El ramo de flores, ese complemento casi inseparable de la novia en el día de su boda, es mucho más que un simple adorno floral. A lo largo de la historia, diversas culturas le han otorgado significados que van desde la protección hasta la prosperidad. ¿Pero cuál es el verdadero origen de esta arraigada tradición?
Historia y origen del ramo de flores
Aunque hoy en día elegimos el ramo por su color, aroma o estética, su origen se remonta a miles de años atrás. En el antiguo Egipto, Grecia y Roma, las novias llevaban hierbas aromáticas como eneldo, ajo o romero, no por su belleza, sino para alejar a los malos espíritus y atraer la buena suerte. Con el paso del tiempo, estas hierbas fueron sustituidas por flores, símbolos de fertilidad, amor y esperanza.
Durante la Edad Media, las flores también cumplían otra función: disimular el olor corporal, ya que los baños no eran frecuentes. El ramo se convertía en una especie de “perfume natural” para el gran día.
¿Cuál es el significado del ramo de flores?
En la actualidad, muchas novias eligen flores que reflejan su estilo, emociones o historia de amor. El ramo se convierte en un accesorio muy personal y cargado de intención, que también simboliza la pureza de la novia y su belleza natural. Cada flor tiene un significado:
- Rosa blanca: inocencia
- Lirio: pureza
- Peonía: felicidad conyugal
- Tulipán: amor sincero
¿Por qué se lanza el ramo de flores?
En la Edad Media, se creía que tocar a la novia traía buena suerte. Las invitadas solían intentar arrancar un trozo de su vestido o velo como amuleto de fortuna.
Con el tiempo, lanzar el ramo se convirtió en un gesto cargado de significado. La novia transfiere su suerte en el amor a quien lo atrape, marcándola como la “próxima en casarse”. Este acto también representa el deseo de compartir la felicidad con las demás.
