Esta noticia surge a un año de la muerte del diseñador
Fue un día como hoy, pero de 2014, cuando el mundo de la moda perdió a uno de sus representantes más importantes: Oscar de la Renta, quien murió después de una lucha contra el cáncer que padeció desde 2006.
A 365 días de su fallecimiento, ha surgido el destino que tuvo su herencia.
De acuerdo con el diario New York Post, Oscar decidió dejarle todo a su esposa Anette y a los tres hijos que ella tuvo de un matrimonio anterior.
Además del dinero de su legado, Anette es la propietaria del departamento que tenía De la Renta en Park Avenue, valuado en 11 millones de dólares, así como una mansión situada en Connecticut.
Todo lo anterior suena muy lógico hasta que recordamos que el modisto dominicano tenía un hijo adoptado de nombre Moisés, quien resultó el menos beneficiado a la muerte de su padre.
Según informa dicho diario estadounidense, el gurú de la moda no quiso dejarle más que unos cuantos dólares a Moisés -niño que recogió de la basura cuando era un bebé- ya que nunca le perdonó que haya fundado una compañía de ropa llamada MDLR (Moisés de la Renta), la cual iba para un público más joven y que fue un fracaso rotundo.
De hecho, en su momento, Oscar dijo: “Desafortunadamente, hoy tenemos un montón de chicos jóvenes que adquieren un montón de publicidad en los medios sin haber vendido un solo vestido”.
A raíz de eso, su relación con su hijo no fue la mejor, aunque cabe destacar que Moisés siempre estuvo al pendiente de su tutor, de hecho, lo cuidó en su enfermedad.
Ahora que los bienes del nacido República Dominicana han sido repartidos, Moisés no ha querido imputar el testamento de su padre, pues sabe que perdería.
En cuanto a su empresa, Oscar le dejó a Eliza Bolen (hija de Anette) el cargo de vicepresidenta de la firma.
