¿Qué son los rellenos faciales o ‘fillers’?

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¡Piérdele el miedo a las jeringas! Ésta es la manera más fácil, asequible y nada riesgosa de eliminar los signos evidentes de la edad en tu rostro. Los rellenos faciales son una gran opción para quienes desean evitar a toda costa una cirugía.

Las sustancias de relleno o fillers son, desde hace una década, un negocio jugoso. Los dermatólogos y cirujanos estéticos han encontrado en la toxina botulínica y el ácido hialurónico, el modo de impactar de manera positiva la apariencia de los pacientes que quieren borrar arrugas y modelar su rostro. De acuerdo con la American Society of Aesthetic Plastic Surgeons, en 2017 cerca de dos millones de personas recibieron toxina botulínica en inyecciones de relleno; y el ácido hialurónico aumentó en popularidad 85 por ciento desde 2012. La demanda está a la alza, ya que desaparecer el paso de los años se logra apenas en 30 minutos con una rápida visita al consultorio médico.

En tanto más notoriedad tienen, más riesgos hay de que aparezcan aplicadores de fillers inexpertos. Revisa las credenciales del lugar o del especialista al que piensas acudir.

El gran reto de estas soluciones

Médicos, cirujanos y dermatólogos certificados y avalados por asociaciones de cirugía plástica y estética alrededor del mundo reciben de manera habitual en sus consultorios a pacientes que se han convertido en una caricatura de ellos mismos. Muchos acuden a reconstruir un trabajo mal hecho de un filler por pseudomédicos o esteticistas de clínicas de spa, que ofrecen e inyectan sustancias no avaladas o sin conocimiento profesional de la anatomía del rostro (y por supuesto, más económicas).

“Existen algunas, como la hialuronidasa, que emplean para hacer que la absorción de las soluciones de relleno sea más rápida, pero hay ocasiones en las que el paciente no se encuentra seguro de qué le inyectaron y nos enfrentamos a los biopolímeros, macromoléculas de grado no médico que son inyectadas donde no se debería y provocan reacciones inflamatorias deformantes”, asegura Jennifer Gaona Silva, especialista en cirugía plástica, estética y reconstructiva de Bogotá, Colombia.

De ahí la importancia de buscar la asesoría de cirujanos estéticos respaldados por instituciones de prestigio. Pues lo cierto es que una mala aplicación puede tener consecuencias severas, que van de la necrosis de la piel hasta la deformación permanente de una o varias áreas del rostro. Los especialistas aconsejan que, una vez que se decida a utilizar un filler facial, se solicite al médico que destape el producto y emplee jeringas nuevas antes de la suministración para verificar que todo es confiable y que, al inicio, se empiece con poco producto. Si se desea más volumen se pueden llevar a cabo aplicaciones subsecuentes hasta obtener los resultados deseados sin llegar a perder naturalidad.

“En ocasiones sólo un mililitro de producto puede hacer una gran diferencia en la expresión de la cara”, detalla la doctora Gaona.

Un viejo conocido

La toxina botulínica o bótox se ha convertido en la sustancia de relleno más famosa con el paso de los años. Se trata de un bloqueador neuromuscular que hace que se obstruyan ciertas contracciones musculares y así, borra las arrugas.

“En la clínica buscamos que la expresividad de nuestras pacientes se mantenga, por eso es muy importante que se aplique por expertos. Logramos que las personas que lo usan se vean bien al hablar y gesticular y que, en reposo, las arrugas superficiales se desvanezcan, que su piel se vea más joven”, afirma la doctora Gaona.

La especialista asegura que, puesto de manera estratégica, desvanece arrugas en la frente, párpados y cuello que envejecen el rostro. El costo de la aplicación varía de acuerdo con la zona a corregir y el médico que la trabaja, pero el promedio puede oscilar entre los 250 y 500 dólares.

El lado B del bótox

Este filler también dispone de grandes usos en la cirugía reconstructiva.

“Se emplea cuando un paciente tiene parálisis facial, ya que logra disminuir las asimetrías en la cara y mejorar la sonrisa . En personas con trastornos de movilidad, como aquellas que sufren de lesiones de la médula, se puede utilizar para acrecentar las contracciones musculares involuntarias en las extremidades paralizadas o, incluso, en pacientes con trastornos urinarios”, dice el doctor Jaun Burgl.

