Vera Farmiga, más allá de la actriz

Vera Farmiga

Una mujer atractiva, con unos ojos azules que llaman la atención, ahora debuta como directora en Higher Ground

Es difícil encontrar a directoras de cine en Hollywood, más allá de Sofía Coppola, Jane Campion, Kathryn Bigelow, la exesposa de James Cameron, y Angelina Jolie... Por eso da gusto saber que una actriz como Vera Farmiga se atrevió a cruzar la frontera de las cámaras para dirigir la película Higher Ground, en la que también actúa. Y para entrevistarla nos dirigimos a la suite Burton del hotel Four Seasons, en Beverly Hills.

¿Cree que el Oscar que ganó Kathryn Bigelow como directora cambió en algo el panorama de las mujeres que quieren dirigir películas en Hollywood?
Nada. También hay que esperar. Kathryn Bigelow ganó el Oscar el mismo año que yo estuve nominada por la película Up in the Air. No se puede tomar en cuenta el año siguiente, porque las películas ya habían sido programadas antes de aquel Oscar. Supongo que veremos los resultados la próxima temporada de premios. Sabremos si gana otra mujer como Mejor Directora.

A nivel personal, ¿cambió su vida la nominación al Oscar que usted recibió?
Por suerte, siempre he encontrado buenos desafíos profesionales. Pero a nivel personal lo mejor que me dio la nominación al Oscar fue mi embarazo, porque me enteré dos noches antes de la ceremonia, y por eso no pude aprovechar la entrega de premios al máximo. Pasé el tiempo haciendo cuentas de cuándo iba a nacer mi bebé.

¿Es verdad que en vez de ir a las audiciones, usted misma dirige cortometrajes de sus personajes para que la consideren en las películas que le interesan?
Eso es lo que dicen en la calle (ríe). Ahora, solo tengo reuniones con los directores por Internet. Ya no hago pruebas de audición. Pero cuando las hacía, 10 años atrás, yo vivía en las afueras de New York y los cortometrajes eran la mejor forma de mostrar mi trabajo, por no estar en Hollywood o en el centro de New York. En vez de ir hasta el lugar, podía mostrar mi filmación. Había cierto misterio al hacerlo así.

¿Todavía guarda alguna de esas audiciones grabadas?
No. Las mandaba por correo expreso y nunca me las devolvían.

¿Enviaba las originales? ¿No se quedaba con ninguna copia?
No. Tengo un par de ellas en algún lugar del disco duro de mi computadora, pero solo las que me gustaron. Así fue como mi hermana Taissa también consiguió protagonizar la nueva serie American Horror Story. La grabamos en un video y después que lo enviamos, la contrataron. Ese sistema funciona para la familia Farmiga

Sin seudónimos extraños, Vera Ann Farmiga es el verdadero nombre que figura en sus documentos, a la par de la fecha de su nacimiento, el 6 de agosto de 1973, en New Jersey. La segunda de siete hermanos, de una familia ucraniana católica, ni siquiera hablaba el inglés hasta que fue a la escuela, a los 6 años. El perfil artístico empezó con las clases de piano que después cambió por la danza (en la adolescencia, salió de gira con un grupo de baile tradicional ucraniano). Al principio, quería convertirse en oftalmóloga por sus propios problemas de vista, pero al salir de la escuela secundaria cambió de idea y se inscribió en la Escuela Artística de la Universidad de Siracusa, en 1992. Cuatro años más tarde, ya estaba trabajando como actriz profesional, en Broadway, mientras conseguía en TV el rol protagónico de la serie Roar, con un entonces desconocido Heath Ledger. Ahí fue donde Vera también conoció a su primer esposo, el actor francés Sebastian Roché (se divorciaron en el 2005). Con el personaje de una madre que escondía su adicción a las drogas, en la película Down to the Bone, Vera Farmiga ganó después el premio como Mejor Actriz del Festival de Cine Sundance.

Poco a poco, Vera fue trabajando en películas más importantes, como la hija de Jon Voight en The Manchurian Candidate y la doctora en The Departed, hasta que recibió la nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto, con el rol de la amante de George Clooney en Up in the Air.

Casada actualmente con el músico Renn Hawkey, Vera también tiene en casa otros dos premios: su hija Gytta, que cumple un año el 4 de noviembre, y su hijo Fynn, de apenas 2 años. Al quedar encinta se afectaron un poco las películas que hizo (como cuando dirigió Higher Ground, con cinco meses de embarazo).

¿La mayor sorpresa que se llevó como directora de cine?
Hubo muchas sorpresas por las que tuve que navegar. Pero me di cuenta de que cuando llegaban los desafíos, los podía afrontar. Al principio estaba muy insegura, porque no tenía la sabiduría técnica. En ese momento es cuando hay que contratar a la gente correcta. Me encantó tener opciones.

