Alfonso Cuarón conquista al público

Su última película, Gravity, con Sandra Bullock y George Clooney, lo ha consagrado como una súper estrella en la dirección de cine

En poco más de dos décadas de hacer cine, Alfonso Cuarón ha filmado apenas siete largometrajes, pero han sido suficientes para ganarse un lugar privilegiado dentro del séptimo arte mundial. De sus inicios en México, haciendo la comedia Solo con tu pareja, saltó a Hollywood, donde logró tanto prestigio como para dirigir uno de los episodios de la saga de Harry Potter: Harry Potter and the Prisoner of Azkaban.

Aunque fue un éxito en todo el mundo, Cuarón decidió descansar de las exigencias de una superproducción de esta talla y preparar con calma su siguiente proyecto. Su regreso fue Children of Men, una cinta por la que, según muchos expertos, la Academia le quedó debiendo, por lo menos, una nominación al Oscar como Mejor Director; pero siete años después, con Gravity, su espectacular regreso que le ha valido comparaciones con grandes directores, como Stanley Kubrik, y el reconocimiento de los Golden Globes.

Pero Alfonso Cuarón no se toma tan en serio el tema de los premios. Si de por sí, cuando empieza a hablar es casi inevitable que haga gala de su agudo sentido del humor a la más mínima provocación, al tocar el tema del Oscar saca sus mejores chistes; pero es comprensible: ¿para qué necesita ganar un premio, por más importante que sea, si tiene el mundo del cine comiendo de su mano gracias a Gravity? La película narra la angustiosa historia de un par de astronautas que se quedan varados en el espacio después de un accidente y tienen que encontrar la manera de regresar a la Tierra. “No hicimos esta película pensando en ganar el Oscar; más bien, tomamos el discurso que Jonás (su hijo y coguionista de Gravity) dio cuando estaba en el baño hace cuatro años, mientras se imaginaba ganándose el Oscar y nos preguntamos: '¿Ahora qué película hacemos alrededor de este discurso?’ ”, dice el director de 52 años de edad. Pero a los pocos minutos contesta con seriedad, y es entonces cuando se deja ver el genio detrás de la cámara, que es capaz de hacer la obra maestra que ha unificado criterios.

“La verdad, no he pensado en el Oscar ni soñado con él; me preocupaban más los números, la gente que iba a ir a las salas, y me dio mucho gusto ver que han respondido bien”, dice Alfonso.

Alfonso Cuarón posa con su hijo Jonás durante una conferencia de prensa por su filme Gravity. Foto: Getty Images

Aunque los directores mexicanos y sus películas han ganado importantes reconocimientos internacionales, como en el Festival de Cannes (Amat Escalante se llevó el premio como Mejor Director por Heli en el 2013; en el 2012, Carlos Reygadas lo obtuvo por Post Tenebras Lux, y en el 2006, Alejandro González Iñárritu lo ganó por Babel), el Oscar se les ha negado en las categorías más importantes, como Mejor Película, Mejor Director y Mejor Película Extranjera. Nombres como los de Guillermo del Toro, el mismo González Iñárritu e, incluso, el de Cuarón, se han escuchado entre los nominados al premio de la academia, sin que ninguno de ellos se haya llevado el máximo reconocimiento hollywoodense a casa.

El público más difícil
“La película no es de ciencia ficción de naves espaciales, es algo que sucede en este momento con la tecnología que hay ahora. No hay nada inventado, todo existe, y uno de los puntos era honrar esa tecnología. Siempre he sido fan de la tecnología espacial, por eso en el camino se subieron muchos asesores y astronautas; de hecho, Sandra Bullock (protagonista de la cinta) estaba en comunicación con la Estación Internacional Espacial por teléfono. Teníamos claro que debíamos hacer todo lo más verosímil en el marco de nuestra ficción, porque esto no es un documental”, explica Cuarón.

Gravity impactó a los millones de personas que fueron a las salas de cine en el mundo, pero uno de los mayores orgullos de Cuarón fue conquistar al que él consideraba el público más difícil de todos.

“Varios astronautas que han visto Gravity se meten al viaje emocional de la película, pero hubo uno, Mike Massimino, quien estaba muy impactado cuando la vio y dijo que así era estar en el espacio”, recuerda Cuarón con una sonrisa que parece que nunca se le quitará del rostro.

“El primero fue durante una función especial para astronautas, porque ellos saben lo que es estar allá arriba, y fue una gran sorpresa: pensé que saldría con mil críticas, pero fue algo muy bonito, muy emocionante para ellos”, recuerda el director mexicano. “Y luego, recibir opiniones de varios cineastas, sobre todo de los que he admirado toda la vida. No sería justo mencionar quiénes son, pero algunos me han escrito o me han hablado para decirme sus rollos personales con respecto a película. Lo que puedo decir es que han sido cineastas que han respecto la película. Lo que puedo decir es que han sido cineastas que han marcado mi vida y mi carrera. Puedo entender eso de los que conozco, pero es una cosa muy diferente que lo hagan los maestros que he admirado y con los que no tengo relación alguna”.

Talento familiar
En su filmografía, Alfonso Cuarón tiene una nominación al Oscar como Mejor Guion Original. La obtuvo en el 2001 gracias a Y tu mamá también, y la consiguió en conjunto con su hermano, el también director y guionista Carlos Cuarón. También tuvo una nominación por Mejor Guion Adaptado por Children of Men. Para Gravity, Alfonso volvió a escribir el guion con un familiar, pero ahora lo hizo con su hijo Jonás, quien se consolidó como una de las promesas más fuertes en el mundo del guion gracias a esta cinta. Pero ¿cómo fue trabajar con su hijo?

“Para mí fue bien difícil, aunque para Jonás fue bien fácil”, bromea Alfonso. “Cuando estamos trabajando es una relación de dos escritores. No hay jerarquía de padre e hijo. También disfruté cuando lo hice con mi hermano Carlos, lo único que hubo son atajos, porque tenemos experiencias similares que hemos compartido. Con Jonás, en el trabajo no había relación padre e hijo”.

Pero los aportes de Jonás no se quedaron en el plano creativo únicamente. El fue el responsable, en buena parte, de la magia que hay alrededor de Gravity hasta en áreas que no abarcaban lo escrito en el guion.

“De hecho, Jonás trajo esta nueva energía y para mí eso fue aún más importante, que me inyectara una nueva pasión por el cine, desempolvándome de complejos y prejuicios”, dice Alfonso. “Llega un momento en que tus películas tienen cierta aceptación y crees que ya no tienes nada que decir, y que el entretenimiento está peleado con eso, pero Jonás me trajo de regreso a esa razón por la que, cuando era niño, quise hacer películas, por la experiencia fílmica, por ir a una sala de cine y dejarme llevar por la magia”.

Ese reencuentro con la magia de hacer cine ha hecho que se considere a Alfonso Cuarón como uno de los cineastas más talentosos del mundo.

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