Princesas y plebeyos

Princesas y plebeyos

Se enamoraron de hombres sin sangre azul... Para que los aceptaran, unas lucharon mucho y otras tuvieron que renunciar a ciertos privilegios

Los emperadores de Japón Akihito y Michiko no rompieron los lazos familiares con su hija Sayako cuando se casó con Yoshiki Kuroda, un funcionario municipal.
Se enamoraron de hombres sin sangre azul ... Para que los aceptaran, unas lucharon mucho y otras tuvieron que renunciar a ciertos privilegios. Pero lo más importante: ¿han logrado la felicidad en sus motrimonios? Así es el amor en algunas de las familias reales... En la casa real de Noruega los reyes de Noruega Harald V y Sonia enfrentaron muchos problemas cuando su hija Marta Luisa se casó con el polémico escritor Ari Behn.
Sayako, la hija menor de los emperadores Akihito y Michiko, renunció a su condición de princesa para poder casarse en el 2005 con el hombre de sus sueños: Yoshiki Kuroda.
La princesa Magdalena, la segunda hija del rey Carlos Gustavo, terminó casándose con un plebeyo, solo que en este caso se trata de Christopher O Neill, un banquero estadounidense, que compensa su ausencia de sangre azul con una fortuna personal de muchos millones de dólares.
Descendientes de los reyes Jorge VI y Elizabeth se casaron con gente que no era de la realeza: su hija, la princesa Margarita, con el fotógrafo Antony Armstrong- Jones y su nieta, la princesa Ana, con el capitán Mark Phillips.
La otra cara de la moneda es el caso de las dos hijas de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, Victoria y Magdalena, que se han casado muy enamoradas.
Una pionera de esta moda fue la princesa Margarita de Inglaterra, hermana menor de la reina Isabel II. Después de su romance con el capitán divorciado Peter Townsend, a cuyo amor tuvo que renunciar debido a presiones de diversos tipos, Margarita se casó en 1960 con un fotógrafo: Antony Armstrong-Jones. La pareja, que recibió el título de condes de Snowdon, duró 18 años, pero en la vida real el matrimonio dejó de funcionar mucho antes y circularon muchos rumores de infidelidades de ambas partes.
Otra princesa de la casa real británica que escogió como esposo a un plebeyo fue Ana, la hija mayor --y única mujer-- de la reina Isabel II y Felipe de Edimburgo, quien en 1973 se casó con el capitán Mark Phillips. Pero el cuento de hadas no duró para siempre. Es más, el anuncio de su divorcio, tras 16 años de matrimonio, no sorprendió a nadie cuando el palacio de Buckingham hizo pública la noticia, pues desde muchos años antes se especulaba que Ana y Mark vivían de forma muy independiente y que mantenían affairs con otras personas.
La princesa Marta Luisa, hija de los reyes de Noruega, y su esposo, el polémico escritor y pintor Ari Behn.
La princesa Victoria, la heredera del trono de Suecia, se enamoró locamente de Daniel Westling, un entrenador y dueños de gimnasios, y desafió a todos, incluso a su padre, el rey Carlos Gustavo, hasta que logró su objetivo: convertirse en su esposa.

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