Tiempo de escándalos

Tiempo de escándalos

En medio de las dificultades que está atravesando la familia real española, ahora aparecen Ingrid Sartiau y Albert Solà reclamando ser reconocidos por el rey Juan Carlos

Desde Felipe V hasta Alfonso XIII, el apetito sexual de la familia Borbón es parte de la historia. Las amantes, varios matrimonios e hijos ilegítimos no son otra cosa que el resultado de una vida amorosa intensa. De ahí que muchos no se extrañen de los rumores acerca de las “inquietudes” de Don Juan Carlos de Borbón, quien el 14 de mayo de 1962 se casó con la princesa Sofía de Grecia, con quien tuvo tres hijos: la infanta Elena, nacida en 1963; la infanta Cristina, en 1965, y el príncipe heredero Felipe de Borbón, en 1968.

Escándalos y aficiones

A consecuencia del accidente que tuvo en Botswana, cuando se fracturó la cadera derecha, se descubrió que el rey Juan Carlos estaba en una cacería de elefantes -otra afición del soberano español- en compañía de la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, su amiga íntima y compañera frecuente desde hace varios años. Corinna, además, coordina cacerías para la empresa Boss&Company Sport Agency. Esa situación provocó un gran escándalo a nivel mundial.

Tras recibir una cadera artificial, a la salida del hospital en Madrid, el rey Juan Carlos dijo: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”. No sabemos qué habrá ocurrido ni lo que habrá prometido en privado a la reina Sofía y a sus hijos.

1956: un año activo

En el mismo año en que accidentalmente disparó el tiro que le costó la vida a su hermano Alfonso de Borbón, el príncipe Juan Carlos conoció a dos mujeres, una en Barcelona: María Bach Ramón, la madre de Albert Solà Jiménez, y otra en Francia: Lilianne Sartiau, quien tuvo a su hija Ingrid Sartiau.

La belga Ingrid Sartiau y el catalán Albert Solà comparten el 91% en las pruebas de ADN, lo que indica que la probabilidad de tener un progenitor común es muy elevada. Después de comunicarse por Internet, se conocieron en Monells, un pueblo en Cataluña

Desde la década de 1990, Solà -de 55 años, padre de dos hijos y residente de un pequeño poblado en las afueras de la ciudad de Girona, en Cataluña- intenta establecer contacto con su presunto padre. Dice Solà que el entonces príncipe conoció y mantuvo relaciones sexuales con María Bach, su madre biológica. Solà nació en 1956 en el hospital de maternidad de Barcelona. Tras el parto, unas enfermeras le quitaron el niño a María y lo llevaron a Ibiza; regresó a Cataluña en 1961 y fue adoptado en 1964. Años más tarde se dio a la tarea de investigar sobre sus padres biológicos y descubrió la anotación ?chupete verde? -término usado para los bebés de sangre azul- en contexto de su historial.

Por su parte, Ingrid -de 46 años, casada y residente de la ciudad belga de Gante-, cuenta que su madre también conoció al futuro monarca en 1956. Una década más tarde se reencontraron en Luxemburgo y nueve meses después nació ella. Se enteró de quién era su progenitor cuando el rey apareció en la televisión y su madre le dijo: "¡Ese es tu padre!”.

Ingrid descubrió a su “medio hermano” cuando buscaba en Internet información sobre los Borbón y vio una entrevista que Solà le concedió a la televisión holandesa. De inmediato lo contactó. Meses después se sometieron a pruebas de ADN y se las enviaron al genetista Jean-Jacques Cassiman, en la Universidad de Lovaina, en Bélgica. Los resultados: son hermanos en un 91 por ciento. ¿Serán en realidad hijos del rey? Unos piensan que la historia de Albert e Ingrid es creíble, otros, que pueden ser unos oportunistas; mientras tanto, la casa real guarda silencio...

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