Escápate en el 2015: ¡A Marrakech!

Escápate en el 2015: ¡A Marrakech!

Disfruta de los jardines, hoteles y palacios en una de las ciudades más importantes de Marruecos

El día después de la Navidad, mientras comienzo a ordenar mi casa del divino caos de las fiestas, siento la necesidad de irme de vacaciones. El cuerpo y el espíritu me “piden” una escapada, y mientras más exótico sea el destino, mucho mejor. Si tú también tienes ese deseo, para satisfacerlo se han creado miniparaísos lujosos y uno de ellos es el hotel La Mamounia en Marrakech, Marruecos.

Ese es un lugar único donde puedes comenzar el año con una experiencia que siempre recordarás, exquisita como pocas. El palacio está rodeado de jardines al estilo de “Las mil y una noches”, donde diariamente 40 jardineros cuidan las flores. Tiene habitaciones de gran lujo, duplex y enormes suites decoradas con distintos temas, además de cinco bares, cuatro restaurantes y un brunch extraordinario los domingos. También tiene una piscina maravillosa rodeada de más jardines y un spa con tratamientos únicos: masajes y faciales rejuvenecedores con productos naturales marroquíes.

Si eliges ese destino turístico para ir de vacaciones, de parte del hotel te recogerán en el aeropuerto, en un Jaguar Daimler, y verás que en invierno está lleno de famosos. En el pasado, sir Winston Churchill era uno de sus célebres huéspedes, además del músico Maurice Ravel, quien amaba tocar el piano bajo los árboles; el general DeGaulle; los Rothschild; Rita Hayworth y Elizabeth Taylor. Ahora es el favorito de Nicole Kidman, Charles Aznavour, Mick Jagger, Naomi Campbell, Nicolás y Carla Sarkozy, y de mucha gente de todas partes del mundo.

Situado junto a las murallas de la ciudad, su atmósfera paradisíaca existe desde 1923, cuando abrió en los jardines que el sultán Sidi Mohamed Ben Abdellah creó en siglo XVIII, en honor de su hijo, y donde puedes admirarlas palmeras y las montañas nevadas del Atlas. Y aunque Marrakech tiene varios hoteles de lujo (el Kasbah Tamadot, de sir Richard Branson; el Four Seasons; el Meridien N’fis; el Hôtel & Ryads Naoura Barrière; Les Jardins de La Koutoubia y más), este es el lugar donde todos quieren disfrutar, especialmente después de su redecoración millonaria hecha por Jacques García. ¡Y nada más delicioso que almorzar junto a la piscina rodeados de sus jardines!

Marrakech es una ciudad poética, cuyos habitantes son grandes artesanos y artistas, y donde los coloresnos asombran. Rosas, azules, terracota, ocres, blanco, el verde de los jardines y las tonalidades cafés del desierto. Es un mundo que mezcla lo exótico con lo espiritual. En los “zocos” o mercados y en la enorme plaza central Djemaa-el-Fna, que significa plaza de las Maravillas, te enfrentarás a un ambiente distinto, donde encontrarás vendedores de sandalias, de alfombras o de especias; telas acabadas de teñir que se secan al viento, un escribano que nos remonta a siglos pasados o un dentista que saca muelas a la vista de todos.

Si te sientas en un café con vista de la plaza, un verdadero circo pasará frente a ti mientras tomas un té de menta. Verás a hombres con monos, serpientes, músicos y bailarines.

En Marrakech, los ricos y famosos como Alain Delon, Paloma Picasso o los Rothschild viven puerta con puerta con los más sencillos habitantes de la ciudad,y en la callecita más anónima verás que cuando se abre una verja aparece un lujoso palacio privado.

En la ciudad tienes mucho que ver: museos (el del siglo XVI Medersa Ben-Youssef, museo de cultura musulmana)y palacios, como El Badi, de 1578. También puedes tomar un coche de caballos y recorrer sus jardines, como los Menaray los Majorelle, donados por Yves Saint Laurent, quien amaba Marrakech,y el Cementerio Real, del siglo XVI, con cipreses y palmeras perfumados con la esencia del romero. Un imán son los “zocos”, donde venden desde artesanía, alfombras y telas baratas hasta objetos de cuero, cerámica y latón.

Este viaje es para el turista que ama las artes y la historia; para el que no teme conocer nuevas culturas. ¿Extraordinario? Los hombres que vienen en camellos del Sahara a vender alfombras y son una visión surrealista con sus cabezas cubiertas de telas de color azul índigo.

¿Y qué hacer en las noches? Pasea en coche de caballos después de saborear la cocina marroquí y asistea shows de belly dancers. Si tu viaje es más extenso, visita las ciudades de Fez y Meknés antes de llegar a Marrakesh y disfruta unos días en la playa de Agadir.

Relacionado