Secretos de familia

Muere Margaret Rhodes

La prima de Isabel II muestra la cara íntima de la realeza británica

Margaret Rhodes, prima hermana de la reina Isabel II por parte de la familia de su madre, los Bowes-Lyon (sus madres eran hermanas), ha escrito un libro de memorias con fotos nunca vistas, de su colección personal, llamado The Final Curtsey (La reverencia final). Margaret, quien siempre ha estado muy unida a la reina, cuenta una vida llena de anécdotas desde su niñez hasta el día de hoy.

Como dama de honor de su tía, la reina madre, hasta su muerte en el 2002, Margaret conoce muchos secretos, aunque los que revela son los más tiernos y graciosos. Según ella, Isabel II sabe divertirse, adora las bromas, y en fiestas familiares ha cantado y bailado en una línea de conga hasta las 2 a.m. Leer el libro ?publicado por Calder Walker Associates y cuya venta se agotó la primera semana? es como acompañar a las princesas Isabel y Margarita y a lady Margaret Rhodes en un día-a-día de chicas privilegiadas, pero nunca consentidas.

Ella relata cómo la Segunda Guerra Mundial les cambió la vida y recuerda que cuando tenían que esconderse de los bombardeos, su tía, la entonces reina Elizabeth, “caminaba muy despacio para no demostrar miedo ni asustarnos”.

La Rhodes tenía habitaciones privadas en el palacio de Buckingham y en el castillo de Windsor. Tuvo un matrimonio largo y muy especial con Denys Gravenor Rhodes, nieto de lord Plunket, hasta que él murió en 1981. Ahora, que tiene 86 años, vive en una casita que la reina Isabel le ha dado en los jardines de Windsor y se mantiene rodeada de hijos y nietos. Ella piensa que “ha sido una buena idea” mostrar a una reina Isabel II mucho más humana, y a una familia que se parece a cualquier otra. Eso sí, dice que su prima “jamás abdicará y seguirá en el trono hasta su muerte”, pues tiene un profundo sentido del deber.

En el libro niega los comentarios de que la reina madre bebía demasiado, sobre todo ginebra. "¡Totalmente incierto! Le gustaba tomar como a todos, pero jamás en exceso”.

También explica que la animosidad de la reina madre hacia Wallis Simpson, duquesa de Windsor, no era por venganza, y que ella nunca le oyó decir “nada desagradable” sobre la Simpson.

De la tartamudez del rey Jorge VI (de la que trató la película El discurso del rey), dice que “tío Bertie era un hombre muy atractivo y encantador, y en el seno de la familia apenas se le notaba su tartamudez, aunque de vez en cuando ‘se trababa’ y se le tensaban los músculos del cuello... Lloré mucho cuando vi la película; está muy bien hecha... La gente cree que la que mandaba era mi tía, pero ella me decía que siempre lo consultaba todo con su marido el rey, a quien admiraba y quería mucho”.

Margaret también niega el rumor de que la reina madre se paraba junto a las paredes para oír lo que se comentaba en la habitación contigua. Aunque sí acepta que le encantaban las reverencias y que aunque ella era su sobrina, tenía que hacerle una por la mañana y otra por la noche.

Margaret recuerda que cuando era niña se confundía con el protocolo, y en una visita a Inglaterra del rey Jorge II de Grecia “le hice una enorme reverencia a su asistente... Nunca había visto fotos del rey... ¿cómo iba a saber quién era quién? Siempre me equivocaba... Recuerdo que mi tía se divertía con esto y una vez me dio un suave golpecito con su abanico en la cabeza cuando lo hice todo mal y vi que sus ojos sonreían con complicidad”. Margaret recuerda la tristeza de la reina madre cuando en el 2002 murió su hija, la princesa Margarita.

“Insistió en regresar de Sandringham, donde estábamos, para ir al servicio en la iglesia en San Jorge... Margarita era tan bella y tan inteligente... pero tuvo mala suerte con los hombres. Su muerte fue un gran golpe para mi tía y también para la reina Isabel, pues eran hermanas que se querían mucho”.

Sobre su prima y el príncipe Felipe de Grecia cuenta que él era “como un dios vikingo, rubio, de ojos penetrantes y guapísimo. Cuando mi prima lo conoció a los 13 años en la Academia Naval de Dartmouth, nunca más miró ni pensó en otro hombre. Felipe la enamoró ¡hasta el día de hoy!... aunque ella todavía no sabía que llegaría a casarse con él. Felipe era un joven muy rebelde, pero con la edad se ha vuelto más tradicional, y da gusto ver lo bien que se conserva a sus 90 años, trabajando en su despacho todos los días”.

Margaret dice que la reina Isabel II es alegre, de buen carácter y tiene gustos simples, pues lo que más disfruta es “un picnic en el campo, con sus perros y su familia, con el plato en sus piernas, una copa de Dubonnet, sin etiqueta y muy relax” Sin embargo, para todos en palacio el desayuno en la cama es un ritual que adoran. “Un paje sube la bandeja de la cocina y la coloca en el piso junto a la puerta cerrada, donde la recoge la doncella de turno y llama a la puerta para que le permitan entrar a servirla al royal que sea”. Hay protocolos que son inalterables.

A Margaret le encanta la pareja que forman William y Kate. Dice: “Ellos se conocen muy bien y no tienen en el futuro la excusa de que se casaron demasiado jóvenes y sin saber lo que hacían... Creo que la gente hoy día abandona el matrimonio sin luchar, y es una pena. Todos tienen sus altas y sus bajas. Es cuestión de amar a una persona y querer seguir junto a ella”.

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