Curiosidades del mundo gourmet

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Muchos platillos, costumbres y caprichos se han suscitado alrededor del mundo gourmet. Entérate de estos datos curiosos que han perdurado hasta nuestros días...

En París se respeta tanto el arte de hacer pan, que existe el premio Grand Prix de la Baguette, que elige el mejor pan del año.
El coctel Martini se llama así porque fue creado a principios del siglo XX por la compañía de bebidas Martini Rossi, fabricantes del famoso Vermut que lleva su nombre.
En la tienda Barneys, de New York, venden los chocolates más antiguos del mundo: Debauve Gallais. Durante siglos, la casa fue la chocolatería oficial de los reyes de Francia. Para María Antonieta crearon unas curiosas monedas de chocolate, pues ella detestaba tomar pastillas y con los dulces las ingería con facilidad. Hoy día se llaman Pistoles de Marie Antoinette. Esas delicias vienen en cajas azules, hechas a mano para los grandes aristócratas de Europa, y muchos de ellos mandan a grabar en ellas sus escudos nobiliarios.
Uno de los chocolates más caros del mundo es el Madeline, de Knipschildt Chocolatier: 42 gramos (casi 1½ onzas) cuestan 250 dólares. Confeccionado con un 70% del famoso chocolate Valrhona Grand Cru, crema fresca, la vainilla más cara del mundo, cocoa en polvo y aceite de trufas, cada capa se hace a mano y es una extravagancia de sabor. ¿Lo más curioso? Que Knipschildt es una compañía estadounidense fundada por un danés.
Muchos platillos, costumbres y caprichos se han suscitado alrededor del mundo gourmet. Entérate de estos datos curiosos que han perdurado hasta nuestros días... Siglos atrás, la sal era considerada sagrada, y el arte de adivinar por medio de ella se llama alomancia. Se creía que las mesas de comer estaban santificadas si colocábamos encima sal y estatuas de santos. De ahí viene la costumbre de poner un salero en ellas.
Napoleón también pidió a los franceses que descubriesen una nueva forma de endulzar las comidas, lo que los llevó a usar el azúcar de remolacha en 1812, pues sus enemigos, los ingleses, dominaban la ruta al Caribe, de donde venía el azúcar a Francia, y Napoleón no podía vivir sin sus dulces.
Fue Napoleón Bonaparte --con sus guerras y su ejército-- el responsable de impulsar curiosas cosas cotidianas, como la comida en conserva , ya que un pastelero francés a sus órdenes patentó en 1810 el primer método de conservar los alimentos, lo que se hacía en botellas de cristal y así podían dar de comer al ejército en sus viajes.
El croissant no es francés. Jim Chevalier, experto en la historia del pan, concluyó de que el croissant llegó a Francia con la austríaca reina María Antonieta, quien lo echaba de menos cuando se casó con el rey Luis XVI. El croissant se originó en Viena, donde se le llamaba kipferl. Lo más curioso es que éste era de origen turco, pues en una época, muchos otomanos vivieron en Austria, y a eso se debe su forma de media luna, al estilo de la cultura otomana.
Las mujeres comemos más dulces y bocadillos entre comidas que los hombres. Según un sondeo entre mil personas hecho por de la Universidad de Parma, en Italia, cuatro de seis mujeres comen caramelos o galletitas como merienda, y solo dos de cada seis hombres hacen lo mismo.
¿Platos africanos? Aunque muchos de los platos de la cocina cubana se originaron en España, algunos de los más conocidos vienen de Nigeria y del Congo, en África, de donde fueron traídos a América muchos esclavos. Los famosos plátanos maduros fritos son de Nigeria, igual que el guiso de quimbombó, y del Congo viene el consumo de raíces como el ñame y la malanga o yautía.
En Japón hay ultramodernas máquinas callejeras que venden comida preparada y dispensan ¡sushi! En China venden cangrejos asados y en Beverly Hills, Estados Unidos, cupcakes.
Un estudio demostró que el club sandwich más caro del mundo cuesta 48 dólares y lo preparan en un hotel de lujo de Ginebra, Suiza. Según el sitio hotels.com, el costo de este elegante bocadillo es el barómetro perfecto para saber qué ciudades tienen los hoteles con el room service más caro del planeta. En segundo lugar quedó París y después Oslo y Estocolmo.

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