Un tour a Gales

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Descubre este maravilloso país del Reino Unido, sitio de fabulosas leyendas y castillos antiguos

Nunca pensé ir a Gales. Y no lo había visitado porque realmente no sabía mucho de ese lugar del mundo, ni lo bello que es, ni que es un país aparte, con su idioma, el galés, su propio gobierno y el dragón como símbolo nacional. Es un territorio que no es parte de Inglaterra -lo que cualquier galés enseguida rectifica-, sino del Reino Unido. Este consta de cuatro países: Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.

Mi reciente visita de cinco días fue fabulosa y una maravillosa sorpresa, porque me encontré un lugar todavía algo wild, salvajemente campestre, con praderas muy verdes, bucólicas fincas e inclinados prados habitados por infinidad de ovejas, caballos y vacas. A cada paso encontrábamos ruinas de antiguos castillos que datan de los 1200, como el White Castle; abadías rodeadas de las leyendas del rey Arturo y Camelot, como la de Tintern; increíbles ruinas romanas en Caerleon y pueblitos como Usk y Monmouth, llenos de viejas tabernas y cestas de flores colgando de sus fachadas.

El viaje a Gales del Sur -una invitación exclusiva a Vanidades de British Airways y la organización Visit Wales al Ryder Cup- está lleno de imágenes que parecen salidas de afiches de turismo, con un ambiente tradicional y pintoresco que “no es para consumo de los turistas”, porque así viven sus habitantes día a día. Fue un viaje inesperado que les recomiendo porque me encantó, y que terminé con tres días divinos en Londres.

Al comienzo del viaje -2 horas y 30 minutos en auto desde el aeropuerto de Heathrow en Londres- tenía lugar el famoso campeonato de golf The Ryder Cup (considerados los Juegos Olímpicos del golf) y nos hospedamos tres noches en el hotel Celtic Manor Resort, donde se realizó el campeonato, que es un excelente resort de golf con cuatro campos y dos restaurantes magníficos: Rafters, con vista al último hoyo del campo donde observar el ir y venir de los jugadores era muy divertido, y The Crown at Celtic Manor, muy gourmet y hermano del restaurante The Crown at Whitebrook, que fue premiado con una estrella Michelin, que obtuvo el chef James Sommerin.

Las últimas tres noches las pasé en Llansantffraed Court, una antigua casa de campo con 21 habitaciones, rodeada de un lago, de una capillita y de un cementerio de siglos atrás. En todo se notaba la armonía, la belleza natural y la serenidad, y tenían la costumbre del afternoon tea. Ahí conocí al fabuloso chef Steve Bennett, quien me reconcilió con el sabor del cordero, que nunca me había gustado, pero su cordero de Gales cocinado al horno después de un proceso sous vide con extracto de regaliz, me hizo cambiar de opinión.

Estando en el Celtic Manor tuve la suerte de que John Wake, un ex detective galés y famoso personaje televisivo experto en la leyenda del rey Arturo fuera nuestro guía privado (lo ha sido de Bill Clinton, los Kissinger y de muchas celebridades). Wake nos llevó a conocer las increíbles ruinas romanas de Caerleon, a pocos minutos del hotel, y a descubrir este precioso pueblito, que en el año 830 ya el monje Nennius narraba en su Historia Brittonum que “Cair Lion había sido una de las 33 ciudades romanas de la zona”. De acuerdo con Wake, también era “el lugar mítico donde se supone debía haber estado localizado el pueblo de Camelot en el reinado legendario del rey Arturo”. Después almorzamos en Nags Head, un gastropub encantador en Usk (otro pueblo donde parece que el tiempo se ha detenido) y en la tarde conocimos Abergavenny, donde tiene lugar todos los años un festival de comidas famoso en el Reino Unido. Ahí tomamos el té en el patio del pequeño hotel The Angel, uno de los nueve que obtuvieron el premio de Excelencia por el UK Tea Guild.

Hospedados en Llansantffraed Court (donde al caminar por sus jardines uno puede imaginar ser una Lady of the Manor o dama de la época medieval), que está situado a 40 minutos del Celtic Manor, fuimos de excursión al pueblo de Monmouth. Ahí escalamos colinas y praderas llenas de ovejitas y caballos, y llegamos a las impresionantes ruinas del White Castle, que en el siglo XII era una gran fortaleza. Otro día fuimos a la ciudad de Cardiff (la más grande e importante de Gales), donde visitamos su castillo y almorzamos en Woods Brasserie, en un puerto lleno de barcos y restaurantes, e históricos edificios junto el modernísimo Millennium Centre, hogar de la Opera Nacional de Gales.

La visita a Tintern Abbey en Monmouthshire, un monasterio del año 1131, fue impresionante. Almorzamos quesos galeses y jamón en The Punch House. ¡Y llegamos al final de un viaje ideal para los que disfrutan las sutilezas de la vida y adoran la historia!

EL PRÍNCIPE DE GALES

¿Por qué Carlos de Inglaterra es príncipe de Gales, como lo fue la princesa Diana? En el período postromano, Gales fue dividido en varios estados y antes de la conquista normanda de Inglaterra, el rey de los británicos era un galés. Ese título se convirtió en el siglo XII en príncipe de Gales. Cuando en el siglo XIII el rey Eduardo I de Inglaterra conquistó la nación, Llywelyn ap Gruffydd -el príncipe de Gales en aquellos momentos- murió en una batalla. El rey Eduardo I nombró a su pequeño hijo heredero como el nuevo príncipe de Gales. Y así ha continuado la sucesión.

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