¿El embarazo fue una sorpresa?
Ya estaba embarazada antes de comenzar el rodaje de Higher Ground. Empecé con la producción previa en el tercer mes de mi embarazo, con todos los malestares. También estaba en medio del rodaje de la película Source Code, pero como filmaba escenas en primer plano, no tuve problemas. Me la pasaba con mi BlackBerry mandando mensajes a los actores de Higher Ground.

¿No estaba en el quinto mes de embarazo cuando empezó el rodaje de la película Higher Ground?
Sí, estaba en el quinto mes y mi vientre empezó a crecer mucho más que cuando estuve embarazada de mi primer hijo. Creció demasiado rápido. Pero a la vez estaba filmando una película sobre la maternidad, sobre una mujer con tres hijos. Por eso incorporé el embarazo a la historia. Y también aproveché el embarazo para mi trabajo como directora, porque si alguien llegaba a quejarse, sabían que yo estaba pasando por algo más fuerte (risas).

Para la película Up in the Air, ¿tuvieron que reemplazarla con un doble en algunas escenas debido a su primer embarazo o no lo hicieron?
No, ya había sido mamá para ese entonces. Cuando se abre la puerta al final de la película Up in the Air, yo había dado a luz mi hijo Fynn recientemente. Diez días después empezamos las pruebas de vestuario.

Teniendo un esposo musico, como Renn Hawkey, lo aprovecho para los temas de la pelicula Higher Ground?
Sí. Mi esposo fue el productor creativo y además se ocupó de la dirección musical. El es la joya de mi corona. Valoro su opinión y su perspectiva por encima de todo. Tiene una diplomacia extraordinaria, un charm especial que lo convierte en un excelente productor y comunicador con los actores. Si alguien tenía algún problema, los mandaba a Renn y él se lo solucionaba.

¿Qué nos puede decir del hecho de haberse elegido como la protagonista de la película siendo usted la directora? ¿Nunca pensó en la idea de dirigir a otra actriz que no fuera usted?

Como directora, sabía que iba a ser más fácil interpretar al personaje de Corinne, porque necesitaba mucha compasión. Cuando acepté dirigir la película y empezamos con las diferentes sesiones con el resto de los actores, vi que muchos acusaban a los personajes, como si los estuvieran condenando, solo por tratar el tema de la religión. La gente trae sus propias experiencias, recuerdos y problemas. Y en varias ocasiones los actores querían burlarse de los personajes que interpretaban, en vez de mostrarlos más reales. Con un estilo de cine intimista, que parecía haber desaparecido, en Higher Ground Vera Farmiga dirige la historia de una mujer que no logra identificarse con el mismo nivel religioso del ámbito que la rodea. Y para alguien que se crió en una familia de religiosos católicos es un tema que entiende muy bien.

Viniendo de una familia religiosa, ¿hay ciertos paralelos entre Higher Ground y su vida personal?
Mis padres pasaron por los dos ámbitos: uno cristiano radical y el otro muy ritual. El catolicismo ucraniano tiene que ver mucho con el mármol y el oro, y hermosas pinturas, además de los rituales. Fui a una escuela católica, donde pasábamos las fiestas besando el mármol. Era todo un ritual y, para mí, Dios era tan grande como la iglesia. No podía hablar con él, a menos que pasara por la confesión, después de conversar con el sacerdote. Era la fe con que mis padres también habían sido criados y es lo que nos transfirieron a nosotros. Hoy día me quedo con las partes maravillosas de mi religión: el espíritu de compasión y no juzgar a nadie.

Hablando de religión: ¿Qué opina de la gente que trata a las estrellas de Hollywood como dioses?
Me causa gracia, no sé. Hay cierta adoración, es cierto. Pero yo conozco personalmente a esa clase de dioses (ríe). Trabajo con ellos muy de cerca.

¿Quiere decir que George Clooney no es ningún dios?
(No puede parar de reír) Bueno, George es la excepción de la regla. Con él se rompió el molde. Tiene increíbles cualidades espirituales y está dotado de un gran sentido de inocencia y buen humor que son bastante sanadores. Su sentido del humor es lo más atractivo en él, no su físico. Tiene un aspecto infantil, como una clase de santo, así que... George Clooney cuenta como un dios (ríe). Pura idolatría.

¿Por qué la gente adora tanto a las estrellas de cine?
Suena gracioso, pero todos nacemos con ciertos poderes. En tu caso, tu fuerte es escribir. Cuando los actores te emocionan, es muy fácil adorarlos. Primero que nada, nos ven en pantallas enormes, en tamaños mucho más grandes y nuestros rostros aumentan en proporciones gigantescas. El trabajo de los actores es provocar tus sentimientos, tus recuerdos, tus pensamientos, tu percepción... Cuando alguien te hace sentir así o toca cierta intimidad que te apasiona, en cierta forma... salva tu alma.

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