Contouring facial

Pasamos de borrar líneas de expresión o de ganar volumen en los pómulos a transformar el rostro casi por completo gracias a las sustancias de relleno, ya que su uso las ha convertido en infiltraciones que pueden retrasar cualquier cirugía estética. ¿Es posible hacer un contouring del rostro con fillers? “Sí, claro. El que prefiero para este tipo de procedimientos es el ácido hialurónico. Te permite hacer una especie de rinoplastia no quirúrgica en donde se camuflan los defectos de la nariz haciéndola parecer más perfilada. También se logra acentuar los ángulos y la línea mandibular para marcar los límites de la cara y rejuvenecer el tercio inferior. Se puede poner en el mentón para aumentarlo y, de esta manera, disimular la papada y mejorar las proporciones de la cara. Se emplea en los pómulos para restaurar el volumen perdido y para mejorar los surcos que se forman a los lados de la boca. También va muy bien en el borde de la órbita del ojo con el fin de acentuar las cejas y, así, rejuvenecer el tercio superior y los ojos”, afirma la doctora Gaona.

Otros usos exitosos

El ácido hialurónico tiene un lugar privilegiado y es que es una solución compatible con el propio organismo, se reabsorbe con los meses y estimula el propio sustento de la piel. Su principal ventaja, a diferencia del bótox , por ejemplo, es que puede modelar el rostro.

“El ácido hialurónico es otro tipo de fármaco y genera su efecto mediante el volumen que crea en el tejido. En algunos surcos y arrugas pronunciadas es ideal, incluso se maneja de manera coordinada con la toxina botulínica para diferentes objetivos, según cada paciente. Se puede poner profundo para elevar ciertos tejidos o más superficial, con el fin de difuminar arrugas ya marcadas o dar una textura más joven a la piel. También se usa en labios para aportar volumen y corregir su contorno de modo sutil”, afirma Burgl. Sus presentaciones varían de acuerdo con la densidad de las moléculas y el nivel de profundidad en el que se aplique. Su efecto suele durar de nueve a 12 meses antes de que sea reabsorbido y los retoques son imprescindibles para continuar percibiendo sus efectos. El costo de administración del ácido hialurónico es variante, depende la zona a corregir o aumentar, los mililitros usados y el especialista que lo suministra. Un trabajo por consulta está en un promedio de 200 a 400 dólares.

¿Qué resultados se obtienen?

Gracias a estas sustancias de grado médico que se infiltran en el tejido y ofrecen volumen donde se ha perdido por acción de la gravedad y del paso del tiempo es posible recuperar juventud. Existen varios tipos y concentraciones moleculares, con diferentes características fisiológicas que hacen que su absorción sea más lenta con el tiempo, es decir, que aportan efectos de mayor duración. El más popular es el ácido hialurónico, que ha demostrado tener altos niveles de seguridad, compatibilidad con el organismo y excelentes resultados.

Lo que debes saber antes de aplicarlos

1. Sí duelen

Son inyecciones y la acción de la aguja en ciertas zonas del rostro, además de provocar dolor, puede producir un ligero sangrado. Para disminuir la molestia se aplican ciertas cremas o geles tópicos con lidocaína en el área para reducir la sensibilidad. Después de suministrarlos puede bajar el dolor o hinchazón al colocar un poco de hielo.

2. Las cicatrices son un efecto secundario

En especial si la piel es de tipo queloide. Para bajar el riesgo de dejar una mala cicatriz por un sangrado excesivo, los expertos aconsejan evitar el consumo de medicamentos, como la aspirina, el ibuprofeno o el naproxeno, los días posteriores a la aplicación.

3. La hinchazón y los moretones son un problema

Éstos tienen su mayor pico de molestia entre los dos y cuatro días posteriores a la aplicación, incluso persisten hasta las dos semanas. Pasado este tiempo se podrán evaluar los resultados y observar si se requiere de otra con el propósito de amplificar los efectos del relleno y mejorar la zona tratada.

En el catálogo de las nuevas sustancias de relleno está el ácido poliláctico, que estimula el propio colágeno de la piel ofreciendo resultados por más tiempo (hasta por dos años). Sirve para borrar arrugas, es biodegradable y compatible con el organismo a pesar de tratarse de un material sintético.

Por: Beatriz Portuguez / Foto: Archivo
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