La actriz está enterrada en París
La tumba de Romy Schneider, localizada en la periferia sur de París, fue profanada durante el pasado fin de semana. El hecho fue descubierto luego de que dos paseantes se acercaron a visitar el sepulcro de la intérprete y notaron los graves deterioros de la fosa, narran medios locales.
La tumba, ubicada en el cementerio Boissy-sans-Avoir, fue abierta y su lápida fue desplazada.
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El misterio comenzó luego de que, según las mismas fuentes, la tumba no fuera saqueada ni se detectaron destrozos mayores en los restos de la actriz. Tampoco había grafittis ni señales de vandalismo.
De acuerdo a un testigo de la policía local, se concluyó que se había tratado de un intento de robo, esperando encontrar objetos de valor en el interior del sepulcro. ?Pero no pudieron abrir la tumba, porque una segunda placa que garantiza su estanqueidad no pudo ser retirada?, aseguró esta fuente anónima.
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Fue su hija, la actriz francesa Sarah Biasini, fruto de su relación con el periodista Daniel Biasini, quien acudió ayer a la tumba al ser avisada de la profanación.
Romy Schneider nació en Viena en 1938; saltó a la fama gracias a su papel en la trilogía Sissi, donde le dio vida a la emperatriz Isabel de Baviera.
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La actriz fue encontrada muerta en su casa en París en mayo de 1982, cuando tenía tan solo 43 años de edad. Se dice que Romy se suicidó mezclando alcohol y barbitúricos, aunque esa tesis nunca ha sido confirmada. Un año antes de su muerte, su hijo David, de 14 años, murió en un trágico accidente; intentaba trepar las rejas de su casa cuando resbaló y se atravesó una en los intestinos.
Desde esa ocasión, Schneider presentó tendencias depresivas, nunca se recuperó de esa pérdida. David está enterrado junto a su madre en el cementerio profanado el pasado domingo.
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