Margarita de Dinamarca expresa sus inquietudes de diferentes formas, desde pintar e ilustrar libros, hasta diseñar escenografías y vestuarios
Multilingüe y multifacética, desde 1972, cuando ascendió al trono de la monarquía más antigua de Europa, Margarita de Dinamarca es el rostro oficial del país tanto dentro como fuera del mismo. Sus súbditos la aprecian enormemente y ella se ha acercado más al pueblo que otros soberanos anteriores. En una entrevista reciente, dejó claro que no tiene proyectado retirarse de sus responsabilidades como reina. ¿Por qué lo iba a hacer?
Margarita estudió ciencias políticas y arqueología en las universidades de Copenhague, Cambridge, Aarhus, La Sorbona y Londres, y actualmente sus talentos artísticos y literarios expanden aquellos dictados por los deberes oficiales y familiares.
La soberana ha traducido diversos textos, entre ellos Todos los hombres son mortales, de Simone de Beauvoir. En cuanto a la pintura, ha expuesto en museos alrededor del mundo, desde Ciudad de México hasta Tokio, y una obra suya cuelga sobre el altar de la capilla noruega Skei Fjellkirke y Østre Gausdal. En cuanto a textiles, ha diseñado y bordado diferentes objetos eclesiásticos, como capas de obispos y casullas que se han usado en diferentes ocasiones.
Con motivo de su trabajo para el teatro y el cine, la reina recientemente viajó a Italia, donde el presidente Giorgio Napolitano la acompañó en la ceremonia de inauguración de Los reinos imaginarios. La exposición presenta 43 découpages y 12 atuendos concebidos para Los cisnes salvajes, película -dirigida por Jacob Jørgensen- basada en un relato del mismo título de Hans Christian Andersen. Instalada en el Palacio Massimo, del Museo Nacional de Roma, parte de la misma es una serie de dibujos que Andersen hizo durante su estancia en Italia entre 1833-1834. Pero el eje es Margarita de Dinamarca y la rica actividad que la caracteriza.
