Construyendo un proyecto de vida

Construyendo un proyecto de vida

Hablar desde pequeños con nuestros hijos sobre qué es lo que realmente quieren en la vida les ayudará a luchar por sus objetivos

Hay personas que creen firmemente en el azar. Consideran que lo que pasa en sus vidas no tiene que ver con sus decisiones, sino con lo fortuito. Otros creen en el destino. “Ya estaba escrito”. Ya estaba determinado.

El factor común entre el azar y el destino, que aparentemente son contrarios, es que en ambos casos no hay entra en juego tu voluntad; en el azar y el destino no eliges lo que te sucede.
Otras personas consideramos que la mayoría de nuestras circunstancias pueden generarse gracias a la existencia de un proyecto, el cual marca un sentido a la propia existencia, dotándola de un significado y un “para qué".

Creo que una de las tareas más importantes que puede tener una madre o un padre de familia es fomentar que sus hijos encuentren un sentido y significado en sus vidas y eso lo podrán propiciar si les transmiten un sentido de responsabilidad por sus respectivas vidas y sus circunstancias, es decir, que los hijos se den cuenta que lo que sucede en sus vidas es consecuencia directa de sus propias decisiones.

Los proyectos de vida pueden elaborarse por áreas de la existencia: mi proyecto en lo familiar, en lo profesional, en lo económico, en lo espiritual, etcétera. Si visualizas lo que deseas en cada área de tu vida y luego juntas estas imágenes para ver si coinciden o se contradicen, estarás dando un paso muy importante en la construcción de tu proyecto de vida, pues resaltarán las decisiones que tendrás que tomar para que las cosas sucedan en la dirección deseada.

Por ejemplo, si deseas profesionalmente viajar y desarrollarte en un campo que te lleve a conocer diversos lugares del mundo, tendrás que valorar si tu vida en pareja o familiar se alinea con esta visualización de tu futuro, y decidir si te involucras, te comprometes o no con una pareja o con un trabajo específico, de otra forma, correrás el riesgo de frustrarte y tendrás la tendencia a culpar a los demás de no haberte permitido hacer lo que querías, cuando en realidad la frustración proviene de no haber realizado un ejercicio de visualización de tu propio futuro.
Un proyecto bien planteado te permitirá experimentar cuatro vivencias indispensables para tener una vida plena:

Integridad. Tu proyecto debe enorgullecerte por vivir congruentemente con tus valores y prioridades.

Servicio. Tu proyecto debe permitirte servir, ser útil.

Goce. Tu proyecto debe proporcionarte alegría, diversión.

Calidad. Tu proyecto debe apasionarte tanto que te permita aprender continuamente y no conformarte con lo que haces sino siempre buscar hacerlo mejor.

Somos seres condenados a la libertad (Sartre) ya que tenemos la posibilidad de elegir entre varias alternativas. Las circunstancias de tu vida no son producto del azar o del destino sino de tus decisiones. Un proyecto te ayudará y ayudará a tus hijos a decidir su propia vida de acuerdo a sus intereses, talentos, gustos y pasiones.

Fuente:
Vidal Schmill Herrera, director de Escuela de padres y especialista en desarrollo humano.
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