj biológico, y éste “enloquece” cuando rompemos con los ciclos de la naturaleza, concretamente con la sucesión de días y noches.

Insomnio, desorientación, fatiga y deshidratación son algunos de los malestares que reconocemos como efecto colateral después de un viaje que atraviesa el océano; y lo más importante, que cruza varias zonas horarias. Este es el factor determinante, no la duración del vuelo. Las escalas intermedias también influyen, pues cada parada viene acompañada de cambios de presión en cabina. Incluso en ocasiones se afirma que viajar hacia el Este afecta más que viajar en dirección Oeste. Pero lo cierto es que aunque todos estamos expuestos al jet lag, no todos lo sufrimos de la misma manera. Los niños casi no lo padecen, ya que ellos se adaptan con más facilidad a los cambios; también resulta mucho más leve para los adultos que no tienen una rutina marcada, sin embargo, en aquellos que siguen un ritmo diario estricto, se presenta con más fuerza.

Las condiciones antes del vuelo no son menos importantes, si te encuentras estresada, nerviosa, excitada, con resaca tras una fiesta, o demasiado cansada antes de volar, serás una candidata excelente para una poderosa dosis de jet lag. La repetida frase de “no importa, ya dormiré en el avión”, carece de fundamento. Los verdaderos viajeros saben que una reparadora noche de sueño antes de la partida funciona mejor que dos aspirinas.

Estar sentadas en una cabina de avión durante tantas horas tampoco ayuda, el aire es muy seco y para las personas que normalmente viven en condiciones de humedad puede ser un shock. La resequedad causa dolor de cabeza, deshidrata la piel e irrita la nariz y la garganta, acomodando el camino para gripes y resfriados. Los números dicen que la atmósfera del avión, antes del despegue, tiene un 46% de humedad, que tras dos horas de vuelo se convierte en un 9.8%, intolerable para el equilibrio de la piel.

VIAJERA FRECUENTE

Para sobrellevar el jet lag se recomienda tomar abundante agua. Evita ingerir sustancias irritantes como bebidas alcohólicas, café y té; si es posible, evita incluso el jugo de naranja. Bajo condiciones normales de vuelo, el impacto del alcohol en el cuerpo es de dos a tres veces más potente que en tierra. Tampoco es conveniente que te excedas con la comida.

Otros factores que nos ayudarán son garantizar una buena noche de sueño antes del viaje, no cancelar el gym y tener todos nuestros asuntos listos con tiempo para evitar preocupaciones innecesarias. Durante el vuelo debemos movernos lo más que podamos, caminando por el pasillo del avión y realizando estiramientos. Es mejor prescindir de las píldoras para dormir y repetimos una vez más ¡tomar mucha agua!

Los dermatólogos sugieren aplicar crema hidratante en las zonas descubiertas del cuerpo. Un tip, si no tienes tu crema, puedes lavarte el rostro en el baño con agua para beber y no secarte la piel. Muchas aerolíneas mantienen a los viajeros en business class bien provistos de productos para utilizar durante el viaje.

Los trayectos realizados durante el día provocan un desfase menor que los efectuados en la noche, trata de viajar de día. Al llegar a tu destino, nada como una buena caminata al aire libre para “entonar” el cuerpo. Te deseamos una vida repleta de magníficos viajes.

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